Retrato trimestral
Analizando la ejecutoria del Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera, se puede tener una idea relativamente precisa de lo que podr¨ªa ser el Senado que necesita el Estado auton¨®mico espa?ol para poder operar de manera razonablemente apropiada en tanto que f¨®rmula de descentralizaci¨®n territorial del poder.
El Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera no es un ¨®rgano constitucional, ya que la Constituci¨®n no es que no lo regule, sino que ni siquiera lo contempla. El consejo fue una creaci¨®n de la Ley Org¨¢nica de Financiaci¨®n de las Comunidades Aut¨®nomas en 1980, es decir, en el momento en que se estaban dando los primeros pasos en la construcci¨®n del Estado de las autonom¨ªas, sin que se tuviera todav¨ªa claro el dise?o general de dicho Estado. Cuando todav¨ªa no estaba claro cu¨¢ntas comunidades aut¨®nomas iban a constituirse y cu¨¢l iba a ser la naturaleza del derecho a la autonom¨ªa que cada una de ellas iba a poder ejercer, el legislador dise?¨® un consejo de naturaleza federal, en cuya composici¨®n se imita la decisi¨®n que tom¨® el constituyente de la ley fundamental de Bonn para la definici¨®n del Bundesrat, que est¨¢ integrado por una representaci¨®n de cada uno de los Gobiernos de los distintos l?nder. En el consejo espa?ol, cada comunidad aut¨®noma est¨¢ representada por su consejero o consejera de Econom¨ªa y Hacienda y como contraparte de ellos figuran los ministros de Econom¨ªa y Hacienda y de Administraciones P¨²blicas.
El consejo es el instrumento mediante el cual las comunidades aut¨®nomas participan en cuanto tales en la formaci¨®n de la voluntad general del Estado auton¨®mico, es decir, la voluntad que afecta tanto al Estado como a cada una de las comunidades aut¨®nomas en el terreno de la financiaci¨®n. Esta es la funci¨®n que debe tener la segunda C¨¢mara con car¨¢cter m¨¢s general en todos los Estados pol¨ªticamente descentralizados. La segunda C¨¢mara es, debe ser, el punto de encuentro de las partes con el todo. Es el lugar en el que tiene que hacerse visible que las partes son partes de un todo. Con el Senado espa?ol esto no es posible.
En el consejo, de manera limitada, s¨ª lo es. En el consejo se han adoptado algunas de las decisiones m¨¢s importantes desde la entrada en vigor de la Constituci¨®n, en la mayor parte de los casos por unanimidad y, cuando ello no ha sido posible, en un clima de ausencia de crispaci¨®n, que contrasta vivamente con el que suele presidir la vida pol¨ªtica espa?ola en las dem¨¢s instituciones.
Esta misma semana hemos podido comprobarlo. En el mismo d¨ªa en que el portavoz del PP se dedicaba a sembrar dudas sobre la respetabilidad de Espa?a, compar¨¢ndola con Grecia e Irlanda, llegando incluso a decir que el Gobierno espa?ol pod¨ªa estar mintiendo sobre las cuentas p¨²blicas, el consejo adopt¨® por unanimidad una medida de excepcional trascendencia en estos momentos, cual es la de que cada comunidad tendr¨¢ que retratarse trimestralmente con un criterio id¨¦ntico respecto a la evoluci¨®n de sus cuentas p¨²blicas, con la finalidad de dar credibilidad mediante esta medida de transparencia al cumplimiento del objetivo de d¨¦ficit.
Las instituciones federales, en contra de lo que se nos viene diciendo de manera interesada y sin ninguna evidencia emp¨ªrica en la que basarse, son instrumentos de conciliaci¨®n. Cuando se re¨²nen personas adecuadamente preparadas con responsabilidad a la hora de tomar decisiones se suelen alcanzar compromisos, que adem¨¢s de tener un alto grado de legitimidad suelen ser eficaces. El consejo lo viene demostrando de manera reiterada desde hace m¨¢s de treinta a?os. Es casi la ¨²nica instancia que opera de manera pacificadora en nuestro sistema pol¨ªtico.
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