El Palau, profanado

Esquerra Republicana profan¨® ayer el Palau de la M¨²sica. Coloc¨® en su escenario un grupo supuestamente musical cuyo sonido fue reproducido a tal volumen que lo que tal vez era m¨²sica se convirti¨® en ruido. ?Atronador! Tanto que los invitados de honor (los elegibles) no entraron en la sala hasta que acab¨® el estruendo. Los planificadores quisieron reproducir el sentimiento de euforia sin causa y no encontraron mejor sistema que disparar los decibelios. Por suerte para ellos, no hab¨ªa ning¨²n inspector de sanidad: los habr¨ªan multado por folloneros.

Luego llegaron los discursos y los silencios. Por ejemplo: al repasar la historia del partido se evoc¨® a Maci¨¤ y Companys, Irla y Tarradellas. Luego, la nada hasta Carod y Puigcerc¨®s. Como si el partido no hubiera tenido tambi¨¦n tipos como Heribert Barrera y Hortal¨¤ (que, de mil amores, pactaron con CiU contra la izquierda) y m¨¢s tarde ?ngel Colom y Pilar Rahola (hoy publicista oficiosa de Artur Mas).

Joan Ridao estuvo vibrante evocando a Pujol y los hechos del Palau, donde este gan¨® la ¨¦pica y sus sucesores, y dijo, "han perdido la ¨¦tica". Fue una de las pocas alusiones al expolio de Millet. La otra fue cuando alguien dijo que los de Esquerra saldr¨ªan del edificio sin arramblar con nada.

Oriol Amor¨®s (junto a la joven Gemma Lago, el ¨²nico que levant¨® el pu?o durante el canto del himno nacional) esboz¨® alguna cr¨ªtica a los largos a?os de gobierno municipal en Barcelona. Luego debi¨® de ver que all¨ª estaba (siempre con los que ganan) el ex colomista Jordi Portabella, y cambi¨® un poco su discurso.

Cerr¨® el acto Joan Puigcerc¨®s asegurando que el mundo "espera a Catalu?a", aunque no dijo d¨®nde la est¨¢ esperando. Por cierto, el aplauso m¨¢s largo se lo llev¨® Carod. El notado ausente.