Miedo al contagio
La crisis de Irlanda amenaza con arrastrar a Portugal y frena la recuperaci¨®n espa?ola
A pesar de que las primas de riesgo se han moderado, la estabilidad econ¨®mica y financiera de la zona euro sigue sometida a la intensa presi¨®n de la crisis irlandesa. Solo razones pol¨ªticas explican que Irlanda no haya invocado todav¨ªa el Fondo de Rescate Europeo, pero la intervenci¨®n es pr¨¢cticamente inevitable y ser¨ªa deseable, adem¨¢s, que fuera urgente. Y lo que m¨¢s urge es proceder a una recapitalizaci¨®n de los bancos irlandeses, que Dubl¨ªn no puede afrontar. Por ello, la propuesta de la Comisi¨®n es proceder a una salvaci¨®n r¨¢pida del sistema financiero irland¨¦s y recuperar as¨ª, con un coste elevado pero medido, una parte de la confianza de los mercados. Pero el desorden no se limita a Irlanda; ha contagiado a Portugal, perjudica a Grecia, a quien Eurostat ha descubierto un d¨¦ficit superior al previsto, y amenaza con contaminar a Espa?a si las autoridades espa?olas no gestionan el nuevo episodio de crisis con la debida competencia.
Actuar con competencia significa aceptar que existen probabilidades de contagio. Las autoridades portuguesas admitieron ayer que Lisboa podr¨ªa verse obligada a recurrir al Fondo de Rescate, porque la presi¨®n de los mercados no reacciona ante las meras declaraciones de intenciones. Los ministros de Econom¨ªa de la zona euro se enfrentan hoy a una situaci¨®n compleja, porque en inter¨¦s de la moneda com¨²n deben recomendar a Irlanda que acelere la petici¨®n de ayuda, al menos para los bancos, y porque la econom¨ªa portuguesa se precipita hacia una situaci¨®n parecida.
Hoy, como cuando empez¨® el proceso fatal que acab¨® con la intervenci¨®n de Grecia, no basta con decir que "Espa?a no es Irlanda". No lo es, entre otras razones, porque la prima de riesgo en Espa?a ronda los 200 puntos b¨¢sicos y la irlandesa supera los 600. Pero con cada episodio de crisis el diferencial de deuda estabilizado despu¨¦s de la vor¨¢gine es superior al anterior. La prima de riesgo no ha vuelto a los 100 puntos b¨¢sicos despu¨¦s del repunte de la primera crisis ni a los 150 puntos despu¨¦s de la segunda. Y esta situaci¨®n refleja el recelo latente de los inversores y encarece el coste de financiaci¨®n de las empresas.
La situaci¨®n de Espa?a es delicada, aunque est¨¦ todav¨ªa lejos del abismo. Su solvencia financiera depende de los planes de ajuste, de las reformas a medio camino (en especial de la reforma del sistema financiero, que debe sustanciarse de inmediato) y de las expectativas de crecimiento econ¨®mico, porque es la condici¨®n imperativa para reducir el paro y el d¨¦ficit.
La recuperaci¨®n es dif¨ªcil cuando la financiaci¨®n de la econom¨ªa se encarece constantemente debido al recelo de los inversores. De ah¨ª que la gesti¨®n pol¨ªtica tenga que ser muy cuidadosa; deber¨ªa evitarse cualquier gesto que implique que los recortes del gasto no se respetar¨¢n, cualquier indicio de que la reforma financiera no se cerrar¨¢ a tiempo, o cualquier sugerencia de que las reformas laboral y de las pensiones quedar¨¢n aplazadas. Pero, desgraciadamente, esta ¨²ltima torpeza ya se ha cometido.
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