Sarkozy dar¨¢ un giro al Gobierno tras el desgaste por las huelgas
El presidente franc¨¦s prepara un cambio del Gabinete para la pr¨®xima semana - El primer ministro Fillon se aferra al cargo mientras el de Exteriores se despide
Con la pol¨¦mica reforma de las pensiones ya en vigor, promulgada el mi¨¦rcoles, Nicolas Sarkozy, desgastado tras una larga y extenuante pugna social con los sindicatos librada en la calle, se prepara para pasar p¨¢gina, tomar la iniciativa, levantar el vuelo y acudir a las elecciones de 2012 con garant¨ªas para la reelecci¨®n. Lo primero que har¨¢ ser¨¢ cambiar el Gobierno, algo que, extra?amente, anunci¨® ya hace meses, hipotecando el actual Ejecutivo cuando prometi¨® cambiarlo en cuanto la reforma de las pensiones estuviera aprobada.
El prometido baile de ministros (del que se habla en Francia desde antes del verano) se producir¨¢ el lunes o el martes, en todo caso despu¨¦s de que Sarkozy regrese de la reuni¨®n del G-20 de Se¨²l investido como presidente de turno del grupo de pa¨ªses m¨¢s poderosos del mundo, algo que tambi¨¦n intentar¨¢ aprovechar el jefe del Estado franc¨¦s para mejorar su maltrecha imagen.
El gobernante apenas tiene un 30% de popularidad en las encuestas
El jueves explicar¨¢ en televisi¨®n el plan para el restante a?o y medio de mandato
Tras la reforma del Gobierno, Sarkozy acudir¨¢ a la televisi¨®n el jueves 18 para explicar lo que piensa hacer en el a?o y medio que le queda de mandato. Entonces aclarar¨¢ si va a seguir con su calendario de reformas institucionales o si, escarmentado por la protesta social que ha generado el retraso de la edad de las pensiones, el frenes¨ª renovador con el que accedi¨® al El¨ªseo en 2007 se desinflar¨¢.
El semanario Le Point public¨® ayer el ¨²ltimo de los sondeos que coincide con todos los publicados ¨²ltimamente: con un 30% de aceptaci¨®n, Sarkozy se hunde en las encuestas, las peores desde que est¨¢ al frente del pa¨ªs. La ofensiva policial contra los gitanos rumanos del verano (una operaci¨®n encaminada en principio a ganar una parte del electorado situado m¨¢s a la derecha) fracas¨® dada la enorme y negativa repercusi¨®n mundial de la medida y el amplio movimiento sindical de rechazo a la reforma de las pensiones (nueve jornadas de protesta desde septiembre, huelgas continuadas, el pa¨ªs al borde de la par¨¢lisis por la falta de gasolina) cosech¨® a pesar de todo un amplio respaldo por parte de la poblaci¨®n.
Sarkozy conf¨ªa en que el nuevo Gobierno insufle energ¨ªa para cambiar el paso. Ser¨¢, seg¨²n todos los an¨¢lisis, un Gobierno cosido en torno al l¨ªder, sin coqueteos con la izquierda (como lo han sido hasta ahora los sucesivos Gobiernos de Sarkozy). Por eso, todo apunta a que, entre otros, el ministro de Asuntos Exteriores, el at¨ªpico y en sus tiempos ex ministro socialista, Bernard Kouchner, dejar¨¢ su puesto.
Hasta hace unos d¨ªas se daba por seguro tambi¨¦n que Fran?ois Fillon, el discreto, s¨®lido y popular primer ministro (supera siempre a Sarkozy en los sondeos), saldr¨ªa del Gobierno para dejar su plaza a un pol¨ªtico m¨¢s centrado, con m¨¢s sinton¨ªa social a fin de recomponer los puentes rotos con los sindicatos. Incluso, en septiembre, las declaraciones en una entrevista ("Sarkozy no ha sido nunca mi mentor. Nosotros hemos formado una alianza") fueron interpretadas como una despedida de Fillon del Gobierno. El ministro de Ecolog¨ªa, el centrista Jean-Louis Borloo, se apuntaba como sucesor. Pero las presiones de los diputados de la derecha m¨¢s cl¨¢sica, m¨¢s el escaso acierto de Borloo a la hora de gestionar la crisis de la gasolina en las pasadas jornadas de huelga han ido rest¨¢ndole posibilidades hasta acabar casi descart¨¢ndolo.
Paralelamente, el mismo Fillon, en otro discurso con segundas intenciones, manifestaba la semana pasada que no es bueno cambiar de t¨¢ctica en medio de la ruta, postul¨¢ndose de nuevo. Hay m¨¢s nombres en la apuesta, como el joven y brillante ministro de Presupuesto, Fran?ois Baroin, de 43 a?os, ex colaborador de Jacques Chirac, pero el tranquilo Fillon, hoy por hoy, parece mejor colocado que nadie.
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