La maldici¨®n de la viuda
La necr¨®polis medieval del pueblo tiene 85 tumbas orientadas al sol naciente
La maldici¨®n de Carmen Carlos, una se?ora que regenta un bar, ha recorrido Sieteiglesias de punta a punta: "Mir¨¦ a mi marido y le dije: 'En caso de duda que sea yo la viuda'. Y al final me sal¨ª con la m¨ªa". Su marido Tom¨¢s, al que quer¨ªa horrores, muri¨® hace ocho o nueve a?os, no se acuerda muy bien ahora mismo, y por entonces les dijo a sus amigas que ellas iban por su mismo camino. As¨ª ocurri¨®. Siempre se dijo tambi¨¦n que el amor es para toda la vida, que lo que un¨ªa Dios en la iglesia de San Pedro Ap¨®stol no lo separaba nadie.
Pero cada vez ha sido m¨¢s com¨²n en este pueblo de 80 habitantes, situado en una zona de dehesas y prados, ver matrimonios rotos (16). Y el n¨²mero de viudas es de 13, frente a un solo viudo. Los recuentos se han hecho en un corro espont¨¢neo reunido en la cafeter¨ªa nueva y en la cabeza de Carmen. Los datos coinciden. Se ha corrido la voz por la comarca. "Al ser peque?o esto se entera uno de todo, pero lo elegante es no dar los nombres", tercia tras pasar un rato contando con los dedos. Ella, de toda la vida, ha recibido las cartas de todo el mundo. La cartera las dejaba en su bar y all¨ª ten¨ªa que ir la gente del pueblo, de paso, el que quisiera pod¨ªa tomar un chato de vino.
Se cree que el nombre del pueblo viene dado porque hab¨ªa siete ermitas
"Al ser peque?o se entera uno de todo, pero lo elegante es no dar nombres"
?Quieren decir el n¨²mero de divorcios que el amor se acaba con m¨¢s frecuencia por estos lares? ?O es que los hay que despu¨¦s de un desenga?o se vienen a Sieteiglesias a una especie de retiro y as¨ª se engorda la estad¨ªstica? "No se muda aqu¨ª nadie por si acaso", bromea Jorge Mart¨ªn, el due?o de la cafeter¨ªa. Hay de todo, pero de lo que m¨¢s hay es buena gente. Un vecino se preocupa del de al lado, nos atendemos todos como es debido", explica Carmen, muy dicharachera.
Esa uni¨®n vecinal se ha fraguado durante d¨¦cadas en unas ruinas misteriosas donde era habitual que los j¨®venes se juntasen para beber, fumar sus primeros cigarrillos o dar esos besos que despu¨¦s se cuentan con gracejo durante el resto de vida. En 2001, sin embargo, se acab¨® el chollo. Se realizaron unas investigaciones arqueol¨®gicas para dar con uno de los testimonios m¨¢s sobresalientes del doblamiento hist¨®rico de la zona: la necr¨®polis medieval de Sieteiglesias. Se puede pasear por el yacimiento y apreciar 85 tumbas orientadas buscando el sol naciente, como marca la tradici¨®n cristiana. Las visitas guiadas se realizan los s¨¢bados, domingos y festivos oficiales, mientras que para ir entre semana hay que concertar una cita previa con el Ayuntamiento, compartido con otras dos poblaciones cercanas, Lozoyuela y Navas de Buitrago. La entrada, gratuita para los ni?os, cuesta un euro a los adultos.
Se excavaron muchas tumbas en el sitio, pero solo se encontraron restos de dos personas. El rito funerario, piensan los expertos, inclu¨ªa posiblemente el lavado y ungimiento del cad¨¢ver, para despu¨¦s ser depositado dentro de un ata¨²d de madera. Las cer¨¢micas que se encontraron vinculan la suerte de estos moradores con la repoblaci¨®n cristiana por parte de ganaderos. En lo alto emerge la iglesia. "A todo lo alto me he subido yo", rememora Felipe Gonz¨¢lez, que obviamente incluye el chascarrillo sobre su nombre.
Se cree que el nombre del pueblo viene dado porque hace muchos a?os hab¨ªa siete ermitas, de lo que se deduce que hab¨ªa mucha gente y muy devota. Su pasado romano es evidente: se sit¨²a sobre una ramificaci¨®n norte de la v¨ªa romana 25 del itinerario de Antonino, buscando el puerto de Somosierra por Buitrago de Lozoya. Es un gran lugar para andar, como es frecuente en la comarca de la sierra norte. Fresnos centenarios, robles y encinas se van abriendo paso a medida que se recorre el sitio. En la zona de El Espaldar, ladera de la sierra de La Cabrera, dentro del t¨¦rmino municipal de Lozoyuela, las gu¨ªas lo aconsejan como un lugar id¨®neo para pasear entre pinares y o¨ªr correr el agua de manantiales y arroyuelos. A los que les gusten, por aqu¨ª proliferan una buena cantidad de hongos y setas de calidad.
Dicho esto, el pueblo es de obligada visita para pasar un buen d¨ªa; para la noche si se quiere se puede buscar refugio en las coquetas casas rurales de los alrededores. Pese a la maldici¨®n de Carmen no hay que dejar de visitar su peque?o negocio, de nombre La Fragua. "Todo el mundo es bienvenido", dice a modo de eslogan. Dejando el pueblo, por la carretera, se ve de paseo a hombres y mujeres solitarios que parece que no van a ning¨²n sitio. Da escalofr¨ªos.
Museo-estanco
- Las l¨ªneas de autob¨²s 190, 191, 194, 195 y 196 acercan a los tres n¨²cleos de poblaci¨®n (Lozoyuela-Navas-Sieteiglesias) desde el intercambiador de plaza de Castilla.
- La iglesia de San Pedro Ap¨®stol fue construida sobre un paraje de roca. De l¨ªneas sobrias y un plan arquitect¨®nico sencillo, es un buen ejemplo del tipo de parroquias que se ven habitualmene en la sierra madrile?a.
- Cerca, en la localidad de Lozoyuela, se puede ver un curioso museo-estanco de objetos antiguos como herramientas, fotograf¨ªas, juguetes, tel¨¦fonos, monedas...
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