Camar¨®n, cantaor universal
EL PA?S ofrece a sus lectores una colecci¨®n ¨²nica de la obra del artista
El concierto de la Monumental de Barcelona en el que se present¨® en directo La leyenda del tiempo, en julio de 1979, supuso un antes y un despu¨¦s en la historia de la m¨²sica, pero su protagonista, Jos¨¦ Monge Cruz, Camar¨®n, andaba por all¨ª un tanto despistado. La periodista Amelia Castilla narra lo que el cantaor le contest¨® a un reportero que quer¨ªa saber lo que sent¨ªa al compartir escenario con Jaco Pastorius. "?Qui¨¦n es ese?", dec¨ªa sin maldad sobre uno de los bajistas m¨¢s ilustres del jazz. T¨ªmido, absorto en su mundo, este artista muerto a los 41 a?os represent¨® como nadie la voz de un pueblo y conquist¨® a muchos que hasta entonces no se hab¨ªan acercado al flamenco.
Para celebrar el 60? aniversario del nacimiento del genio y coincidiendo con la decisi¨®n de la Unesco de incluir el flamenco en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, EL PA?S ofrece a sus lectores una colecci¨®n ¨²nica en formato libro-CD de la obra de Camar¨®n. Los textos los escriben grandes amigos y productores del cantaor como Ricardo Pach¨®n, ?ngel ?lvarez Caballero, Ferm¨ªn Lobat¨®n... La primera entrega se podr¨¢ conseguir el pr¨®ximo domingo, 28 de noviembre, por tan solo 2,95 euros. El resto, tambi¨¦n los domingos, por 5,95.
Los textos son de amigos y productores del cantaor como Ricardo Pach¨®n
Ricardo Pach¨®n, en el libro que acompa?a al disco Vivir¨¦, sit¨²a en 1984, a?o de grabaci¨®n de esa obra, el encuentro de Camar¨®n con "la droga heroica". Jos¨¦ se fue a vivir a casa de Antonio Humanes, en Madrid, y seg¨²n se cuenta en un libro de Gamboa y Faustino N¨²?ez, esnifa hero¨ªna durante un concierto de Bambino. En ese tiempo la droga "entra a devorar" el ambiente flamenco. Pese a haber pasado solo un a?o desde su anterior disco, la cr¨ªtica not¨® un cambio en su voz.
"Su obra es tan rotunda", escribe Pach¨®n, "que no necesita ninguna explicaci¨®n de su vida privada. No obstante, ante este disco y releyendo las letras de los temas, el aficionado no comprender¨ªa el sentido de su arte sin adentrarse un poco en su personal calvario". Lo acompa?a con estos versos: "Solo, me encuentro muy solo. / Cuando me miro al espejo / ya no s¨¦ ni lo que digo. / Vivo con el pensamiento, / sin un amigo". He aqu¨ª los demonios interiores de Jos¨¦ Monge.
Considerado un maestro, un mes¨ªas para los cl¨¢sicos del flamenco, el productor recuerda c¨®mo en 1979, sin la habitual colaboraci¨®n de Paco de Luc¨ªa, Camar¨®n da "un paso de gigante" al cambiar con el disco La leyenda del tiempo la estructura del flamenco, incluyendo nuevos instrumentos, textos po¨¦ticos y hasta "un nuevo concepto iconogr¨¢fico". En algunas entrevistas le preguntaban cu¨¢ntos discos hab¨ªa grabado y dec¨ªa: "He grabado 18 o 19 y ... La leyenda del tiempo". Pach¨®n a¨²n muestra su orgullo al escuchar la opini¨®n de Paco de Luc¨ªa sobre la obra. "A Paco le sorprendi¨®. Me dijo que le gustaba todo el disco (...). Eso fue para m¨ª una aut¨¦ntica liberaci¨®n, despu¨¦s de soportar cr¨ªticas tan adversas".
Los libros de la colecci¨®n resaltan con maestr¨ªa la obra y la vida de Camar¨®n. Su figura herc¨²lea encima del escenario y la de hombre callado, enigm¨¢tico, espartano, a ras de suelo. La periodista ?ngeles Castellano indaga en la relaci¨®n que mantuvo el cantaor con uno de sus ¨ªdolos, Manolo Caracol. El primer encuentro entre ambos tuvo lugar cuando Jos¨¦ ten¨ªa 12 a?os. Le hab¨ªan dicho que hab¨ªa un gitano rubio que cantaba muy bien, y este contest¨® que un rubio "nunca puede ser un gran cantaor". Enrique Montiel fue testigo del encuentro: "Jos¨¦ cant¨® con todas sus ganas y Caracol no dijo nada, silencio, nada". Aquello dicen que qued¨® grabado en la memoria y el orgullo herido de Jos¨¦, que nunca lleg¨® a cantar como profesional en Los Canasteros, el tablao madrile?o de Caracol.
No se entiende tampoco su vida sin la figura de su mujer y su lugar de origen. Jos¨¦ Monge hab¨ªa contra¨ªdo matrimonio en 1976 con Dolores Montoya, La Chispa. El cr¨ªtico Fernando Navarro cuenta que 10 a?os despu¨¦s de la muerte del cantaor, en su San Fernando natal, los j¨®venes segu¨ªan llevando cadenas de oro con su imagen y los m¨¢s ac¨¦rrimos se arrodillaban ante la viuda. El encargado del cementerio del pueblo, que desconoc¨ªa la dimensi¨®n del personaje, contaba que gente de todo el mundo peregrinaba hasta su tumba: "Franceses, italianos, suecos y hasta japoneses han pasado por la tumba de Jos¨¦. Unos le rezan una oraci¨®n, pero otros le dejan zapatos, camisetas y hasta unos pantalones".
"En este tiempo no se ha descansado de ¨¦l", dec¨ªa La Chispa en una entrevista. "Al principio quer¨ªa que le dejaran tranquilo, pero me di cuenta de que Jos¨¦ es un mito y la gente le quiere".
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