"Hoy soy una guerrillera cultural"
La pasi¨®n por el circo de T¨¦t¨¦, nombre art¨ªstico de Teresa Ricou, primera mujer payasa de Portugal, viene de lejos. En los a?os setenta, recorr¨ªa su pa¨ªs atrasado y triste para divertir a chicos y mayores. De aquella pasi¨®n naci¨® en 1981 Chapit?, un espacio l¨²dico y educativo, que tiene una escuela de circo por la que pasan cada a?o 300 j¨®venes, muchos marginados o ex reclusos. A punto de cumplir 30 a?os, Chapit? no es solo una escuela fundada en una antigua c¨¢rcel de mujeres de Lisboa, que utiliza el circo como instrumento de reinserci¨®n, sino que tiene su compa?¨ªa estable que act¨²a en todo el mundo. "Es la escuela profesional con mayor porcentaje de alumnos (30%) que ingresan en universidades de circo y artes en el extranjero", dice orgullosa T¨¦t¨¦, 65 a?os, fundadora-directora del centro.
La mujer payaso dej¨® a su poderosa familia para divertir a los portugueses
La explanada de Chapit? era el patio al que sal¨ªan las reclusas. Hoy alberga un restaurante. Todav¨ªa sobrevive un fregadero, donde las presas lavaban la ropa. Dos antiguas carceleras a¨²n viven en el segundo piso, porque el Estado (propietario del edificio) les garantiz¨® alojamiento vitalicio. La conversaci¨®n con T¨¦t¨¦ comienza mientras degustamos una raci¨®n de pataniscas de bacalao, los bu?uelos portugueses. "Este proyecto solo tiene inter¨¦s en la medida que ayuda a cambiar la sociedad. No es un proyecto m¨¢s. Aqu¨ª se aprende circo y tambi¨¦n ciudadan¨ªa, cultura y econom¨ªa social", explica Teresa Ricou.
Sin ser una experta en mercadotecnia ni en los negocios -"soy obstinada"-, ha hecho realidad un sue?o en el que trabajan 120 personas. Hasta cumplir el sue?o, tuvo una vida intensa. Naci¨® en el norte de Portugal en el seno de una familia burguesa. Vivi¨® varios a?os en ?frica, porque su padre era m¨¦dico especialista en lepra. "Tengo el coraz¨®n y el alma africanas", asegura. Fue expulsada de varios colegios y emigr¨® a Londres, donde tuvo los trabajos m¨¢s diversos. De regreso a Portugal, se cas¨® con Francisco Salgado, miembro de una de las familias m¨¢s influyentes del pa¨ªs (Banco Esp¨ªrito Santo).
Su vida de dama de la alta sociedad fue breve. A los nueve meses, tuvo problemas con la polic¨ªa pol¨ªtica de la dictadura por su militancia izquierdista, se separ¨® del marido y huy¨® a Par¨ªs. All¨ª estudi¨® en la prestigiosa escuela de mimo Le Coq, particip¨® en seminarios de m¨¢scaras, acrobacia y danza, y conoci¨® a personajes como Fernando Arrabal, Alain Resnais y Michel Piccoli.
Se fue a Cuba y perdi¨® la tutela del hijo, Nuno, tras una batalla judicial que le enfrent¨® al marido y a la poderosa familia Esp¨ªrito Santo. Parad¨®jicamente, el Tribunal de Menores funcionaba en el edificio que a?os m¨¢s tarde se convertir¨ªa en la sede de Chapit?, cedido por el Ministerio de Justicia. En 1977 cre¨® el personaje T¨¦t¨¦ y form¨® pareja profesional con Luciano Nobre, maestro de payasos. Hace una pausa para picotear en la ensalada. Y prosigue el relato de su vida. Despu¨¦s de la revoluci¨®n de los claveles, fund¨® el departamento de circo del Departamento de Cultura. "La gran revoluci¨®n est¨¢ por hacer: la revoluci¨®n cultural en la Administraci¨®n p¨²blica", dice T¨¦t¨¦, la luchadora infatigable. "Soy una guerrillera, lo fui en el pasado. Hoy soy una guerrillera cultural".
Su ¨²ltimo sue?o se llama Chapit?-Rio, que ser¨¢ la primera Universidad de Circo de Portugal, en un gran predio junto al Tajo. Pero en sus venas corre la nostalgia de T¨¦t¨¦, la mujer payasa, que aparc¨® hace 10 a?os. "Es un trabajo muy adictivo. Ahora me dedico a aplaudir y a esperar el momento para volver a escena".
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