Aventuras del Capit¨¢n Russell
Supongamos que usted, amable lector, naci¨® en Espa?a entre principios de los a?os treinta y finales de los cincuenta del pasado siglo. Y supongamos tambi¨¦n que usted es una persona normal, sana e inteligente, es decir, que durante su infancia y adolescencia (que bien pudiera haberse prolongado en ese aspecto hasta hoy mismo, como puedo personalmente atestiguar) disfrut¨® con los tebeos m¨¢s que con nada en la vida. Pues si tal es el caso no debe perderse Tragados por el abismo (Edicions de Ponent), la estupenda historia del tebeo de aventuras en Espa?a escrita por Pedro Porcel, ilustrada con tan abundante generosidad y tino como para complacer al nost¨¢lgico m¨¢s exigente. Una aut¨¦ntica org¨ªa con menores pero sin atisbo de violaci¨®n ni abuso porque tales menores son los que cada uno llevamos dentro: esos ni?os nunca del todo "tragados por el abismo" del tiempo aniquilador.
Confieso que hoy muchas de las llamadas "novelas gr¨¢ficas" son demasiado adultas para mi gusto
El estudio de Porcel no solo est¨¢ bien documentado sino tambi¨¦n escrito con gracia y soltura. Uno de sus aciertos es relacionar los argumentos y personajes de las historietas con sus precedentes en la novela o el cine. Otro, distanciarse de esa teor¨ªa reduccionista que descalifica a algunos h¨¦roes emblem¨¢ticos (El Guerrero del Antifaz, Roberto Alc¨¢zar y Pedr¨ªn...) como simples emanaciones de la ideolog¨ªa franquista. Aunque jugaron con las cartas marcadas por la dictadura, tienen sus propios aciertos como est¨ªmulos ingenuos de la imaginaci¨®n popular... que a fin de cuentas es la que termina sobreponi¨¦ndose a las gris¨¢ceas tiran¨ªas. Y que conste que hubo obras maestras en ese g¨¦nero, hoy ya en v¨ªas de olvido. ?El Capit¨¢n Trueno? Desde luego, pero a m¨ª que me entierren tambi¨¦n con el Inspector Dan de Giner y el Cachorro de Iranzo...
Confieso que hoy muchas de las llamadas "novelas gr¨¢ficas" resultan demasiado adultas para mi gusto. Se toman tan en serio su papel sociol¨®gico y sus denuncias hist¨®ricas que terminan siendo tan cargantes como las novelas no gr¨¢ficas que debemos padecer para edificaci¨®n de nuestra alma. Por supuesto siempre puede uno refugiarse en el Hellboy de Mike Mignola, en las sagas italianas editadas por Bonelli (como Dampyr o el invariablemente entretenido Dylan Dog) y, cuando falta lo dem¨¢s, en las reimpresiones hoy frecuentes de los cl¨¢sicos de Buscema, Alex Raymond y compa?¨ªa. Pero de vez en cuando aparece la novedad de una joya sin descoyuntamientos tenebristas ni realismo de telediario que es realmente "para todas las edades" como suele decirse, y que nos reconcilia con las posibilidades del g¨¦nero.
Tal es el caso de la que me parece la mejor novela gr¨¢fica de los ¨²ltimos tiempos: Logicomix, editada en EE UU por Bloomsbury y, si no me equivoco, a¨²n in¨¦dita en Espa?a. Su argumento se debe a los griegos Doxiadis y Papadimitriou, con dibujos de Papadatos y color de Annie di Donna. El protagonista de este cuento delicioso no es un guerrero ni un detective, sino el gran fil¨®sofo Bertrand Russell. Y en ¨¦l aparecen como personajes invitados algunos de los mayores l¨®gicos del pasado siglo, implicados en los episodios pol¨ªticos y b¨¦licos de su ¨¦poca, pero sobre todo en la mayor aventura ¨¦pica imaginable: la b¨²squeda de la verdad racional. ?Un tema ¨¢rido y poco popular? Todo lo contrario, gracias al talento c¨¢ndido pero tambi¨¦n sabio de los guionistas y al enorme encanto de las ilustraciones de l¨ªnea clara en las que encarna el relato. El manido lema de "instruir deleitando" suele sonar justamente ominoso a los m¨¢s peque?os y tambi¨¦n a quienes estamos de su parte: en esta ocasi¨®n, sin embargo, se cumple de forma casi m¨¢gica y a todas luces ejemplar.
Babelia
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