A por los 1.000 millones de viajes

El transporte p¨²blico ha cambiado como un calcet¨ªn en los a?os del tripartito. Lo m¨¢s visible es el traspaso de los servicios que presta Renfe en Catalu?a: Rodalies, hace ahora un a?o, y regionales, esta misma semana. Pero antes se produjo una transferencia que ha servido de modelo: el tren de Lleida y La Pobla. La Generalitat asumi¨® una l¨ªnea d¨¦bil y de utilidad escasa y la convirti¨® en la primera de cercan¨ªas de Lleida y en tren tur¨ªstico en fin de semana. Como no ten¨ªa capacidad para explotarla desde el principio, firm¨® un convenio con Renfe.

En t¨¦rminos cuantitativos esta l¨ªnea no es muy relevante, pero abri¨® el camino a todo lo que se produjo luego, que tiene una importancia capital en el ¨¢rea metropolitana, donde, de no haber sido por la crisis, se hubieran superado los 1.000 millones de viajes. En el a?o 2003 se registraron 837 millones, una cifra que sigui¨® creciendo hasta 2009. En realidad, no fue solo la crisis: las obras y los cortes de tr¨¢fico que supusieron tambi¨¦n han tenido que ver en esta historia. Y pese a todo, este a?o la cifra de usuarios aumenta respecto a los dos anteriores y, si se consolida en el segundo semestre, establecer¨¢ un nuevo r¨¦cord.

Las obras de la l¨ªnea 9 han sido una herencia envenenada

Los traspasos de los servicios ferroviarios se han hecho acompa?ados de dotaciones presupuestarias que cubran el d¨¦ficit que genere el servicio, hoy y en el futuro. El convenio que establece el traspaso incluye cl¨¢usulas que prev¨¦n que Catalu?a reciba inversiones complementarias si se hicieran en otros territorios espa?oles.

El transporte p¨²blico ha tenido un ¨²nico titular: Joaquim Nadal, que vivi¨® la crisis m¨¢s dura cuando se produjo el hundimiento del Carmel, tramo definitivamente abierto el pasado verano. Adem¨¢s de superar la cat¨¢strofe, Nadal ha potenciado y consolidado el tranv¨ªa en los dos extremos (el norte y el sur) de Barcelona, de forma que un tipo de transporte que nadie quer¨ªa es ahora reclamado en diversas poblaciones de toda Catalu?a.

Pero lo que m¨¢s ha marcado la actividad de Nadal ha sido la l¨ªnea 9 del metro, una herencia envenenada. Hoy, la mayor¨ªa de los t¨¦cnicos y pol¨ªticos relacionados con el transporte reconocen (con la boca peque?a y nunca en p¨²blico) que si hubieran podido hacer borr¨®n y cuenta nueva, lo habr¨ªan hecho. El coste de la obra es descomunal y solo se amortizar¨¢ a muy largo plazo. Con los m¨¢s de 8.000 millones de coste en que se han convertido los 2.300 millones previstos por CiU, se pod¨ªa haber hecho una reforma total del transporte p¨²blico y, desde luego, m¨¢s r¨¢pida y efectiva. Pero la obra estaba licitada e incluso iniciada, y no pod¨ªa ser paralizada sin graves consecuencias.

El resultado es el que es: funciona en el extremo norte de Barcelona (enlaza la ciudad con Badalona y Santa Coloma), pero incluso este tramo ha sido inaugurado con un lustro de retraso. Est¨¢ muy adelantada la obra del extremo sur: Zona Franca y El Prat y el aeropuerto, pero tardar¨¢ en ser inaugurada y, cuando se haga, ser¨¢ tambi¨¦n de modo parcial y con todo el tramo central de la l¨ªnea que, con suerte, no estar¨¢ listo hasta 2014.

Los Gobiernos anteriores al tripartito (los de CiU) apenas se interesaron por el transporte en el ¨¢rea metropolitana e incluso deshicieron planes de metro previos. La ni?a de sus ojos fue Ferrocarrils de la Generalitat, pero no para ampliarla en kil¨®metros, sino para mejorar la confortabilidad y los accesos de las estaciones. El metro, tan barcelon¨¦s como obrero, no tuvo la misma suerte. El tripartito ha equilibrado las inversiones entre ambos medios de transporte, ha renovado las flotas y ha acometido ampliaciones de l¨ªneas en Terrassa y Sabadell, as¨ª como prolongaciones de las l¨ªneas del metro. Para su desgracia, las obras ferroviarias exigen largos plazos, de modo que la inauguraci¨®n de estos proyectos pasar¨¢ al Gobierno que salga de las urnas el 28 de noviembre. Y adem¨¢s se beneficiar¨¢ de la puesta en funcionamiento de la l¨ªnea de alta velocidad que permitir¨¢ que los trenes regionales y de largo recorrido dejen las v¨ªas de ancho ib¨¦rico, dando paso a la verdadera revoluci¨®n de Rodalies. Lo ha pactado este Gobierno, se lo apuntar¨¢ el pr¨®ximo.