La indiferencia fingida de Cristiano

Los descampados que rodean la ciudad deportiva de Valdebebas son un desierto batido por el viento, habitable solo para roedores y perdices, en el que cada d¨ªa pulula un grupo de gente que intenta parecerse a Cristiano Ronaldo. Son peregrinos, admiradores y admiradoras, que esperan a su ¨ªdolo a la salida del entrenamiento. Una peque?a muestra de la multitud que quiere vestirse, peinarse y broncearse como la estrella del Madrid tal vez sin percatarse de que el objeto de su peregrinaci¨®n, como dijo Jorge Valdano, "entiende la profesi¨®n de forma franciscana".

Durante la ma?ana se entrena. Salvo excepciones, las tardes y las noches las pasa enclaustrado en su casa, con su familia, con su primo Nuno, con su cu?ado Jos¨¦, con sus hermanas y con su novia, Irina, viendo todos juntos ?Qui¨¦n quiere ser millonario? o cualquiera de los concursos de cultura general de la televisi¨®n portuguesa. Las jornadas en la mansi¨®n de La Finca son una interminable sucesi¨®n de cuestiones: "?De qu¨¦ fruta se obtiene la copra? ?Pi?a, ciruela, coco o albaricoque?".

El delantero portugu¨¦s no ha marcado todav¨ªa un gol al conjunto azulgrana

Hasta que aterrice en Barcelona el domingo por la noche , la semana de Cristiano transcurrir¨¢ de dos maneras. Hacia fuera reflejar¨¢ el mismo entusiasmo riguroso tanto para entrenarse por las ma?anas como para competir por las tardes por acertar con la fruta que contiene la copra. Cuando le pongan un micr¨®fono, fingir¨¢ indiferencia y declarar¨¢ pensar algo que no cree: "Contra el Bar?a, en el Camp Nou, va a ser un partido m¨¢s". Por dentro sentir¨¢ que le invaden las obsesiones. Poco a poco, ir¨¢ prepar¨¢ndose para romper una racha que le fastidia. Para un competidor individualista como ¨¦l, los duelos particulares cobran una trascendencia especial. Su mano a mano con el Bar?a resulta, sin embargo, frustrante. En 450 minutos de competici¨®n, cinco partidos, tres con el Manchester United y dos con el Madrid, no ha conseguido meter un solo gol. Ha so?ado con atacar los espacios que le ofrece el Bar?a. Ha cre¨ªdo que con su velocidad coger¨ªa la espalda a Puyol o Piqu¨¦. Pero hasta ahora no ha logrado que sus fantas¨ªas resistan la confrontaci¨®n con la realidad. Su saldo es de 19 remates, cinco entre los tres palos. Ninguno adentro.

"El Bar?a juega m¨¢s tiqui-taca y nosotros m¨¢s con el objetivo de llegar m¨¢s r¨¢pidamente delante y concretar a la mayor velocidad posible", dice; "nosotros no vamos a cambiar porque nos ha dado muy buenos resultados".

Cristiano sigue acariciando la esperanza de aprovechar su viejo m¨¦todo en la pradera del Camp Nou. Jos¨¦ Mourinho ha dise?ado los ¨²ltimos entrenamientos del Madrid seg¨²n las situaciones reales de juego que espera encontrar. No se han parecido mucho a ninguno de los meses pasados porque el equipo deber¨¢ multiplicar sus precauciones defensivas. Pero Cristiano sigue teniendo un papel decisivo en el contragolpe. Mourinho le ha proporcionado condiciones muy favorables para que desarrolle sus virtudes rode¨¢ndole de pasadores como Xabi Alonso, ?zil, Di Mar¨ªa e incluso Marcelo, cuya primera lectura de las maniobras de ataque debe pasar por atender a los desmarques de Cristiano, en largo o en corto.

"Siempre he sido extremo", dice Cristiano, "porque desde el costado puedo recorrer m¨¢s distancias que fijo en una posici¨®n arriba. A m¨ª me gusta estar libre". Aunque suele partir desde la izquierda, el portugu¨¦s es la referencia ofensiva del Madrid. Su hiperactividad en el frente de ataque, definida en goles, avala su condici¨®n de faro cada vez que el equipo recupera la pelota. Suma 15 goles en 12 jornadas. Desde la Guerra Civil no ha habido otro jugador del Madrid m¨¢s productivo en su media de goles por encuentro jugado. El lunes intentar¨¢ abrir su marcador particular frente a su rival m¨¢s resistente.

"Ojal¨¢ marque Cristiano", dijo ayer Marcelo, uno de sus compa?eros m¨¢s cercanos; "pero no le noto distinto de otras semanas. ?l prepara el cl¨¢sico como un partido m¨¢s. Esto es una Liga y no ganas o pierdes un campeonato en un partido por m¨¢s que tenga la importancia de un cl¨¢sico".

En Barcelona esperan a Cristiano con menos precauciones que a Higua¨ªn , que sigue recuper¨¢ndose de una lumbalgia. Pep Guardiola, el t¨¦cnico azulgrana, cree que es m¨¢s sencillo marcar a alguien como Cristiano, que traslada mucho el bal¨®n, que a Higua¨ªn, que aparece sin llamar la atenci¨®n.