Virtudes p¨²blicas
En unas declaraciones realizadas a la prensa, Jos¨¦ Joaqu¨ªn Ripoll ha asegurado que el caso Brugal quedar¨¢ en nada. No me extra?ar¨ªa que el presidente de la Diputaci¨®n de Alicante acertara en su pron¨®stico. En nuestro pa¨ªs, la justicia es lenta; en ocasiones, lo es tanto que, cuando se produce el juicio, los hechos que lo motivaron resultan muy lejanos, y el inter¨¦s de la opini¨®n p¨²blica ha deca¨ªdo por completo. Tambi¨¦n podr¨ªa ocurrir que, en un caso de instrucci¨®n tan compleja como este, surja un detalle formal, un imprevisto, que eche por tierra la investigaci¨®n y la invalide. A¨²n recordamos el asunto Naseiro, tan llamativo. Si eso sucediera ahora, Brugal quedar¨ªa en nada, como vaticina Ripoll; los pol¨ªticos implicados podr¨ªan continuar tranquilamente en sus puestos. Tal cosa no supondr¨ªa, sin embargo, que los hechos del caso Brugal no se hayan producido.
El pol¨ªtico pretende que la verdad de la justicia sea la ¨²nica existente, pero no siempre es as¨ª. En ocasiones, la verdad de la justicia y la de los hechos no coinciden: eso lo saben perfectamente los profesionales de la ley. En el caso Brugal no precisamos esperar a lo que diga la justicia para valorar unos sucesos. Las conversaciones que han publicado los peri¨®dicos dibujan con pormenor lo sucedido y muestran con claridad -a veces, incluso, excesiva- la conducta de los protagonistas. En un arranque de sinceridad, Ripoll ha afirmado que ciertas conversaciones le producen rubor. Estamos de acuerdo con el presidente de la Diputaci¨®n de Alicante, aunque quiz¨¢ la delicadeza del adjetivo no sea la m¨¢s adecuada.
En el momento actual, la cuesti¨®n que cabe debatir es si estas personas deben o no continuar con sus cargos p¨²blicos. Nadie est¨¢ dispuesto, sin embargo, a asumir su responsabilidad. Ya que ellos no lo hacen, los ciudadanos deber¨ªamos preguntarnos si Jos¨¦ Joaqu¨ªn Ripoll re¨²ne las cualidades necesarias para presidir la Diputaci¨®n de Alicante, o si Mario Flores puede continuar al frente de las obras p¨²blicas de la Comunidad Valenciana. Es Sonia Castedo quien debe explicarnos qu¨¦ hac¨ªa embarcada en el yate de un promotor, o por qu¨¦ el redactor del Plan General de la ciudad se entrevistaba con esa misma persona; o qu¨¦ urd¨ªa su concejal de Hacienda. Acudir al juzgado para pedir el levantamiento del sumario -con los fot¨®grafos esperando impacientes en la puerta- no es m¨¢s que un acto publicitario para confundir a la opini¨®n p¨²blica.
Podemos no dar importancia a estos hechos y aceptar la conducta de estos pol¨ªticos; o, incluso, salir en su defensa y acusar a la polic¨ªa y a los jueces de oscuras maquinaciones. Si lo hacemos as¨ª, deber¨ªamos preguntarnos que clase de sociedad ser¨ªa aquella en la que todos nos comport¨¢semos de id¨¦ntica manera. ?Nuestra aspiraci¨®n es construir un mundo donde los listos tengan siempre la raz¨®n? El empresario que busca el favor del pol¨ªtico y lo corrompe, destruye las reglas del libre mercado y da?a la democracia. Pero hay quien se empe?a en decirnos que estas conductas son normales y deber¨ªamos aceptarlas. Cuando los periodistas le preguntan a Fern¨¢ndez Valenzuela por el comportamiento de Ortiz, el ex presidente de la C¨¢mara de Comercio responde que es un empresario "y si le dan juego, juega". Por lo visto, todo se reduce a jugar, sin hacer caso de las reglas. Lo grave es que esto lo dijera quien aspiraba, como socialista (!), a la alcald¨ªa de Alicante.
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