"?C¨®mo puedo negociar con quien me apunta con una pistola?"
Estamos con quien nos atienda y con quien pueda solucionar nuestros problemas". El teniente Francisco Garc¨ªa Ruiz, presidente de la Uni¨®n de Oficiales (UO) de la Guardia Civil, quiere dejar claro desde el principio que ¨¦l y los m¨¢s de 1.100 afiliados bajo estas siglas no est¨¢n ni con el PSOE, ni con el PP, ni con IU. "Estamos con quien nos escuche y con quien pueda solucionar nuestros problemas", insiste.
La UO naci¨® en Castell¨®n en 2004 como "asociaci¨®n cultural" con una actividad m¨¢s que difusa: "temas militares". La crearon cuatro oficiales que se sent¨ªan desprotegidos frente al enorme aparato del que forman parte. Cuatro a?os despu¨¦s, ese grupo se transform¨® en asociaci¨®n profesional y est¨¢ en el Consejo de la Guardia Civil (¨®rgano en el que los guardias se ven las caras con su patronal).
"El Gobierno ha de admitir que la seguridad es cara. La seguridad no es cosa de ricos, sino una se?a de progreso"
La Uni¨®n de Oficiales se dio a conocer tras la exitosa manifestaci¨®n celebrada el pasado septiembre en Madrid conjuntamente con la Asociaci¨®n Unificada de la Guardia Civil (AUGC). Miles de tricornios salieron a la calle tras la pancarta: "Basta de abusos con los guardias civiles. Jornada laboral y ley de personal, ya".
Esa gran manifestaci¨®n fue autorizada por los jueces, revocando la prohibici¨®n de la Delegaci¨®n del Gobierno. Antes de conocer tal resoluci¨®n judicial, el secretario general de la AUGC, Alberto Moya, y el presidente de la UO se quejaron de que el Gobierno les tratase "como a terroristas". Y ese mismo d¨ªa, el director general de la Polic¨ªa y la Guardia Civil, Francisco Javier Vel¨¢zquez, abri¨® contra ambos sendos expedientes por verter "graves acusaciones contra diversas instituciones y autoridades del Estado". Y as¨ª est¨¢n las cosas.
Aquella manifestaci¨®n del 18 de septiembre pasado ten¨ªa dos objetivos: denunciar que un guardia civil trabaja de media 22 horas mensuales m¨¢s que un polic¨ªa nacional y, sin embargo, cobra unos 200 euros menos; y conminar al Gobierno a que cumpla la ley de 2007 que obliga a equiparar a los oficiales salidos de la Academia del Ej¨¦rcito de Tierra con los que proceden de las bases de la propia Guardia Civil. Seg¨²n el teniente Garc¨ªa, de 38 a?os, esa equiparaci¨®n supondr¨ªa "una aut¨¦ntica revoluci¨®n", ya que permitir¨ªa que un guardia raso pudiera llegar a general. Cosa hoy por hoy imposible.
Pregunta. Usted es teniente y ha pasado antes por otras escalas inferiores. ?Es lo mismo que un teniente de sangre azul, salido de la academia del Ej¨¦rcito de Tierra?
Respuesta. No. No se nos considera igual. A m¨ª solo me consideran diplomado, pese a ser tambi¨¦n licenciado en Derecho. La ley 39/2007 de la carrera militar establece que la Guardia Civil debe dejar de discriminar a los oficiales en funci¨®n de su origen (promoci¨®n interna o ingreso directo a trav¨¦s de la Academia General de Zaragoza) e integrarlos en una ¨²nica escala. Adem¨¢s, debe adaptar su formaci¨®n al Plan Bolonia. El Gobierno todav¨ªa no ha cumplido este mandato. Nosotros estamos trabajando para acabar con esta situaci¨®n. Pero a la hora de trabajar y exigirnos responsabilidades se nos trata por igual.
P. ?Por qu¨¦ el Gobierno incumple esta disposici¨®n?
R. Porque el ministro Alfredo P¨¦rez Rubalcaba se ha decantado por los oficiales de sangre azul. ?l sostiene que esa reforma cuesta mucho dinero, pero nosotros creemos que eso no es cierto: el mayor gasto que supondr¨ªa el cumplimiento de esa disposici¨®n ya ha sido librado para la creaci¨®n del centro universitario de la Guardia Civil en Aranjuez, adscrito a la Universidad Carlos III. Ese centro, en tanto no se cumpla la obligaci¨®n de reformar la Ley de la Guardia Civil, ser¨¢ solo para los oficiales procedentes de la academia de Zaragoza en lugar de ser un centro universitario para todos. Si el problema fuese el dinero, no se habr¨ªa creado ese centro universitario.
P. ?Cu¨¢ntos oficiales salidos de la academia militar hay en la Guardia Civil?
R. Hay 900 que constituyen la escala superior de oficiales. Aparte de ellos, en la escala de oficiales estamos otros 1.890 que no procedemos de esa academia. ?Ah! Le contar¨¦ otro ejemplo de discriminaci¨®n: nosotros tenemos que pagarnos el sable, mientras que a los de la academia de Zaragoza se lo costea el Estado. ?Por qu¨¦?
P. 2.800 oficiales para mandar a 80.000 agentes. ?Son muchos o pocos?
R. En la Guardia Civil, los mandos representan el 4% de la plantilla; en el Cuerpo Nacional de Polic¨ªa son el 12%; y en las Fuerzas Armadas son el 17%. Habr¨ªa que triplicar el n¨²mero de mandos en la Guardia Civil. Pero el Gobierno prefiere mantener la situaci¨®n porque los oficiales no tenemos jornada: estamos de servicio las 24 horas del d¨ªa. La jornada de 37,5 horas que tienen los guardias solo es una referencia para nosotros. Si hici¨¦semos ese horario, la Guardia Civil se hundir¨ªa. Bueno, eso es exagerado; digamos que perder¨ªa eficacia.
P. ?El despliegue territorial de la Guardia Civil es el adecuado?
R. Tenemos la estructura creada por el duque de Ahumada en el XIX. Cerrando algunos cuarteles se ganar¨ªa en seguridad. Pero, claro, ning¨²n pueblo quiere perder el cuartel, aunque sea inoperante. Un cuartel solo es eficaz con una plantilla m¨ªnima de 20 efectivos. ?Y hoy hay cuarteles con dos o tres guardias! Creo que es mejor tener una patrulla m¨®vil que d¨¦ respuesta r¨¢pida.
P. ?El ciudadano que vive en el campo est¨¢ discriminado?
R. El que vive en la ciudad tiene un trato y el que vive en el medio rural tiene otro. El tiempo de respuesta policial en el ¨¢mbito rural es mucho m¨¢s alto que en la ciudad. El Gobierno ha de admitir que la seguridad es cara. La seguridad no es cosa de ricos, sino algo que corresponde al Estado. Es una se?al de progreso.
P. ?Ustedes siguen viendo v¨¢lida la existencia de las casas-cuartel?
R. Actualmente hay unos 25.000 guardias que viven en pabellones. Pero hoy no est¨¢ justificada la existencia de la casa-cuartel. Excepto cuando es ¨²til para los mandos, que suelen estar poco en sus destinos debido a sus ascensos, o en peque?as poblaciones sin viviendas de alquiler.
P. ?Cu¨¢ntas mujeres hay con el grado de oficial?
R. Hay 19 mujeres que proceden de promoci¨®n interna; 26 que vienen de la academia de Zaragoza; y 31 que son facultativas (t¨¦cnicas). Y si es duro ser hombre y oficial, imag¨ªnese lo que es ser mujer y oficial. Para ellas es imposible compaginar su jornada laboral con la vida familiar. El 6% del personal de la Guardia Civil son mujeres. Hay que trabajar para aumentar ese n¨²mero.
P. ?C¨®mo son las relaciones de la UO con Rubalcaba?
R. Hemos tensado mucho la cuerda con el PSOE. Sobre todo tras la querella que tenemos planteada contra Rubalcaba por supuesta prevaricaci¨®n y falsedad en relaci¨®n con la provisi¨®n de 15 plazas en la Secretar¨ªa de Estado de Seguridad, de las que cuatro fueron adjudicadas a miembros de las Fuerzas Armadas cuando deb¨ªan ser para polic¨ªas y guardias civiles. Desde hace tiempo, Rubalcaba parece no querer hablar con nosotros. Al margen de defender nuestros intereses con contundencia, no dejaremos de tender la mano al di¨¢logo.
P. Felipe Gonz¨¢lez ha calificado de "gran tipo" al general Enrique Rodr¨ªguez Galindo, condenado por el secuestro y asesinato de los presuntos etarras Jos¨¦ Antonio Lasa y Jos¨¦ Ignacio Zabala. ?Qu¨¦ opinan ustedes?
R. Galindo es un hombre muy querido en la instituci¨®n. ?Que ha hecho alguna cosa mal? Bueno, pero hizo cientos de cosas muy bien. Se preocup¨® por acabar con el terrorismo y puso en juego su profesi¨®n.
P. ?Apoyan ustedes c¨®mo se est¨¢ llevando la pol¨ªtica antiterrorista?
R. Apoyamos cualquier actividad que vaya encaminada a acabar con el terrorismo y evitar m¨¢s muertes, tanto en el ¨¢mbito policial como en el pol¨ªtico. Como miembros de las fuerzas de seguridad estamos obligados a cumplir y hacer cumplir la ley, sin olvidar que dependemos jer¨¢rquicamente del Ministerio del Interior, que debe dirigir las pol¨ªticas de seguridad. Los guardias civiles siempre hemos cumplido con las directrices del Gobierno dentro del respeto a la ley y, sin duda, lo seguiremos haciendo.
P. ?Bajo qu¨¦ condiciones cree que puede darse el fin de la violencia? ?Puede ser con la negociaci¨®n?
R. En primer lugar, esas condiciones deber¨ªan acordarse por los grandes partidos pol¨ªticos en un pacto de Estado. En segundo lugar, ?c¨®mo puedo negociar con quien me apunta con una pistola? Es requisito previo que nos demuestren que han abandonado las armas para no retomarlas m¨¢s.
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