Detener a Ir¨¢n a cualquier precio
Los dirigentes ¨¢rabes apoyan los esfuerzos de Washington para frenar las aspiraciones nucleares de su vecino, pero desconf¨ªan de que tengan ¨¦xito
El recelo hist¨®rico que los pa¨ªses ¨¢rabes han sentido hacia Ir¨¢n est¨¢ alcanzando cotas patol¨®gicas a medida que la Rep¨²blica Isl¨¢mica anuncia nuevos progresos en sus programas nuclear y de misiles. Los contactos al m¨¢s alto nivel que quedan expuestos en los informes diplom¨¢ticos a los que ha tenido acceso EL PA?S revelan mucha m¨¢s preocupaci¨®n de la que admiten en p¨²blico. "Una guerra convencional ahora ser¨ªa preferible a un Ir¨¢n nuclear", llegan a decir los gobernantes de Emiratos ?rabes Unidos (E?U) y Bahr¨¦in en sus conversaciones con altos cargos de EE UU. Sin embargo, la mayor¨ªa de los l¨ªderes ¨¢rabes consideran mucho peor el riesgo de un conflicto militar y est¨¢n dispuestos a apoyar cualquier otro esfuerzo de Washington para contener a Ir¨¢n, aunque sin hacer ruido. De momento, esa percepci¨®n de peligro les lleva a rearmarse, algo que suscita dudas en Israel.
"Una guerra ahora ser¨ªa preferible a un Ir¨¢n nuclear", llega a decir el heredero de Abu Dhabi
"Ir¨¢n tiene el mayor y m¨¢s activo programa de misiles de Oriente Pr¨®ximo", afirma
EE UU en un informe Los dirigentes ¨¢rabes cooperan con discreci¨®n porque temen que Ir¨¢n les perciba como hostiles
El rey Abdal¨¢ afirma que si Ir¨¢n logra desarrollar el arma nuclear, "tambi¨¦n lo har¨¢ Arabia Saud¨ª"
En 2010, EE UU ha vendido armas al Golfo por 93.000 millones, el triple que en los cuatro a?os anteriores
Los israel¨ªes se inquietan por el rearme ¨¢rabe y piden mantener su 'ventaja militar cualitativa'
"El rey [Abdal¨¢] le ha dicho al general [James] Jones
[consejero de Seguridad Nacional] que si Ir¨¢n logra desarrollar armas nucleares, todos en la regi¨®n har¨¢n lo mismo, incluida Arabia Saud¨ª", escribe el embajador de EE UU en Riad, James Smith, en un informe que dirige a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, para preparar su visita de febrero de este a?o. La misma advertencia le hizo el pr¨ªncipe heredero de Abu Dhabi, el jeque Mohammed Bin Zayed al Nahayan, al secretario del Tesoro, Timothy Geithner, durante una cena en julio de 2009. Las monarqu¨ªas petroleras ¨¢rabes consideran seriamente una carrera nuclear y quieren que su aliado tome en consideraci¨®n el riesgo.
Consciente de esa inquietud, Clinton instruye a sus embajadas en los Estados miembros del Consejo de Cooperaci¨®n del Golfo (CCG) para que tranquilicen a sus respectivos anfitriones (Arabia Saud¨ª, E?U, Kuwait, Qatar, Bahr¨¦in y Om¨¢n) ante el anuncio de la nueva pol¨ªtica de defensa antimisiles del presidente Barack Obama, en septiembre del a?o pasado. "Los programas BMD
[defensa de misiles bal¨ªsticos] en Europa no van a requerir un desv¨ªo de activos de EE UU desde el Golfo", asegura uno de los puntos que la secretaria de Estado quiere transmitir a sus aliados ¨¢rabes, seg¨²n consta en uno de los documentos analizados.
Los diplom¨¢ticos norteamericanos tambi¨¦n deben recordar a sus interlocutores que "Estados Unidos ha desplegado sistemas BMD en Oriente Pr¨®ximo para proteger de la amenaza de misiles iran¨ªes, incluida la presencia de Aegis BMD en el golfo P¨¦rsico y de dos bater¨ªas de misiles Patriot en Bahr¨¦in, Kuwait, Qatar y E?U". En enero de este a?o, una informaci¨®n del diario The New York Times en la que se mencionaban las conversaciones para el despliegue de los Patriot provoc¨® el enfado de Kuwait y la indignaci¨®n de Om¨¢n, dando una idea de la sensibilidad del asunto. Los dirigentes ¨¢rabes temen que Ir¨¢n les perciba como hostiles.
En numerosos despachos, los l¨ªderes aconsejan discreci¨®n a sus interlocutores estadounidenses. "El rey [saud¨ª] le dijo al general Jones que la agitaci¨®n interna iran¨ª
[tras las elecciones de junio de 2009] constituye una oportunidad para debilitar al r¨¦gimen (algo que ¨¦l anima a hacer), pero tambi¨¦n inst¨® a que esto se haga de forma encubierta y subray¨® que las declaraciones p¨²blicas en apoyo a los reformistas son contraproducentes", prosigue el largo informe que el diplom¨¢tico env¨ªa a Clinton. En el mismo sentido, el embajador en Om¨¢n, Gary Grappo, concluye en un despacho que el sultanato "no se opondr¨ªa a la imposici¨®n de m¨¢s medidas contra Ir¨¢n por parte de las organizaciones internacionales; sin embargo, no quiere mostrarse activo en la promoci¨®n de esas medidas".
No quieren mostrarse activos, pero act¨²an. En una visita a Mosc¨² en junio de 2009, Alexander Vershbow, secretario adjunto de Defensa, dice a sus interlocutores que "el mundo isl¨¢mico est¨¢ muy preocupado por el programa nuclear de Ir¨¢n" y que "varios de sus vecinos ¨¢rabes han pedido a EE UU misiles Patriot y otras medidas para protegerse contra un ataque iran¨ª". A lo largo de 2010, EE UU ha vendido a los pa¨ªses del CCG armas y servicios militares por importe de 123.000 millones de d¨®lares (unos 93.000 millones de euros), m¨¢s del triple que en los cuatro a?os anteriores. En el mensaje de la secretaria de Estado se recuerda que las defensas desplegadas por EE UU "complementan los sistemas BMD de la regi¨®n que incluyen capacidad PAC-II en Arabia Saud¨ª y Kuwait, y capacidad de Alerta Temprana Compartida en E?U", dos programas que simbolizan la larga cooperaci¨®n militar con el aliado estadounidense. El despacho revela adem¨¢s que Washington "est¨¢ estudiando la posibilidad de facilitar cobertura BMD adicional a los pa¨ªses del CCG, si las circunstancias lo requieren".
?Es tal el caso? Las declaraciones bomb¨¢sticas del presidente iran¨ª, Mahmud Ahmadineyad, sobre las proezas de la Guardia Revolucionaria y el complejo industrial-militar que controla, dan que pensar. No pasa un mes sin que alguno de los cuerpos de ese ej¨¦rcito, el verdadero poder militar de Ir¨¢n con 125.000 hombres, realice maniobras o pruebas de alg¨²n nuevo juguete b¨¦lico. En los dos ¨²ltimos a?os, Ir¨¢n ha alardeado sobre todo de sus misiles y de su programa espacial. Ese desarrollo solo refuerza las sospechas sobre su programa nuclear. La conjunci¨®n de capacidad at¨®mica y misiles bal¨ªsticos constituye la peor pesadilla no solo de EE UU, sino de todos los vecinos de Ir¨¢n. As¨ª que por mucho que Ahmadineyad trate de tender lazos, tales exhibiciones de poder¨ªo intranquilizan a los pa¨ªses de la pen¨ªnsula Ar¨¢biga, que juntos apenas suman la mitad de la poblaci¨®n iran¨ª (77 millones).
"Ir¨¢n tiene el mayor y m¨¢s activo programa de misiles de Oriente Pr¨®ximo", afirma EE UU en un documento titulado El programa de misiles bal¨ªsticos de Ir¨¢n, que tras haber pasado el control de las agencias de espionaje, el Departamento de Estado distribuye a los participantes en una reuni¨®n del R¨¦gimen de Control de Tecnolog¨ªa de Misiles (MTCR), en noviembre de 20090. Washington explica el arsenal de cohetes de que dispone Ir¨¢n y expresa su preocupaci¨®n de que "pudiera actuar como abastecedor de tecnolog¨ªa de misiles bal¨ªsticos para otras partes". De hecho, menciona que ya est¨¢ promocionando sus misiles de corto alcance "en exhibiciones de defensa y webs del Gobierno" y que ha llegado a acuerdos para la producci¨®n del Fateh-110 en Siria. EE UU revela por primera vez que los iran¨ªes han conseguido misiles avanzados de Corea del Norte y podr¨ªan desarrollar cohetes de largo alcance.
Para los israel¨ªes no hay duda de que Ir¨¢n tiene un programa de armas nucleares. Entienden por ello el rearme ¨¢rabe, pero insisten en mantener su "ventaja militar cualitativa". As¨ª, durante una visita del vicesecretario para Asuntos Pol¨ªtico-Militares, Andrew Shapiro, a Tel Aviv en julio de 2009, Alon Bar, el vice director para Asuntos Estrat¨¦gicos del Ministerio de Exteriores, argumenta que "una percepci¨®n de que se reduce la distancia entre Israel y los Estados ¨¢rabes, unido a un Ir¨¢n dotado de armas nucleares, podr¨ªa llevar a los Estados ¨¢rabes moderados a reevaluar la idea de que Israel es parte integrante de la regi¨®n", de acuerdo con el relato del embajador norteamericano, James Cunningham. Adem¨¢s, menciona que los militares israel¨ªes se muestran esc¨¦pticos de que la asistencia militar ofrecida sirva contra Ir¨¢n.
Tambi¨¦n los saud¨ªes est¨¢n dispuestos a llegar hasta el final, seg¨²n se desprende del despacho que firma el ministro consejero de la Embajada norteamericana en Riad, Michael Gfoeller, dando cuenta de una visita al rey Abdal¨¢ del general David Petraeus y el embajador estadounidense en Bagdad, en abril de 2008. El embajador saud¨ª en Washington, Adel "al Jubeir record¨® los frecuentes llamamientos que el rey ha hecho a EE UU para que ataque Ir¨¢n y ponga fin a su programa de armas nucleares", escribe Gfoeller. "Les dijo que cortaran la cabeza de la serpiente", cita el diplom¨¢tico a Al Jubeir quien utiliza un s¨ªmil ¨¢rabe.
Y es que la prevenci¨®n del monarca saud¨ª hacia su vecino es colosal. "El objetivo de Ir¨¢n es causar problemas", le conf¨ªa Abdal¨¢ a John Brennan, asesor para la lucha antiterrorista del presidente Barack Obama, durante una audiencia en marzo del a?o pasado. Los 90 minutos de conversaci¨®n qued¨® recogido en el informe que elabor¨® el entonces embajador estadounidense en Riad, Ford M. Fraker. "Sin duda est¨¢n algo desequilibrados", cita textualmente al rey quien describe a Ir¨¢n como "un vecino al que uno trata de evitar" y declara: "Qu¨¦ Dios nos libre de ser v¨ªctimas de la maldad iran¨ª".
Arabia Saud¨ª, la cuna de los santos lugares del islam y el heraldo de la interpretaci¨®n m¨¢s radical de su rama sun¨ª, siempre ha observado con recelo a los chi¨ªes del otro lado del golfo P¨¦rsico, su ¨²nico rival por el liderazgo regional. La desconfianza hist¨®rica se troc¨® en antagonismo real cuando la revoluci¨®n de 1979 convirti¨® al Ir¨¢n imperial en una Rep¨²blica Isl¨¢mica que con su sola existencia cuestionaba las credenciales religiosas de la dinast¨ªa de los Al Saud. Ese temor se vio enseguida corroborado por las intenciones de "exportar la revoluci¨®n" del ayatol¨¢ Jomein¨ª, el l¨ªder de aquel movimiento que cambi¨® las coordenadas estrat¨¦gicas de la zona, y el inicio de la guerra irano-iraqu¨ª. El deshielo con los vecinos que inici¨® el presidente Jatam¨ª a partir de 1997 a¨²n no se hab¨ªa consolidado cuando la oratoria desbocada de Ahmadineyad, su sucesor, ha vuelto a agitar los fantasmas.
El heredero de Abu Dhabi y verdadero hombre fuerte de E?U, el jeque Mohammed bin Zayed, "est¨¢ convencido de que se desatar¨¢ un infierno si Ir¨¢n llega a hacerse con la bomba, con Egipto, Arabia Saud¨ª, Siria y Turqu¨ªa desarrollando su propia capacidad nuclear militar, e Ir¨¢n instigando el conflicto entre sun¨ªes y chi¨ªes por todo el mundo", seg¨²n el relato que hace el embajador Richard Olso. Pero Al Nahayan, "el hombre que dirige" el pa¨ªs y "quien decide en asuntos de seguridad" aunque su ¨²nico t¨ªtulo oficial es vice comandante supremo de las Fuerzas Armadas de E?U, va m¨¢s all¨¢ y considera "una guerra convencional con Ir¨¢n en el corto plazo como claramente preferible a las consecuencias a largo plazo de un Ir¨¢n dotado del arma nuclear".
Opiniones similares dejan entrever el primer ministro de Qatar y el ministro del Interior de Kuwait, a pesar de que ambos pa¨ªses tienen un discurso p¨²blico m¨¢s cercano a Ir¨¢n.
"Nos mienten y les mentimos", resume las relaciones bilaterales Hamad Bin Jasim de Qatar quien se muestra esc¨¦ptico de que Occidente vaya a poder alcanzar un acuerdo con el r¨¦gimen iran¨ª, durante la visita del vicesecretario de Energ¨ªa en 2009.
"Ir¨¢n est¨¢ decidido a exportar su revoluci¨®n y solo puede ser disuadido por la fuerza de alcanzar sus ambiciones nucleares", llega a decir el kuwait¨ª Yaber al Jaled al Sabah a la embajadora Deborah Jones, el pasado febrero.
Pero quien m¨¢s contundente se manifiesta es el rey Hamad bin Isa al Khalifa de Bahr¨¦in. "Hay que parar ese programa", le dice al general Petraeus, en noviembre de 2009. El informe de la reuni¨®n, que elabora el embajador Adam Ereli, se?ala que el monarca defiende "con fuerza que se act¨²e para acabar con [el] programa nuclear iran¨ª], por cualquier medio necesario". "El peligro de dejarlo avanzar es mayor que el peligro de pararlo", cita textualmente el rey. El texto no hace referencia a las razones internas que alientan esa enorme suspicacia. La dinast¨ªa Al Khalifa pertenece a la rama sun¨ª del islam, mientras que la mayor¨ªa de los habitantes de Bahr¨¦in son chi¨ªes y se quejan de discriminaci¨®n en la educaci¨®n, el empleo y el acceso a la vivienda. Sus lazos hist¨®ricos y personales con Ir¨¢n, de donde son originarias muchas familias, les convierten autom¨¢ticamente en sospechosos de quintacolumnistas. Aunque Bahr¨¦in es un archipi¨¦lago con apenas medio mill¨®n de habitantes, como sede de la V Flota, su estabilidad es clave para EE UU.
La Media Luna Roja de tapadera
Los servicios secretos iran¨ªes y los pasdar¨¢n utilizaron a la Media Luna Roja iran¨ª como cobertura para infiltrar agentes en Irak, los Balcanes y L¨ªbano, seg¨²n conf¨ªa un antiguo empleado de esta instituci¨®n en una entrevista con Ramin Asgard, el director de la oficina para Ir¨¢n que Estados Unidos tiene abierta en su Consulado de Dub¨¢i.
"En v¨ªsperas de la intervenci¨®n estadounidense en Irak, a principios de 2003, un agente de los servicios secretos iran¨ªes pidi¨® 'dos o tres certificados profesionales para oficiales de la Fuerza Qods' [la unidad de la Guardia Revolucionaria encargada de exportar la revoluci¨®n isl¨¢mica]", declara la fuente seg¨²n el informe del funcionario norteamericano. "Una vez iniciada la guerra, el n¨²mero de oficiales de Qods que buscaron cobertura de la Media Luna Roja iran¨ª aument¨® a entre 10 y 30".
De acuerdo con la fuente, el responsable de esa gesti¨®n se neg¨® a firmar los documentos porque hacerlo violaba los estatutos de la organizaci¨®n humanitaria. Su superior no tuvo tantos escr¨²pulos. El empleado (cuya identidad aparece en el informe diplom¨¢tico, pero este peri¨®dico omite para no poner en peligro su seguridad) asegura que "los ¨²nicos miembros leg¨ªtimos de la Media Luna Roja iran¨ª en Irak eran los m¨¦dicos y los conductores".
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