El Tea Party salta de la calle a los salones del poder
El grupo ultra puede ser absorbido por el Partido Republicano y la burocracia
?Y ahora qu¨¦? Porque desde la protesta callejera y con un micr¨®fono en la mano se puede pedir que el Gobierno frene su enloquecido gasto, recorte su ingente tama?o y reduzca a la m¨ªnima expresi¨®n los impuestos, todas ellas las anteriores reclamaciones del Tea Party. Tambi¨¦n se puede pedir que "devuelvan el pa¨ªs", sin haber habido noticia anterior del robo o de la identidad del sujeto del mismo. Queda anotada la frustraci¨®n y el deseo de pasar p¨¢gina dem¨®crata.
?Y ahora qu¨¦? El Tea Party enfrenta desde tan pronto como ahora la necesidad inmediata de dotarse de una agenda pol¨ªtica concreta y transformar el movimiento de base ultraconservador en un mandato claro. Con dos importantes senadores colocados en la escena nacional, Rand Paul por Kentucky y Marco Rubio por Florida, el Tea Party ha hecho ya historia.
Sarah Palin cuenta con seis senadores afines a su causa de los 11 que apoy¨®
Ahora tiene que empezar a escribirla para los archivos del Congreso de Estados Unidos y manejarse entre las aguas de los dos partidos para los que representa, cuando menos, un quebradero de cabeza. El Tea Party puede da?ar tanto a los republicanos como a los dem¨®cratas. El Tea Party puede demostrarse indomable o ser absorbido por la potente maquinaria de Washington en general y la del Partido Republicano en particular.
Nombres propios en una noche llena de victorias para los autoproclamados herederos del mot¨ªn del t¨¦ de los colonos contra la metr¨®poli brit¨¢nica en 1773 no solo fueron los de Paul y Rubio. Susana Mart¨ªnez como gobernadora de Nuevo M¨¦xico; Pat Toomey como senador por Pensilvania; Rick Perry en el Gobierno de Tejas; Nikki Haley como gobernadora de Carolina del Sur -primera persona de origen indio (de India) en ocupar el puesto en el Estado y segunda en toda la naci¨®n-... Detr¨¢s de todos y cada uno de los vencedores del Tea Party -ya fuera en el Senado, la C¨¢mara o la gobernaci¨®n-, est¨¢ la impronta de Sarah Palin, ex gobernadora de Alaska y ex candidata republicana a la vicepresidencia en las elecciones de 2008.
Palin dio su apoyo a 47 candidatos que comulgan con su ideario. A falta de concretarse algunos resultados de ¨²ltima hora en algunos Estados, Palin puede ya apuntar en su haber pol¨ªtico seis senadores afines a su causa (de los 11 que recomend¨®); seis gobernadores (de un total de ocho), y 16 congresistas (sobre 28).
Sin embargo, la liga de las mam¨¢s oso, encabezada y bautizada as¨ª por Palin, fue la gran perdedora de la noche y su rugido no se escuchar¨¢ por el momento ni su zarpa dejar¨¢ huella. Ni Sharron Angle en Nevada; ni Carly Fiorina en California; ni Christine O'Donnell en Delaware: ninguna logr¨® la aprobaci¨®n de los votantes.
Luego est¨¢ el inc¨®modo lunar negro que le ha salido al Tea Party y a Palin en Alaska. El senador de Alaska que se trasladar¨¢ a Washington est¨¢ por determinar -y va para largo- despu¨¦s de que la candidata republicana Lisa Murkowsky perdiese las primarias del partido tras no contar con el apoyo de Palin y decidiera aun as¨ª acudir a las urnas. Joe Miller es el candidato que consta en las papeletas por el Partido Republicano (34% del recuento). Por el dem¨®crata aparece Scott McAdams (24%). Y Murkowsky acumula el 41% de los votos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.