Facilitar la investidura y reordenar la casa
Las previsiones ya son la realidad. Es el momento de los balances. Por mi parte, adelanto dos constataciones de pasado y dos reflexiones de futuro.
La primera va dedicada al Gobierno saliente. Creo que se puede afirmar que ha sido much¨ªsimo mejor la "obra de Gobierno" que la "f¨®rmula de Gobierno". Se puede hacer un balance muy positivo de las actuaciones gubernamentales de estos siete a?os en muchas de las ¨¢reas, tanto legislativas como administrativas. Invito a quien quiera a comparar con datos y cifras en la mano (cosa que como de costumbre no se ha hecho en la campa?a, que parece que sea para otra cosa) este periodo con los anteriores, y podr¨¢ comprobar esta afirmaci¨®n.
Al mismo tiempo coincido con muchos en que no se puede juzgar como un ¨¦xito la f¨®rmula del tripartito, cuya imagen externa y cuyos ruidos internos han ocultado el balance del que acabo de hablar. En Catalu?a y en Espa?a hay poca tradici¨®n en Gobiernos de coalici¨®n, y el intento de poner a gobernar juntos a partidos con cultura de Gobierno con otros con cultura de oposici¨®n ha dado un mal resultado. En todo caso, creo que el tripartito ha merecido un castigo, parte del cual corresponde al PSC, y tambi¨¦n, aunque no lo haya merecido tanto, al president Montilla. Este, de forma muy honrosa, ha asumido ya la responsabilidad. Es interesante y preocupante a la vez, pensar que el tripartito ha acabado con todos sus l¨ªderes (Carod-Rovira, Maragall, Saura y Montilla) con la ¨²nica excepci¨®n, de momento, de Joan Puigcerc¨®s.
El PSC debe mostrar que los principios del partido permiten la convivencia en la pluralidad
La segunda, para CiU. En una situaci¨®n de crisis, lo rentable es centrar el discurso en los problemas del presente atribuy¨¦ndolos al Gobierno, m¨¢s que en las propuestas propias para el futuro. La crudeza de la realidad, la exageraci¨®n de los problemas, la reciente e inestimable colaboraci¨®n del Tribunal Constitucional con la complicidad del PP y la pasividad del PSOE, y sobre todo la insistencia en la evidente necesidad de un cambio ha sido utilizada inteligentemente y ha sido premiada por los ciudadanos. ?Enhorabuena! Era un gui¨®n previsible. Felipe Gonz¨¢lez ya lo experiment¨® en 1982.
?Qu¨¦ debe hacer el PSC despu¨¦s de la derrota? En primer lugar, pensar qu¨¦ le conviene al pa¨ªs. Catalu?a necesita un Gobierno que pueda gobernar, y que tanto en la salida de la crisis como en el planteamiento de las relaciones con Espa?a, lleve a cabo una actuaci¨®n valiente, centrada en el sentimiento mayoritario de los ciudadanos de Catalu?a. Las posiciones de CiU y del PSC en estos dos temas est¨¢n relativamente cercanas. Aunque hay diferencias de fondo, no est¨¢n tan alejadas como puedan estarlo las de aquellos que se centran en el espa?olismo o en el independentismo.
Yo creo que el PSC deber¨ªa facilitar la investidura de Artur Mas, evitar un Gobierno condicionado por posiciones extremas (de uno u otro costado) que lo paralicen y, sin entrar en el Gobierno, acordar una estrategia conjunta en temas clave.
Es la hora de la generosidad de unos, de la responsabilidad de otros y de los intereses del pa¨ªs, para todos.
En segundo lugar, pensar en su futuro. El PSC debe recuperar el papel que durante varias d¨¦cadas ha jugado, y que tan positivo ha sido para el partido y para Catalu?a.
El PSC ha dicho, creo que con bastante raz¨®n, que es el partido que mejor refleja la compleja y plural realidad de los ciudadanos de este pa¨ªs. Para ello debe ser, y mostrar externamente que lo es, un partido basado en algunos principios que permitan la convivencia en la pluralidad. Un valiente y profundo catalanismo que reivindique el crecimiento del autogobierno y la correcci¨®n del maltrato fiscal, pero sin exageraciones independentistas ni anties-pa?olismo. Una inequ¨ªvoca l¨ªnea socialdem¨®crata, que sit¨²e en un mismo nivel libertad y equidad, pero lejos de un izquierdismo arcaico y de la aceptaci¨®n callada de las injusticias econ¨®micas. Una fuerte reivindicaci¨®n de la soberan¨ªa del PSC en el ¨¢mbito espa?ol, colaborador pero claramente independiente. Y una decidida pol¨ªtica de combate contra la corrupci¨®n pol¨ªtica en todos sus aspectos, sean o no delictivos.
Para un partido as¨ª es peligroso hacer camino conjunto con grupos anticatalanes o con organizaciones independentistas. Si lo hace, habr¨¢ una parte de la gente que convive en ¨¦l, que lo castigar¨¢, como la historia ha puesto de manifiesto. Si acierta a mantener estos equilibrios, dif¨ªciles evidentemente, recoger¨¢ un voto mayoritario en Catalu?a y volver¨¢ a ser el partido de la centralidad, porque esta es la centralidad sociol¨®gica del pa¨ªs.
Bienvenida la reflexi¨®n interna anunciada por Jos¨¦ Montilla. Que no se interrumpa a medio hacer, a pesar de que sea dif¨ªcil y dolorosa....
Joan Maj¨® es ingeniero y fue ministro de Industria.
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