Opio del pueblo
Las teor¨ªas de Keynes, que inspiraron el New Deal del presidente Roosevelt (el t¨ªo Franklin), ayudaron a salir de la Gran Depresi¨®n que sigui¨® al crack de 1929 y a poner en Occidente los cimientos de la sociedad del bienestar, el mayor esfuerzo igualitario en un marco de libertad. Conviene no olvidar que al t¨ªo Franklin le llamaron de todo, como a Obama, incluido "cerdo comunista". En realidad, el Tea Party es muy antiguo: la "hiel sempiterna", que dir¨ªa Luis Cernuda.
Y al t¨ªo Keynes tampoco pararon de darle la vara los fan¨¢ticos del money o monetaristas, empezando por el pelma de Von Hayek. En su d¨ªa, Keynes tuvo que recordarles que en el planeta Tierra exist¨ªa una curiosa especie, la humana, capaz de ser solidaria y de controlar los instintos depredadores. El keynesianismo es sin¨®nimo de prosperidad y humanismo. Por el contrario, cada vez que se han aplicado literalmente las teor¨ªas de Von Hayek lo que ha quedado detr¨¢s es una estela de destrozos, desigualdad social e inseguridad. V¨¦ase el mea culpa de los ex jefes del FMI que, con sus c¨®mplices interiores, hundieron a Argentina en 2001.
Lo asombroso es que los depredadores vuelven a las andadas, esta vez para arrasar a Europa. Son muy ingenuos los que piensan que la caza se limitar¨¢ a la periferia. Si cae Espa?a, ir¨¢n a por Francia... De Keynes ya solo se habla para recordar una frase: "A largo plazo todos estaremos muertos". En este totalitarismo transg¨¦nico, se busca que no haya lugar para la semilla solidaria ni una oportunidad m¨¢s para el polen de un socialismo democr¨¢tico. Curioso liberalismo este de medicamento ¨²nico y obligatorio, donde ya nadie se atreve a hablar de mayor fiscalidad e inversi¨®n p¨²blica. S¨ª, este capitalismo f¨²nebre se ha cargado al viejo Keynes, pero nos queda el f¨²tbol, t¨ªos. ?Me voy a poner morado de opio del pueblo!
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