Ed 'El Rojo' y los ajustes socialmente justos
Este oto?o ser¨¢ recordado como el de los ajustes fiscales en toda Europa. En algunos pa¨ªses est¨¢n siendo apoyados por las principales fuerzas pol¨ªticas (caso de Grecia o Espa?a), mientras que en otros se ha abierto una confrontaci¨®n ideol¨®gica entre el Gobierno conservador y la oposici¨®n progresista (como en Francia y Reino Unido) a cuenta del tipo de recortes.
El caso brit¨¢nico es de especial inter¨¦s por dos razones: la primera porque Cameron acaba de anunciar el mayor recorte del Estado de bienestar de la historia de Reino Unido; y la segunda, porque el debate entre los laboristas sobre c¨®mo responder a ese inminente recorte sirvi¨® hace un mes para dirimir la victoria en las primarias entre los hermanos Miliband. El final del psicodrama familiar en que se hab¨ªa convertido la elecci¨®n entre los hermanos Ed y David Miliband para sustituir a Gordon Brown se jug¨® en el terreno presupuestario, y hoy el ganador se juega la consolidaci¨®n de su liderazgo en ese mismo terreno.
Lo progresista es subir los ingresos fiscales y un reparto equitativo de los sacrificios
Espa?a necesita m¨¢s ingresos fiscales para inversiones productivas
La victoria la obtuvo Ed, el m¨¢s joven, contra parte del aparato del partido y d¨¢ndole la vuelta a todos los pron¨®sticos iniciales. A pesar de que ambos tienen la misma formaci¨®n econ¨®mica y siempre fueron socialdem¨®cratas liberales, el triunfo de Ed Miliband fue interpretado como un giro a la izquierda del laborismo, debido al apoyo decisivo que jugaron los sindicatos en su elecci¨®n, y porque durante la campa?a se hab¨ªa distanciado de su hermano David en dos cuestiones cruciales: su rechazo frontal al papel de Blair en la guerra de Irak y su alejamiento de la ortodoxia de Brown en aspectos fiscales.
Aunque Ed plante¨® esos rechazos con la correcci¨®n y sutileza propias de un ingl¨¦s educado en Oxford, esa valent¨ªa le vali¨® el apodo de Ed The Red (Ed El Rojo), y probablemente terminaron inclinando la balanza a su favor. Ese posicionamiento consigui¨® colocar a su hermano David el cartel de "continuista" de la Tercera V¨ªa de Blair y Brown, mientras que Ed lograba identificarse como el hermano que mejor pod¨ªa representar un verdadero cambio en el laborismo centrista de los ¨²ltimos a?os.
A pesar de esta lectura medi¨¢tica, he de decir que tras escuchar en persona su discurso de clausura en la conferencia celebrada en Manchester, sus posiciones no me parecieron las de un rojo peligroso, sino m¨¢s bien las de un rosado responsable.
Ed Miliband viene planteando desde entonces una serie de matices al ajuste fiscal anunciado por el Gobierno de Cameron de forma muy inteligente: no est¨¢ discutiendo el tama?o de los recortes fiscales necesarios (dijo "nosotros, los laboristas, tambi¨¦n los habr¨ªamos hecho de seguir en el Gobierno"); pero est¨¢ planteando otro ritmo y otra composici¨®n del ajustefiscal necesario. Y lo justifica no solo por razones econ¨®micas (afirmando que un ajuste muy brusco podr¨ªa poner en peligro el crecimiento incipiente de la econom¨ªa brit¨¢nica), sino tambi¨¦n por razones ideol¨®gicas. "Los ajustes deben ser socialmente justos, con una proporci¨®n equilibrada de mayores ingresos y menores gastos", sentenci¨®.
?Y qu¨¦ quiere decir Miliband con eso de los "ajustes socialmente justos"? Los debates que se suscitaron en Manchester sobre esta cuesti¨®n fueron m¨²ltiples. La Fundaci¨®n Ideas jug¨® un papel importante en algunos de ellos, de la mano de Policy Network, el think-tank laborista en el que hab¨ªan crecido intelectualmente los dos hermanos Miliband. La mayor¨ªa de los expertos all¨ª presentes coincidi¨® con la posici¨®n presentada por IDEAS, seg¨²n la cual dado el origen de los actuales desequilibrios fiscales, un ajuste socialmente justo ser¨ªa aquel en el que contribuyeran m¨¢s quienes m¨¢s responsabilidad tuvieron durante la crisis financiera.
Por ello, Miliband afirm¨® que para que el ajuste brit¨¢nico fuera socialmente justo, el esfuerzo deber¨ªa repartirse por igual (50-50) entre el aumento de los ingresos fiscales y la reducci¨®n de los gastos (frente a la combinaci¨®n 20-80 que defiende el conservador Cameron).
Para lograrlo, el nuevo l¨ªder laborista propuso aumentar los ingresos duplicando la tasa a los bancos que ya hab¨ªa aprobado Brown antes de perder el Gobierno, y que tanto rechaza el sector financiero londinense, como si no hubiera tenido nada que ver con el origen de la crisis. Asimismo, tambi¨¦n propuso nuevos impuestos contra la contaminaci¨®n, el consumo excesivo y contra la especulaci¨®n financiera.
En cuanto a la reducci¨®n de gastos, Ed Miliband solo dej¨® ver que para ¨¦l un ajuste socialmente justo ser¨ªa aquel que no dedicara recursos p¨²blicos a salvar a quienes causaron la crisis. Pero es posible ser m¨¢s concreto. En mi opini¨®n, si adem¨¢s de justo ese ajuste quisiera ser progresista y dinamizador de la actividad econ¨®mica, deber¨ªa preservar la inversi¨®n social (no necesariamente el gasto social) frente a los gastos corrientes o las inversiones menos productivas.
Por ejemplo, un ajuste progresista deber¨ªa dedicar m¨¢s dinero a pol¨ªticas activas de empleo frente a subsidios de desempleo; m¨¢s recursos para becas, formaci¨®n, pol¨ªticas preventivas de salud, investigaci¨®n, infraestructuras tecnol¨®gicas y apoyo a los sectores de la nueva econom¨ªa, frente a los gastos de personal, materiales de oficina, obra p¨²blica, infraestructuras de transporte o gastos de seguridad y defensa.
En este sentido, los presupuestos recientemente aprobados en Espa?a tienen un car¨¢cter mixto. Por un lado, pueden parecer conservadores porque hacen recaer el ajuste fiscal mucho m¨¢s en el recorte de gastos que en el aumento de ingresos mediante nuevas figuras impositivas. Y, sin embargo, al mismo tiempo, la composici¨®n del gasto p¨²blico anunciado mantiene un enfoque progresista, porque en medio de un recorte generalizado en todas las partidas mantiene un alto porcentaje dedicado al gasto social, aumenta las becas y hace un recorte menor en investigaci¨®n.
Lo que de momento ha quedado excluido del debate p¨²blico es la manera en la que vamos a generar en el futuro los nuevos ingresos que necesitamos para mejorar los servicios p¨²blicos, financiar esas nuevas pol¨ªticas activas e impulsar los nuevos sectores de la econom¨ªa sostenible. Los ingresos que proven¨ªan de la burbuja inmobiliaria no volver¨¢n, as¨ª que debemos buscar nuevas v¨ªas, ya que las demandas de gasto por parte de los ciudadanos ser¨¢n crecientes en el futuro.
Este asunto de los ingresos fiscales fue tab¨² entre los economistas durante los ¨²ltimos 15 a?os. Cuando las cosas iban bien, los ingresos aumentaban por el dinamismo econ¨®mico y se interpretaba que cualquier impuesto adicional pod¨ªa hacer peligrar la bonanza. Y cuando las cosas iban mal, la literatura econ¨®mica parec¨ªa demostrar que los ajustes basados en recortes de gasto ten¨ªan m¨¢s probabilidades de ¨¦xito que aquellos que intentaban basarse en un aumento de ingresos.
Hoy, sin embargo, tenemos nuevos elementos para el an¨¢lisis. Por el lado econ¨®mico, el FMI acaba de publicar un informe que demuestra que para desequilibrios fiscales tan grandes como los que hoy tiene Espa?a, Estados Unidos, Grecia, Irlanda o Reino Unido el aumento de la recaudaci¨®n fiscal a medio plazo para hacer inversiones productivas que dinamicen la econom¨ªa es un factor de ¨¦xito fundamental.
Y por el lado pol¨ªtico, frente a quienes han venido proclamando que los ajustes no pueden tener ideolog¨ªa, el peque?o de los Miliband ha venido a recordarnos que la pol¨ªtica en may¨²sculas versa exactamente sobre eso: la decisi¨®n sobre qui¨¦n recibe qu¨¦, c¨®mo y cu¨¢nto. El debate est¨¢ servido.
Carlos Mulas-Granados es profesor de econom¨ªa de la UCM y director de la Fundaci¨®n IDEAS. Ha dirigido el estudio del FMI Regaining Control After the Storm: Debt Sustainability Following Banking Crises. (www.imf.org)
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