Un desaf¨ªo permanente
Se entiende por muerte s¨²bita del deportista aquel fallecimiento por causa natural, de manera inesperada, que sucede durante la pr¨¢ctica deportiva o en la hora posterior a la misma. En la mayor¨ªa de los casos es una arritmia maligna el desencadenante de la parada cardiorrespiratoria y, gracias a una desfibrilaci¨®n precoz, algunos afectados sobreviven, consider¨¢ndose entonces como una muerte s¨²bita resucitada o reanimada.
Su incidencia parece ser muy baja (se calcula, en j¨®venes menores de 35 a?os, 1 por cada 200.000-300.000 deportistas y a?o, y en mayores de 35, una incidencia superior que se estima en 1 por cada 18.000/30.000), pero las cifras exactas no se conocen. La mayor¨ªa de los estudios realizados en distintos pa¨ªses, incluido el nuestro, son parciales, incompletos y muy diferentes en cuanto al m¨¦todo y la poblaci¨®n a estudio, por lo que no contamos con un an¨¢lisis exhaustivo de la incidencia real. Las causas de este triste fen¨®meno tambi¨¦n son controvertidas. Mientras en personas de m¨¢s de 35 a?os todos los estudios encuentran como causa principal la cardiopat¨ªa isqu¨¦mica (infarto, enfermedad coronaria), en los m¨¢s j¨®venes los estudios de distintos pa¨ªses muestran diferentes causas y una gran parte de ellas parecen tener en com¨²n un sustrato gen¨¦tico. Tambi¨¦n son factores causales las infecciones, los t¨®xicos (drogas de abuso o dopaje) y otras no determinadas.
La creaci¨®n de un registro de muerte s¨²bita colocar¨¢ a Espa?a a la cabeza en investigaci¨®n
Pese a su escas¨ªsima incidencia, es un problema que suscita una fuerte alarma social. Tanto entre quienes ya practican alg¨²n deporte como en los potenciales practicantes, generando miedos y retraimiento y haciendo que cierto n¨²mero de ciudadanos evite su pr¨¢ctica. Por ello, es necesario situarlo en sus justos t¨¦rminos, ya que los efectos beneficiosos, preventivos y terap¨¦uticos del ejercicio f¨ªsico est¨¢n fuera de toda duda. Dir¨ªa m¨¢s: promover la practica deportiva entre toda la poblaci¨®n es una obligaci¨®n de los responsables p¨²blicos, de las Administraciones, pero del modo m¨¢s seguro posible.
Para tener un conocimiento exacto del alcance del problema y de sus causas, el Consejo Superior de Deportes est¨¢ impulsando con el Ministerio de Justicia (a trav¨¦s del Instituto Nacional de Toxicolog¨ªa y Ciencias Forenses), la Sociedad Espa?ola de Patolog¨ªa Forense, la Federaci¨®n Espa?ola de Medicina del Deporte, la Sociedad Espa?ola de Cardiolog¨ªa y, por supuesto, el Ministerio de Sanidad y Pol¨ªtica Social, el Estudio espa?ol de muerte s¨²bita en deportistas. Este trabajo, junto con la creaci¨®n de un registro de muerte s¨²bita en el deportista con todos los datos epidemiol¨®gicos, anatomopatol¨®gicos y forenses, permitir¨¢ un estudio cl¨ªnico y familiar de los casos que se producen, tanto de muerte s¨²bita como de muerte s¨²bita reanimada, y situar¨¢ a Espa?a a la cabeza de los pa¨ªses con pol¨ªticas de investigaci¨®n sobre este problema. Estamos trabajando, asimismo, en la obtenci¨®n de datos adicionales relativos a los pacientes "resucitados" en los hospitales y en el dise?o de un servicio de apoyo y consejo gen¨¦tico y cardiol¨®gico tanto para ellos y sus familiares como para los familiares de los fallecidos.
La prevenci¨®n de la muerte s¨²bita debe asentarse en dos pilares fundamentales: el reconocimiento preparticipaci¨®n deportiva y la instauraci¨®n de los mecanismos necesarios para una resucitaci¨®n cardiopulmonar y desfibrilaci¨®n precoz.
La eficacia de los reconocimientos m¨¦dico-deportivos, como lo demuestra la experiencia italiana con un protocolo que incluye un electrocardiograma y una prueba de esfuerzo subm¨¢xima, est¨¢ demostrada, habiendo disminuido en este pa¨ªs de un modo notable la incidencia de ese tipo de fallecimientos. Lo mismo sucede con la desfibrilaci¨®n precoz y las maniobras de reanimaci¨®n cardiopulmonar. En nuestro pa¨ªs ya se realizan reconocimientos pre-participaci¨®n desde hace m¨¢s de 20 a?os, por supuesto mejorables, y, por ello, en la Comisi¨®n de Control y Seguimiento de la Salud y el Dopaje del CSD viene trabajando un Grupo de Expertos (m¨¦dicos del deporte, cardi¨®logos y otros actores del sector deportivo) para la formulaci¨®n de unas normas en reconocimientos m¨¦dico-deportivos a aplicar en deportistas que compitan en ¨¢mbito nacional.
Por otro lado, hace varios a?os que en las federaciones, clubes y polideportivos se imparten cursos de reanimaci¨®n cardiopulmonar b¨¢sica y de uso de desfibriladores semiautom¨¢ticos. Desde 2007, y antes del desgraciado fallecimiento de Antonio Puerta (y no posteriormente como err¨®neamente se ha dicho) los desfibriladores, a propuesta del CSD y de la Liga de F¨²tbol Profesional (de quien parti¨® la idea), han pasado a formar parte de los botiquines como pieza fundamental en los campos de f¨²tbol de Primera y Segunda Divisi¨®n. Este hecho se ha podido constatar recientemente en el caso del jugador del Salamanca Miguel Garc¨ªa, a quien la desfibrilaci¨®n precoz le ha salvado la vida. Es cierto que no todas las instalaciones, donde no se practica deporte profesional, tienen esta dotaci¨®n en este momento, pero es algo que tiene que cambiar y en un futuro cercano ese instrumento ser¨¢ de uso generalizado, del mismo modo que ocurrir¨¢ con la formaci¨®n en reanimaci¨®n cardiopulmonar. Para ello es necesaria la colaboraci¨®n del conjunto de las Administraciones p¨²blicas y del sistema deportivo.
La muerte s¨²bita, lo dec¨ªa al principio, de nuevo ocupa un lugar en la atenci¨®n de los medios de comunicaci¨®n, pero conviene que la sociedad espa?ola sea consciente de que el trabajo para encarar el problema forma parte de la agenda cotidiana del sistema p¨²blico del deporte espa?ol, como un desaf¨ªo permanente.
Jaime Lissavetzky es secretario de Estado para el Deporte.
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