Obama admite la frustraci¨®n del votante
"He perdido la conexi¨®n con la gente que me puso en la Casa Blanca", reconoce el presidente dem¨®crata, que promete buscar el consenso con los republicanos
Barack Obama no niega responsabilidades ni trata de aminorar su derrota. "Ha sido una paliza", reconoci¨® ayer en una conferencia de prensa. En efecto, hace m¨¢s de medio siglo que ning¨²n presidente de EE UU perd¨ªa 60 esca?os de la C¨¢mara a mitad de su mandato, aunque al menos ha conservado una exigua mayor¨ªa en el Senado. Enfrente, unos exultantes l¨ªderes republicanos declaran la guerra abierta a las reformas de la Casa Blanca, aunque miran con recelo los ases logrados por su ala radical del Tea Party, que ha obtenido seis senadores, en Estados como Florida, Pensilvania o Kentucky, y otros seis gobernadores.
En medio del desastre dem¨®crata, Obama asumi¨® ayer errores en su gesti¨®n, tanto de contenido como de comunicaci¨®n, y prometi¨® rectificar, aproximarse a los ciudadanos, abrirse a nuevas ideas y colaborar con la oposici¨®n.
Admiti¨®, en suma, que se encuentra en una posici¨®n pol¨ªtica muy comprometida y, aunque no dio detalles, anunci¨® que veremos a un distinto Obama en la segunda mitad de su mandato. Un Obama, probablemente, m¨¢s moderado, m¨¢s conservador, m¨¢s acorde con el tono pol¨ªtico que ha tomado el pa¨ªs. Pero, en todo caso, un Obama m¨¢s prudente, menos ambicioso, m¨¢s pol¨ªtico, con la vista puesta no en lo que hay que hacer para transformar la naci¨®n y escribir la historia, sino en lo que se requiere para ganar la reelecci¨®n.
Obama convoc¨® la conferencia de prensa de ayer en la ma?ana del martes, cuando los norteamericanos apenas hab¨ªan empezado a votar. Obviamente, ya sab¨ªa lo que iba a suceder y ya ten¨ªa pensado lo que iba a decir. Ten¨ªa dos opciones: enrocarse en su programa original, que, por lo dem¨¢s, parece correcto y con el que ha alcanzado importantes logros, o adaptarlo a los deseos de los ciudadanos, o de lo que dicen querer los ciudadanos.
Los norteamericanos renuncian a lujos europeos como la cobertura sanitaria y dijeron claramente querer menos gasto p¨²blico, menos intervenci¨®n del Estado, menos impuestos, m¨¢s empleos y m¨¢s colaboraci¨®n partidista. Quiz¨¢ en el orden contrario. Y eso es lo que tratar¨¢ de hacer Obama a juzgar por lo que destac¨® ante la prensa. "Tengo que hacer un mejor trabajo", resumi¨®.
Estas son las principales conclusiones que se extraen de esa intervenci¨®n:
- Lecci¨®n aprendida. "Esta paliza me deja claro lo importante que es para un presidente salir de la burbuja de la Casa Blanca", admiti¨®. Obama reconoci¨® que, en ocasiones, "la precipitaci¨®n del trabajo en Washington" le ha hecho "perder el camino, la conexi¨®n con la gente que me puso aqu¨ª".
- Aceptaci¨®n de la responsabilidad. "Es mi responsabilidad", asumi¨® desde el principio, tanto por los errores cometidos en la gesti¨®n como por los m¨¦todos elegidos para transmitir su proyecto. Se responsabiliz¨® tambi¨¦n personalmente de los fracasos de algunos de los candidatos del martes. "No solo siento tristeza al verlos irse, sino que no dejo de preguntarme a m¨ª mismo si no pod¨ªa yo haber hecho m¨¢s o algo diferente para que siguieran aqu¨ª".
- La econom¨ªa, principal objetivo. "La gente est¨¢ expresando", dijo, "una gran frustraci¨®n por el hecho de que la econom¨ªa no se ha recuperado al ritmo deseado, de que no se han hecho suficientes progresos". A?adi¨® que ¨¦l mismo quiz¨¢ no hab¨ªa demostrado el suficiente ¨¦nfasis en la adopci¨®n de las medidas econ¨®micas que se requer¨ªan y asegur¨® que har¨¢ de la creaci¨®n de empleo la prioridad absoluta de sus pr¨®ximos dos a?os.
- Reducci¨®n del d¨¦ficit y del Estado. El presidente explic¨® que las medidas m¨¢s intervencionistas y m¨¢s pol¨¦micas de sus primeros 12 meses -el plan de est¨ªmulo, el rescate bancario o las ayudas a la industria del autom¨®vil- son "acciones que responden a un programa de emergencia" como la que se viv¨ªa hace dos a?os. Pero afirm¨® que comprende que los ciudadanos se hayan sentido a veces "desbordados" por esas medidas. Comparti¨® la preocupaci¨®n por "dejar a nuestros hijos una herencia de deuda" y dio la bienvenida a todas las ideas que puedan ayudar a reducirla.
- Reconciliaci¨®n con el mundo empresarial. Muchas empresas han tenido beneficios r¨¦cord estos dos ¨²ltimos a?os, pero a¨²n as¨ª no han creado empleos. Los empresarios consideran a esta Administraci¨®n como hostil y han dedicado dinero como nunca en esta campa?a para promocionar a los candidatos republicanos. Obama dijo ayer que es hora de "reprogramar esa relaci¨®n". "Tengo que dejar absolutamente claro", manifest¨®, "que la ¨²nica manera de que Estados Unidos triunfe es que las empresas tengan ¨¦xito".
- Cambios en la reforma sanitaria y otras legislaciones. El presidente declar¨® que est¨¢ dispuesto a tener en consideraci¨®n todas las ideas que presenten los republicanos para mejorar la reforma sanitaria que aprob¨® su Administraci¨®n, pero se mostr¨® contrario a rechazar la ley en su conjunto, como pretenden el Tea Party y otros sectores republicanos. "Yo no creo que el pueblo nos quiera vernos litigando sobre este asunto durante los dos pr¨®ximos a?os", advirti¨®.
- Mano tendida a la oposici¨®n. Anunci¨® que en las pr¨®ximas semanas, antes de que tomen posesi¨®n, el 3 de enero, se reunir¨¢ con los l¨ªderes republicanos en el Congreso para tratar de buscar v¨ªas de colaboraci¨®n. Garantiz¨® que ¨¦l acudir¨¢ "dispuesto a escuchar todas las ideas" y pidi¨® a la otra parte "una mente abierta" tambi¨¦n.
Algunos pueden ver en este mensaje el testamento de un presidente de un solo mandato. Riesgo existe, sin duda, de que lo sea. Obama lo present¨®, sin embargo, como un punto de partida. "Saldremos de esto m¨¢s fuerte de lo que hoy somos", dijo, refiri¨¦ndose al pa¨ªs, pero quiz¨¢ pensando en s¨ª mismo.
El volumen de la derrota sufrida exig¨ªa una reacci¨®n inmediata. Los dem¨®cratas pasan de 255 a 185 esca?os en la C¨¢mara de Representantes, que ahora controlan los republicanos con 239 esca?os, frente a los 178 que ten¨ªan hasta ayer. En el Senado, la situaci¨®n es solo ligeramente m¨¢s favorable para los dem¨®cratas, que conservan la mayor¨ªa pero pasan de 59 esca?os a 51, aunque hab¨ªa un par de actas todav¨ªa en disputa anoche.
Esos resultados invitan a los republicanos a intentar la revoluci¨®n que sus bases exig¨ªan en la campa?a. Pero, a partir de hoy, no hay nadie ya en EE UU que pueda hacer ninguna revoluci¨®n sin pactarla con su enemigo.
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