"El flamenco es tan emblem¨¢tico como el 'gentleman"
No necesita mirar la carta. Pide directamente el buey a un camarero que lleg¨® a la ciudad procedente del sur de China. Ricardo Pach¨®n (Sevilla, 1937) conoce bien el restaurante donde, en los a?os ochenta, sol¨ªa comer con Curro Romero y Camar¨®n. Se trata de uno de esos locales del centro de Madrid, decorado con azulejos y donde sirven el verm¨² de grifo.
El productor de los ¨²ltimos discos de Camar¨®n, el de Veneno y algunos de Pata Negra, en la ¨¦poca en que Raimundo y Rafael Amador descubrieron a Jimi Hendrix, pregunta por el antiguo due?o antes de sentarse -el local se bautiz¨® en 1933 con el nombre de pila del propietario- y acaba saludando al nieto, que es quien gestiona ahora la marcha del establecimiento. "Se siente uno un poco abuelo cebolleta con estas cosas", a?ade con una sonrisa.
El productor de los ¨²ltimos discos de Camar¨®n cambi¨® la historia del g¨¦nero
Luego, cuando le sirven el ceb¨®n en el plato caliente, asiente convencido: "Al menos en esto no han cambiado, sigue siendo carne procedente de Galicia". Y es que ni la ciudad ni el flamenco tienen ya mucho que ver con la capital que conoci¨® cuando se embarc¨® en los primeros experimentos de fusi¨®n del flamenco. Con Camar¨®n grab¨® La leyenda del tiempo, el disco que cambi¨® la historia del g¨¦nero, pero para entonces ya hab¨ªa editado el primer elep¨¦ de Lole y Manuel, El garrot¨ªn, de Smash, y alg¨²n disco de Silvio, su ideal de rockero.
El productor ha participado en estos d¨ªas en el ciclo O Dikhipen (la mirada), organizado por el Instituto de Cultura Gitana y la Filmoteca Espa?ola y dedicado en esta edici¨®n al cine documental. "Todo esto estaba previsto mucho antes de que Sarkozy empezara con las expulsiones. No se puede enjuiciar a todo un pueblo por lo que ocurre en sitios puntuales".
Personalmente conoce y defiende la parte m¨¢s l¨²dica de un pueblo que, en ocasiones, "recurre el hurto para comer". Su aportaci¨®n musical al flamenco ha sido tan fundamental que Pach¨®n les responsabiliza de la creaci¨®n de uno de los estereotipos del espa?ol: "El del flamenco andaluz, un personaje tan emblem¨¢tico como el gentleman ingl¨¦s. Yo personalmente me siento flamenco". Al momento canti?ea una sole¨¢ que dice as¨ª: "Una gallinita en medio de un llano / a ver qui¨¦n se resiste siendo gitano"; para inmediatamente hilar con otra: "Yo me tra¨ªa el cordel / y detr¨¢s ven¨ªa el burro" o "qu¨¦ guasa tiene el civil / primero mira el borrico y despu¨¦s me mira a m¨ª".
Amigo de Bambino, de Perrate y de Bernarda de Utrera, el productor conoci¨® la cava gitana de Triana antes de que fuera expulsada de all¨ª esa comunidad por las presiones de las grandes constructoras, apoyadas por el gobernador del Opus Hermenegildo Altozano. "Entonces cre¨ªan que para integrarlos lo mejor era la di¨¢spora pero fue al rev¨¦s, en minor¨ªa se cierran a¨²n m¨¢s y se activa el racismo; luego con el tiempo crearon ese monstruo que son las 3.000 Viviendas donde mezclaron a gitanos, quinquis y gach¨®s, gente que nunca hab¨ªa vivido en pisos y, mucho menos, con ascensor. Recuerdo pasear por el barrio sevillano con Raimundo Amador y descubrir a un burro asomado a una ventana del segundo piso".
Seg¨²n sus datos "en Espa?a vive un mill¨®n de gitanos y en Ruman¨ªa el 20% de la poblaci¨®n de la etnia en Europa. Por habitantes, los gitanos superan a los vascos, y el roman¨® (derivado del s¨¢nscrito) es m¨¢s antiguo que el catal¨¢n", suelta en plan boutade antes de salir pitando para llegar al AVE.
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