"Es dif¨ªcil dar clase en junio con altas temperaturas"
La problem¨¢tica suscitada por la supresi¨®n de la jornada intensiva (los 13 ¨²ltimos d¨ªas del curso) presenta, por lo menos, cuatro caras diferentes: una pol¨ªtica, una familiar, una pedag¨®gica y otra laboral. No soy pol¨ªtico, pero s¨ª que soy padre, maestro y un trabajador; por ello me veo en la necesidad de manifestar mi opini¨®n desde mis experiencias.
La petici¨®n razonada de la jornada intensiva en junio ha ido siempre acompa?ada de la aprobaci¨®n del consejo escolar. Ninguna escuela ha podido solicitar la jornada intensiva sin la aprobaci¨®n de su consejo y, dentro de una misma zona educativa, nos encontramos con centros que no la solicitan y otros que s¨ª lo hacen. En ambos casos las razones para hacerla o dejarla de hacer son igualmente v¨¢lidas y coherentes con sus respectivos proyectos educativos y con las caracter¨ªsticas "f¨ªsicas" y "geogr¨¢ficas" de sus respectivos entornos. No olvidemos que cada escuela es un mundo y como tal presenta unas peculiaridades a las que hay que atender y entender.
En el tercer trimestre alumnos y profesores acusamos ya el desgaste de los dos intensos trimestres que llevamos a las espaldas y en las neuronas. Atr¨¢s quedan los esfuerzos del primer trimestre para hacer que todo vuelva a funcionar y los del segundo (tradicionalmente el m¨¢s provechoso) para empezar a recoger los frutos del desarrollo del curso. Hacer clase con las altas temperaturas de junio es tarea dif¨ªcil y poco provechosa para los alumnos: son m¨¢s beneficiosas las horas de la ma?ana que las de la tarde. La experiencia nos dice que en esas tardes de calor la escuela se parece m¨¢s a un aparcani?os que a otra cosa.
La mayor¨ªa de los maestros de la escuela p¨²blica de Catalu?a tenemos m¨¢s de 20 a?os de experiencia. Es injusto que se nos juzgue por lo que, aparentemente, no hacemos (trabajar julio y agosto, Semana Santa y Navidad) y se obvie lo que hacemos d¨ªa a d¨ªa, y no me estoy refiriendo con ello a las salidas pedag¨®gicas y las colonias, a cuenta de las cuales se nos concede la jornada intensiva. Alguien deber¨ªa explicar a la opini¨®n p¨²blica que los maestros no hemos pedido una semana blanca de vacaciones en el segundo trimestre, que conciliar la vida laboral y familiar no pasa por tener a los hijos m¨¢s horas en el colegio, que la aplicaci¨®n de la sexta hora no es la soluci¨®n al fracaso escolar, que la educaci¨®n de los hijos es responsabilidad de las familias, que la mayor¨ªa de nuestros alumnos necesitan m¨¢s tiempo con sus padres y con sus madres... y que Finlandia est¨¢ en el Polo Norte.
Francisco Salmer¨®n es director de la escuela Joan Sallar¨¨s i Pla, de Sabadell.
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