Manual para reformadores sensatos
Solo en contadas ocasiones un pa¨ªs se para a reflexionar sobre su futuro. Tales ocasiones acostumbran a coincidir con periodos de declive y crisis. En esos momentos se pone a prueba la capacidad de la naci¨®n para reconsiderar pasadas decisiones y rejuvenecerse. Hoy Espa?a est¨¢ experimentando su m¨¢s seria crisis desde los a?os treinta. C¨®mo se salga de la crisis marcar¨¢ el futuro del pa¨ªs para las pr¨®ximas d¨¦cadas. Cu¨¢l ser¨¢ esa salida es a¨²n una cuesti¨®n abierta.
Ciertas condiciones son favorables: Espa?a es una sociedad rica, el sistema democr¨¢tico est¨¢ bien establecido y los ciudadanos han demostrado en el pasado ser capaces de combinar sentido com¨²n con visiones acerca del futuro. Pero otras condiciones son desfavorables. Los problemas b¨¢sicos emergieron ya hace a?os, pero han ido a peor con el paso del tiempo. Esos problemas reflejan una compleja mezcla de agudos problemas coyunturales y problemas estructurales cr¨®nicos. No es, por tanto, posible resolver la crisis solamente con la aplicaci¨®n de medidas de corto plazo. Adem¨¢s, los problemas econ¨®micos tienen en buena parte su origen en decisiones pol¨ªticas del pasado, de ah¨ª que sea necesario analizar tanto el sistema econ¨®mico como el pol¨ªtico.
Reformas laboral y de las pensiones, salarios y recorte de gastos sociales castigan a clases medias y trabajadoras
Estos dos p¨¢rrafos parecen escritos para Espa?a. Pero no es as¨ª. He hecho trampa. Donde he puesto "Espa?a", ustedes deben leer "Suecia". Son los dos primeros p¨¢rrafos del informe que elabor¨® la Comisi¨®n de Expertos Independientes nombrada por el Gobierno de Suecia en diciembre de 1992 para sugerir medidas que sacaran a la econom¨ªa y al llamado "modelo sueco" del marasmo en que se encontraba en la crisis de esos a?os.
Pero no me negar¨¢n que cuadran como anillo al dedo para la situaci¨®n de Espa?a. Tenemos problemas coyunturales agudos y problemas estructurales cr¨®nicos. Tenemos, sin embargo, condiciones favorables. La econom¨ªa muestra una envidiable capacidad exportadora; Espa?a no es rica, pero s¨ª acomodada; el sistema democr¨¢tico est¨¢ bastante consolidado; la sociedad espa?ola ha demostrado varias veces en los ¨²ltimos 25 a?os tener sentido com¨²n y visi¨®n de futuro, para sacrificarse y remar para salir de las situaciones duras, como ocurri¨® en las crisis de 1977, de 1982 y de 1992.
Hoy, de nuevo, como han demostrado los funcionarios, los espa?oles est¨¢n dispuestos a sacrificarse y remar esforzadamente para no hundirse. El problema es que no saben hacia d¨®nde remar, ni para qu¨¦. El Gobierno no sabe, la oposici¨®n no contesta, las patronales no pueden (entre otras cosas, por un d¨¦ficit de liderazgo con problemas serios de ejemplaridad moral), los sindicatos est¨¢n en la cultura del "no" (esa es la percepci¨®n p¨²blica, y, como dice el teorema de Thomas, lo que se percibe como real es real en sus consecuencias).
Lo ¨²nico que se escucha es que hay que ser austeros y hacer reformas. Pero los costes les tocan a los mismos. La reforma laboral, los salarios, la reforma de las pensiones, los recortes en los gastos sociales o los impuestos a los supuestos "ricos" pegan sobre el mismo carrillo: el de las clases medias y trabajadoras. El resultado puede ser una desigualdad que nos haga retroceder d¨¦cadas y una salida en falso que genere un malestar social difuso, poco propicio al cambio y al esfuerzo colectivo.
En este clima ha aparecido, cual mosquitos en verano, una plaga de reformadores compulsivos que, poco respetuosos con la democracia, ven al Gobierno como un dictador benevolente, que tendr¨ªa no solo el deber, sino tambi¨¦n el derecho de imponer a la poblaci¨®n reformas que esta no entiende. Y sin entender no puede apoyar.
Hace falta una visi¨®n a largo plazo y una estrategia compartida de salida. Es decir, un manual para reformadores con sentido com¨²n. Y es aqu¨ª donde pienso que el informe de la Comisi¨®n de Expertos suecos, presidida por el economista liberal Assar Lindbeck, es buena una gu¨ªa (Turning Sweden Around, The MIT Press, 1994).
Mi humilde propuesta es que, aprovechando el cambio de rumbo, el Gobierno (o, en su caso, el Parlamento) siga el camino del Gobierno sueco y ponga en marcha una iniciativa que, generando un amplio debate sobre nuestros problemas, logre un diagn¨®stico con un elevado acuerdo. Y proponga medidas orientadas a: 1) Identificar las debilidades de la econom¨ªa y sugerir pol¨ªticas y reformas que aumentando la estabilidad econ¨®mica, la eficiencia y el crecimiento, respeten los objetivos com¨²nmente aceptados de disponer de una red de seguridad social y tengan en cuenta los efectos en la distribuci¨®n de la renta; 2) Proponer cambios en el sistema pol¨ªtico, orientados a crear un buen entorno econ¨®mico para familias y empresas, y 3) Plantear estrategias de salida que minimicen y repartan los costes de transici¨®n entre el corto y el medio plazo.
Minimizar y repartir los costes es muy importante para salir del t¨²nel. Los reformadores y las autoridades han de tener en cuenta que las reformas a largo plazo -por ejemplo, en el sistema de Seguridad Social- tienen efectos a corto, especialmente si son inesperadas. Es importante proceder con gradualismo, tanto para evitar destruir las expectativas y planes a largo plazo de los individuos y familias (induci¨¦ndoles, por ejemplo, a ahorrar m¨¢s de lo necesario) como para evitar llevar a la econom¨ªa a una recesi¨®n prolongada por un corte dr¨¢stico en el gasto p¨²blico.
De hecho, ese manual para reformadores sensatos ya lo tenemos. Es el que aplic¨® el profesor Enrique Fuentes Quintana en la elaboraci¨®n y puesta en marcha de los Acuerdos de la Moncloa, en la crisis de 1997. ?Se acuerdan? Y funcion¨®. Habr¨ªa que recuperarlo. Si no, el hacer reformas compulsivas, que descargan los costes sobre los mismos, puede llevarnos a confundir la luz de la salida del t¨²nel con la luz del convoy que viene de frente.
Ant¨®n Costas Comesa?a es catedr¨¢tico de Pol¨ªtica Econ¨®mica de la UB.
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