Un prost¨ªbulo en el rellano
Crecen los conflictos entre las redes chinas de explotaci¨®n sexual y las comunidades en las que se instalan los burdeles

Las decenas de pisos que se usan como prost¨ªbulos en Barcelona procuran no llamar demasiado la atenci¨®n de los vecinos. Pero rara vez lo consiguen. La entrada y salida de clientes, en ocasiones hasta altas horas de la noche, y el trasiego de chicas dedicadas a esta actividad -la mayor¨ªa, de origen chino- son evidentes. La tolerancia silenciosa hacia los meubl¨¦s del rellano est¨¢ desapareciendo. El Cuerpo Nacional de Polic¨ªa constata un aumento de la conflictividad entre las redes de explotaci¨®n sexual y las comunidades de vecinos donde se instalan estos negocios il¨ªcitos.
"La afluencia de personas de toda condici¨®n y procedencia, ajenas a la propia finca, produce una gran alarma social entre los vecinos y zonas lim¨ªtrofes", lo que "da lugar a quejas vecinales (...) y a la aparici¨®n de pancartas en los balcones alusivas a la actividad del inmueble y la necesidad de erradicarla", precisa un informe elaborado por la Unidad contra Redes de Inmigraci¨®n y Falsificaci¨®n (Ucrif) de Barcelona. Los altercados que producen clientes que llegan exaltados al meubl¨¦, junto con los robos espor¨¢dicos que se producen, han colmado la paciencia de los inquilinos.
La 'mamy' gestiona el dinero y paga cinco euros por servicio a las chicas
Alborotos y robos en los pisos acaban con la paciencia de los vecinos
Las cada vez m¨¢s visibles y contundentes protestas vecinales y, sobre todo, las p¨¢ginas de contactos de los peri¨®dicos, proporcionan a la polic¨ªa una informaci¨®n valiosa para llegar hasta las redes que se lucran con la prostituci¨®n ajena. En los prost¨ªbulos de Barcelona y el ¨¢rea metropolitana, los proxenetas chinos se han hecho con el control hegem¨®nico del sexo de pago, aunque cuentan con la colaboraci¨®n de due?os de inmuebles espa?oles.
Ese es el caso de una de las ¨²ltimas operaciones lanzadas por la Ucrif y la Guardia Urbana. Las quejas vecinales motivaron la investigaci¨®n de una vivienda en el paseo de Maragall que, presuntamente, funcionaba como burdel. Los agentes detuvieron a Antonio R. G., por proxenetismo, por favorecer la inmigraci¨®n ilegal y por un delito contra los derechos de los trabajadores. Antonio era el encargado, presuntamente, de transportar a las chicas y controlar su trabajo.
En la gesti¨®n del negocio le ayudaba Lin Y., conocida como Sof¨ªa, que se prostitu¨ªa y manten¨ªa una relaci¨®n sentimental con Antonio. Sof¨ªa era la encargada de pagar a las chicas por su trabajo: cinco euros por servicio, seg¨²n fuentes policiales. La mayor¨ªa de los pisos est¨¢n gestionados o dirigidos por una mujer como Sof¨ªa, conocida como la "mamy", que controla los servicios y distribuye los recursos entre las chicas.
El informe policial alerta de la explotaci¨®n que sufren las mujeres asi¨¢ticas en los pisos. Al llegar a Espa?a, las chicas "contraen una deuda con la red". Para asegurarse de que la saldan, se les retira el pasaporte. La red "las pone a trabajar en establecimientos de la propia organizaci¨®n o en otros con los que mantiene buenos contactos". Su actividad laboral "en muchas ocasiones no est¨¢ retribuida, o lo est¨¢ escasamente", sigue el documento.
Las declaraciones de las prostitutas que se atreven a hablar son clave para trazar la radiograf¨ªa. En la operaci¨®n del paseo de Maragall, una de ellas, Bu Y. H., explic¨® que hab¨ªa llegado a Espa?a "para trabajar de camarera" y que fue trasladada a un piso para hacer masajes, "sin estar autorizada para ello y sin contrato alguno".
Las redes de explotaci¨®n chinas abarcan los locales de masajes, las peluquer¨ªas (en ambos casos se ofrecen tambi¨¦n servicios sexuales) y, en especial, los pisos. Las viviendas proporcionan mayor opacidad y permiten que sus responsables "distribuyan, controlen y aleccionen" a las mujeres sobre su trabajo.
La proliferaci¨®n de anuncios en medios de comunicaci¨®n (tambi¨¦n en diarios editados en chino) es un reflejo de que la actividad crece. Los anuncios "enmascaran", seg¨²n la polic¨ªa, el origen de las prostitutas: se anuncian como japonesas, pero son chinas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
