"Los ciudadanos me llaman al m¨®vil a cualquier hora"
Jigme Thinley, traje de corte perfecto, botines lustrosos, es un hombre feliz y un primer ministro ¨²nico. Encabez¨® el Gobierno cuando But¨¢n a¨²n era un reino y lo dirige ahora que es la democracia m¨¢s joven del mundo. Su trabajo es distinto. "Antes rend¨ªa cuentas directamente al rey, que siempre ha sido m¨¢s servidor que gobernante. Ahora la gente [700.000 habitantes] es m¨¢s cr¨ªtica con mis acciones, perdona menos, tiene m¨¢s expectativas".
Los ciudadanos de este peque?o pa¨ªs encajonado entre China e India no le paran por la calle. ?Le telefonean al m¨®vil! "Mi n¨²mero es p¨²blico. Me llaman a cualquier hora y estoy obligado a responder, como todos los ministros. Es nuestra responsabilidad". Dice que no todas las peticiones son razonables. Recuerda la de aquel que ten¨ªa problemas con la ley. "Cre¨ªa que yo pod¨ªa arreglarlo, pero no puedo".
El primer ministro de But¨¢n quiere que la felicidad compute como progreso
La cita era para desayunar, pero resulta que hab¨ªa desayunado. S¨ª detall¨®, divertido, que tom¨® cereales con leche de soja, fruta... tan sano que parece un anuncio.
Felicidad en butan¨¦s se dice gak¨ª, con acento en la i. Un concepto esencial en este pa¨ªs cuyas autoridades han logrado que les presten atenci¨®n -m¨¢s aun, que les tomen en serio- cuando defienden por todo el mundo que la felicidad interior bruta (FIB), que calcula cu¨¢n felices son los ciudadanos, mide mejor el progreso que el cl¨¢sico PIB, que indica si la econom¨ªa crece o cae. Aunque el 97% de los butaneses se declar¨® en 2008 feliz o muy feliz, asegura convencido que hay margen para mejorar. La clave de todo esto no es el budismo, es "ser humano".
El primer ministro cree que es m¨¢s feliz que sus padres. "Porque las condiciones de vida han mejorado mucho desde que, en 1961, decidimos abrir las puertas al resto del mundo, salir de nuestro aislamiento deliberado. Entonces se empez¨® a construir la primera carretera". ?Y comparado con sus hijos? "Me gustar¨ªa que fueran tan felices como somos mi mujer y yo". Y que sintieran que su familia siempre est¨¢ a mano. Este orgulloso abuelo de dos nietas y un nieto destaca que la familia extensa, la de relaciones estrechas con abuelos, t¨ªos, primos, etc¨¦tera, es una de las fortalezas de muchas sociedades tradicionales. But¨¢n prefiere "esta red natural de apoyo social y econ¨®mico a los artificiales sistemas de bienestar gestionados por los Gobiernos, sistemas que antes o despu¨¦s colapsar¨¢n". Por eso combaten la nuclearizaci¨®n familiar. But¨¢n se prepara para medir la felicidad nacional por segunda vez. Ha reclutado a investigadores extranjeros para lograr un sistema de medici¨®n "m¨¢s sencillo, m¨¢s pr¨¢ctico, m¨¢s fiable y m¨¢s preciso".
Thinley fue recibido en audiencia por el Rey: "Tuve ese privilegio. Hizo unas observaciones muy sabias. Es un dem¨®crata de verdad. Es m¨¢s, durante el tiempo que estuve con ¨¦l, sent¨ª que yo era el centro de su afecto".
Vino a Espa?a invitado por el Instituto Coca-Cola de la Felicidad. Cuentan que la chispa de la vida llega hasta el m¨¢s remoto de los rincones del planeta. ?Cu¨¢ndo lleg¨® a But¨¢n? "Recientemente, hace unos 12 a?os. Como all¨ª hace mucho fr¨ªo, somos m¨¢s de t¨¦ o de agua de manantial de monta?a". Aunque parezca el para¨ªso, existen grandes carencias: la educaci¨®n primaria ser¨¢ universal en 2013.
Acab¨® la media hora. Tiene dos entrevistas m¨¢s. Y luego, al Prado.
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