Ayudar al carb¨®n desviste a otros
El Gobierno ha hecho bandera de las energ¨ªas limpias pero impulsa por decreto la quema de mineral aut¨®ctono - Las el¨¦ctricas llevan la batalla a los tribunales
El carb¨®n espa?ol, el aut¨®ctono, es m¨¢s caro (30%) y m¨¢s contaminante que el mineral importado. Tiene tambi¨¦n menos poder calor¨ªfico (4.500 termias frente a 6.000). Sin subvenci¨®n, no ser¨ªa nunca el preferido de las empresas que queman mineral para producir electricidad en las centrales t¨¦rmicas. Durante a?os, mal que bien, todo ha funcionado gracias a las ayudas p¨²blicas a un sector que a¨²n emplea directamente a 7.441 personas. Pero la ¨²ltima muleta, el Plan de Reservas Estrat¨¦gicas 2006-2012, ha tropezado con la crisis y con la ca¨ªda del consumo el¨¦ctrico. Resultado: el carb¨®n aut¨®ctono, sin salida, se ha estado almacenando en la empresa p¨²blica Hunosa, que compraba la producci¨®n de las empresas mineras, desde julio de 2009. El denominado Almac¨¦n Estrat¨¦gico Temporal del Carb¨®n (AETC), seg¨²n de Industria, ha comprado millones de toneladas de mineral por importe de 215 millones.
La racionalidad econ¨®mica dice que extraer carb¨®n no se justifica
La esperanza del sector est¨¢ puesta en el desarrollo de la captura de CO2
?C¨®mo arreglar el gran atasco? Trat¨¢ndose de carb¨®n, la soluci¨®n parece simple: quem¨¢ndolo. Pero ?c¨®mo hacerlo al margen del mercado? ?C¨®mo hacerlo si nadie lo quiere por calidad y precio? La respuesta del Gobierno, v¨ªa Bolet¨ªn Oficial del Estado ha sido contundente. El tap¨®n se va a eliminar por decreto, obligando a las empresas propietarias de las centrales t¨¦rmicas a quemar carb¨®n nacional. La medida, sostienen sus cr¨ªticos, obedece a razones pol¨ªticas y contradice la aparente apuesta del Gobierno por las renovables. Pero de no hacerlo, seg¨²n fuentes de Industria, exist¨ªa el riesgo real de cierre de las centrales de carb¨®n y, por extensi¨®n, de las minas espa?olas. Todo un problema para un pa¨ªs sin fuentes de energ¨ªa propias, aislado y con una dependencia energ¨¦tica del 80%, casi 30 puntos por encima de la media comunitaria.
Pero en este caso, un clavo no saca otro clavo, lo hunde m¨¢s. Quemar carb¨®n nacional supone quemar menos mineral importado, lo que afecta, sobre todo, a media docena de centrales t¨¦rmicas en toda Espa?a que trabajan con carb¨®n extra¨ªdo en otros pa¨ªses.
Son las centrales de As Pontes, Meirama, Litoral, Lada, Pasajes y Los Barrios, con alrededor de 1.000 empleos directos. La situaci¨®n en la que quedan esas centrales, y especialmente las gallegas de As Pontes (propiedad de Endesa) y Meirama (propiedad de Gas Natural Fenosa), donde seg¨²n las empresas se han invertido m¨¢s de 420 millones de euros en los ¨²ltimos diez a?os para facilitar la generaci¨®n con carb¨®n importado, han agitado la pol¨¦mica.
Miles de personas han protestado y se han manifestado, en Madrid, As Pontes y Cerceda, contra el decreto aprobado por el Gobierno ante el temor de perder su puesto de trabajo. Ante las protestas, Industria baraja compensaciones que eviten la desaparici¨®n de miles de empleos.
La agitaci¨®n en el sector del carb¨®n es continua desde hace meses. En verano protestaron los mineros de Asturias, Le¨®n y Palencia, con marchas y encierros. No cobraban sus n¨®minas porque las empresas mineras presionaban al Gobierno para que abriera -como as¨ª ha sido- la mano de las ayudas.
Mientras el Ejecutivo meditaba qu¨¦ hacer con el atasco del carb¨®n, algunos empresarios del sector, especialmente los grupos m¨¢s importantes (el grupo Alonso y el grupo Viloria) dejaron de pagar las n¨®minas de sus trabajadores. Primera pol¨¦mica: Industria calific¨® el comportamiento de ambos grupos de "incomprensible, intolerable e irresponsable". M¨¢s teniendo en cuenta que el ministerio, a 141.000 euros por minero de media, hab¨ªa adelantado a las empresas desde 2009 cerca de 400 millones, sumadas las ayudas y las compras de mineral por el Almac¨¦n Estrat¨¦gico Temporal.
Aprobado el decreto y resuelto, al menos temporalmente, el problema m¨¢s grueso de los mineros, se han abierto otros frentes. Las compa?¨ªas el¨¦ctricas, Endesa, Gas Natural Fenosa e Iberdrola han recurrido el decreto del Gobierno ante el Tribunal Supremo y ante el Tribunal Europeo de Justicia de Luxemburgo. Consideran que la norma aprobada para apoyar la quema de carb¨®n nacional, denominada real decreto de Restricciones, va contra la libertad de mercado, es antiecon¨®mica, antiecol¨®gica y agravar¨¢ la deuda del sector, que tiene pendientes de cobrar cerca de 13.000 millones de euros del llamado d¨¦ficit tarifario. La Xunta de Galicia ha recurrido tambi¨¦n al considerar que "ignora y penaliza a Galicia, traspasando el problema de unas comunidades a otras".
El presidente de Iberdrola, Ignacio S¨¢nchez Gal¨¢n, resumi¨® la situaci¨®n ante los analistas en una reciente comparecencia. En su opini¨®n, el decreto aprobado es contradictorio porque supone "apoyar las energ¨ªas limpias y las m¨¢s emisoras al mismo tiempo, a la larga es un coste adicional para los consumidores y distorsiona el mercado". "Creo", abund¨® S¨¢nchez Gal¨¢n, "que hay un problema social al que hay que buscar soluciones, pero [ese problema] no se arregla estropeando la estructura del mercado ni el modelo actual de lucha contra el cambio clim¨¢tico".
"Es un momento de calma tensa" resume Gonzalo D¨ªez, uno de los responsables de Industria del sindicato CC OO en Castilla y Le¨®n. D¨ªez, que junto a otros cinco sindicalistas se encerr¨® en septiembre en la sede de Industria en Madrid, cree que el carb¨®n, en Espa?a como en Europa, es necesario para asegurar el suministro energ¨¦tico. Y lo es a pesar de que, seg¨²n admite, "los discursos a futuro no son muy prometedores". Sobre el supuesto perjuicio causado a las centrales gallegas que usan carb¨®n importado, D¨ªez es claro: "No pretend¨ªamos crear otro problema". Y explica que en la negociaci¨®n con Industria se plantearon medidas para compensar a las centrales afectadas.
Entre presiones, negociaciones y reuniones, el controvertido decreto ha pasado el filtro de Bruselas, que ha fijado el a?o 2014 para acabar con todas las ayudas a la miner¨ªa deficitaria. Para justificar el decreto, Industria ha utilizado la norma comunitaria que permite a los pa¨ªses usar fuentes energ¨¦ticas aut¨®ctonas por razones de seguridad de suministro hasta un m¨¢ximo del 15% de la energ¨ªa primaria. En conjunto, el carb¨®n (aut¨®ctono e importado) cubri¨® el 12% de la demanda el¨¦ctrica en 2009, un tercio del porcentaje de hace una d¨¦cada.
Si se aplica la estricta racionalidad econ¨®mica, aseguran todos los expertos, la extracci¨®n de carb¨®n aut¨®ctono no se justifica. Una tonelada de carb¨®n nacional sale por casi 100 euros y una tonelada importada por alrededor de 77. Pero no todo son n¨²meros. El carb¨®n, destaca en sus documentos la Federaci¨®n Nacional de Empresarios de Minas de Carb¨®n (Carbuni¨®n) es la ¨²nica fuente energ¨¦tica f¨®sil de la que dispone Espa?a. Es, tambi¨¦n, la ¨²nica fuente de empleo en muchas comarcas del pa¨ªs y, socialmente, un nervio que cuando se irrita produce espasmos pol¨ªticos dif¨ªciles de controlar. Las marchas mineras -cascos, buzos, botas, rostros curtidos, carreteras, esfuerzo y cabreo- tienen peso medi¨¢tico y pol¨ªtico. Pueden inclinar balanzas. Suman o restan votos.
Quiz¨¢ por ello, el Gobierno socialista, que ha hecho de las energ¨ªas renovables una de sus ense?as, no ha tenido inconveniente -o quiz¨¢ no ha tenido m¨¢s remedio- que comprometerse a apoyar al carb¨®n nacional. Costar¨¢ dinero. En dos a?os, seg¨²n c¨¢lculos de la Comisi¨®n Nacional de la Energ¨ªa (CNE), un total de 600 millones de euros. Un dinero, aseguran las el¨¦ctricas, que va a distorsionar el mercado porque va a desplazar a otras tecnolog¨ªas de generaci¨®n de electricidad.
La CNE sostiene que el decreto, que dar¨¢ salida a millones de toneladas de carb¨®n de las cuencas de Asturias, Le¨®n y Galicia, no desplazar¨¢ a las centrales de ciclo combinado (que funcionan con gas), pero s¨ª a las que funcionan con carb¨®n importado. Es suficiente para exacerbar el enfado del sector con el Gobierno. Detr¨¢s de ese enfado, adem¨¢s del carb¨®n, est¨¢, sostienen las el¨¦ctricas, un debate nuclear que no avanza, tarifas que no suben lo que deber¨ªan (la parte regulada se congel¨® para el ¨²ltimo trimestre) y un problema, el d¨¦ficit de tarifa, que no acaba de solucionarse.
La cr¨ªtica, siempre off the record, es dura. "Cada ministro que pasa por el Ministerio de Industria le cuesta al sector 4.000 millones" asegura un alto responsable de una empresa energ¨¦tica que pide anonimato. Pero la pol¨ªtica es la pol¨ªtica y el problema de las minas, pese a la p¨¦rdida de peso del sector, es serio. No solo en Espa?a. Bruselas quiere que la miner¨ªa deficitaria deje de percibir ayudas en 2014. Pero Alemania, el motor econ¨®mico europeo, tiene planes para sus explotaciones que llegan, al menos, hasta 2018. Espa?a conf¨ªa en poder sostener el sector al menos hasta 2020.
La cuesti¨®n es c¨®mo poner una vela a Dios y otra al diablo sin que se note demasiado. El carb¨®n es contaminante. Muy contaminante. El mundo consume 4.500 millones de toneladas al a?o, en una tendencia que crece en los pa¨ªses emergentes y la cifra empieza a parecer un lujo para un medio ambiente cada vez m¨¢s afectado por el cambio clim¨¢tico.
La esperanza est¨¢ puesta en el avance de la tecnolog¨ªa de captura de CO2. Espa?a est¨¢ desarrollando proyectos en Puertollano (Elcogas) y Ponferrada (Ciuden) para conseguir centrales de carb¨®n no contaminantes. Pero est¨¢ por ver su desarrollo. Expertos del Instituto del Carb¨®n de Asturias sostienen que la tecnolog¨ªa del carb¨®n limpio puede ser una realidad en pocos a?os. Pa¨ªses como Noruega estudian vender sus pozos de hidrocarburos agotados como almacenes para los gases de efecto invernadero. Pero, de momento, todo son proyectos. Con un elemento a?adido a tener en cuenta. La tecnolog¨ªa del carb¨®n limpio ser¨¢ m¨¢s cara. Entre otras cosas, porque buena parte de la producci¨®n de esas centrales limpias deber¨¢ dedicarse a mover las unidades de combusti¨®n limpia del carb¨®n.
A la vista de los avances tecnol¨®gicos, las decisiones sobre el destino de las ayudas p¨²blicas y el resultado que obtienen los grupos de presi¨®n, no faltan quienes aseguran que volcar esfuerzos y dinero en la captura de gases contaminantes es mucho menos interesante que apostar por el desarrollo de energ¨ªas verdaderamente limpias.
Mientras se buscan soluciones al problema de la contaminaci¨®n, la producci¨®n y consumo de carb¨®n en el mundo seguir¨¢ en aumento. Las previsiones hasta 2030 apuntan a un importante aumento del consumo, de los 4.500 millones de toneladas al a?o hasta 7.500 millones de toneladas anuales.
El carb¨®n se encuentra f¨¢cilmente (hay enormes reservas en el mundo, especialmente en China), se almacena tambi¨¦n con facilidad y puede actuar como respaldo a tecnolog¨ªas de gran variabilidad. Esas ventajas chocan con el gran problema ambiental que genera. La soluci¨®n est¨¢ por llegar.
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