La secretar¨ªa maldita
Hay silencios que retratan la gesti¨®n de un Gobierno. Ha pasado casi un mes desde que se supo que
el secretario de Estado de Energ¨ªa, Pedro Mar¨ªn, quer¨ªa dejar su cargo en el Ministerio de Industria para presentar su candidatura a la direcci¨®n de la Agencia Internacional de Energ¨ªas Renovables (Irena). Vamos a fingir que no hay reparo alguno en que el responsable de un ¨¢rea ca¨®tica (en parte por la inhibici¨®n de ese responsable), necesitada de decisiones urgentes, deje el cargo a petici¨®n propia; pero ?no causa inquietud en el Gobierno el hecho de que, en el plazo de casi un mes, haya sido imposible sustituir a Pedro Mar¨ªn? ?Tan dif¨ªcil es encontrar un secretario de Estado? Pues s¨ª, es muy dif¨ªcil. Muchos han sido los preguntados, casi todos han reaccionado con algo parecido al terror, y ninguno ha tenido el valor o el mal juicio de aceptar. As¨ª que ah¨ª permanece el caducado Mar¨ªn, con todas las venas del mercado energ¨¦tico abiertas, sin nadie que ronde su reja o se acerque a su ventanilla, mientras
el sector se desmorona a causa de cuatro legislaturas de errores y negligencia.
Solo un h¨¦roe hom¨¦rico (o alguien obligado por compromisos pol¨ªticos) aceptar¨ªa hoy la secretar¨ªa de Estado. Queda un a?o largo de Gobierno antes de las elecciones; en ese plazo no puede desarrollarse estrategia energ¨¦tica alguna. Quien lo acepte, tendr¨¢ que soportar la presi¨®n de los lobbies de las renovables o de las el¨¦ctricas de toda la vida, resolver el problema sin soluci¨®n del d¨¦ficit de tarifa, liquidar los disparates en el carb¨®n, aclarar qu¨¦ pol¨ªtica nuclear tiene el pa¨ªs, negociar en Argelia y averiguar qu¨¦ tipo de esquizofrenia padece
el proyecto de almac¨¦n nuclear. Y todo eso en el caso de que el nuevo secretario de Estado consiga saber si la pol¨ªtica energ¨¦tica vigente es la de La Moncloa o la del Ministerio.
Bien, pues esa colecci¨®n de desdichas explica por qu¨¦ es una negligencia grave mediatizar la Secretar¨ªa de Estado de Energ¨ªa a causa de una sustituci¨®n caprichosa o mal gestionada. El Ministerio, devorado por la desidia, no sabe resolver la situaci¨®n. En palabras de Orwell, su ortodoxia es la inconsciencia. Alguna de las vicepresidencias deber¨ªa tapar ese bache energ¨¦tico. A todo gas.
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