Un valle protegido del olvido
Varias mujeres oriundas del pueblo, pr¨®ximo a La Cabrera, rememoran en dos libros las tradiciones locales
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En un peque?o valle al sureste de La Cabrera floreci¨® un pueblo formado por hombres dedicados mayormente a la piedra, pero tambi¨¦n por mujeres de armas tomar: Valdemanco. En este lugar, fundado seg¨²n la leyenda por un hombre manco que no pod¨ªa dedicarse a las labores del campo, las mujeres tienen fama de ser "muy gallegas". Esta ma?ana cargan sacos por la calle o quitan la nieve con una pala en la puerta de casa. Un grupo de ellas, algunas octogenarias, se ha empe?ado en que no desaparezcan las costumbres y han escrito dos libros donde dejan constancia de que han pasado por este mundo. Son conocidas como "las escritoras".
"Las palabras a veces no te salen. Te puedes pasar horas pensando, pero vas recordando cosas y las dices en voz alta y van saliendo", cuenta una de las autoras de los libros, Teresa Rodr¨ªguez, de 67 a?os, una mujer aparentemente de pocas palabras. De un taller que se imparti¨® en la biblioteca sali¨® el primero de los libros (Plantas de Valdemanco, nuestro entorno nos ofrece salud) y un segundo sobre la historia de la villa que est¨¢ pendiente de publicaci¨®n. "As¨ª lo hicimos. Entre todas", zanja la conversaci¨®n.
Afuera hace un fr¨ªo de mil demonios, pero las barrenderas est¨¢n m¨¢s alegres que unas casta?uelas. "?Cosas bonitas que ver por aqu¨ª? Nosotras", dice con guasa Beatriz Paniagua. Le acompa?a con la escoba Bel¨¦n Carrasco, una vallecana que se "ech¨® al monte" al trasladarse a la zona. En un lado del carro llevan un bote para aguinaldos, pero por ahora solo est¨¢ lleno de casta?as.
Bajando por una de las calles se llega al bar La Alegr¨ªa, el templo de las patatas bravas. Marcelina, la gerente de 59 a?os, tiene fama de hacer las mejores de toda la comarca. ?Puede desvelar su secreto? "Utilizo el o¨ªdo. Escucho las patatas freir y s¨¦ cuando est¨¢n o no. Pero antes hay que ver si las patatas (de la tierra, claro) est¨¢n duras, de eso va a depender su tiempo en la freidora. Cuando llevas a?os haci¨¦ndolas sabes perfectamente cu¨¢ndo est¨¢n en su punto". A continuaci¨®n condimenta la salsa con maestr¨ªa. Voil¨¢. La obra de Marcelina est¨¢ lista para la batalla.
El valle es el lugar de peregrinaje para los amantes del cabrito asado. Restaurantes como El Cerrillo, Roberto o La Posada del Grillo se llenan cada fin de semana. El ¨²ltimo de los negocios est¨¢ gestionado por Mari Paz y Luis El Grillo. "Entre semana estamos los dos solos, pero el finde nos ayudan cuatro empleados. Es una locura", cuenta ella mientras sirve en el sal¨®n. Una opini¨®n en Internet no les desmerece: "Hac¨ªa a?os que no com¨ªamos un cabrito tan bueno, adem¨¢s, el sitio muy bonito, limpio, buen trato, sin aglomeraciones. Por cierto, el flan de orujo, buen¨ªsimo. Merece la pena desplazarse hasta aqu¨ª, esta muy cerca de Madrid, tienes muchos sitios alrededor para ver". Es necesario reservar para encontrar un hueco. En d¨ªa laborable ofrecen un men¨² generoso por tan solo ocho euros. Sopa de pescado de primero y huevos con jam¨®n de segundo. Despu¨¦s de explicar c¨®mo cocina la sopa, cuesti¨®n que no se revelar¨¢ aqu¨ª, la due?a del bar se despide: "?Hasta luego!".
No para de nevar. Paseando uno se da de bruces con una cruz que homenajea a "Jos¨¦ Antonio Primo de Rivera y los ca¨ªdos por Dios y por la Patria". Una pintada negra sobre la piedra contraataca: "Esto es facha". Otra cosa es el monolito dedicado a las cinco personas, entre ellas Rosa de Lima Manzano, entonces directora general de Tr¨¢fico, que murieron en un accidente de helic¨®ptero en el pico de Cancho Gordo, a 1.564 metros de altitud. Un vecino del pueblo fue el que encontr¨® el aparato estrellado en llamas despu¨¦s de que se comentase su desaparici¨®n en el telediario.
Las galeras no han aparecido hoy por ning¨²n sitio, pero el libro de las escritoras del pueblo seguramente recoger¨¢ el suceso. Tranquiliza saber que mientras ellas est¨¦n pisando el valle, el que sirvi¨® de refugio para el manco, nada caer¨¢ en el olvido.
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La ruta del granito
- A unos 70 kil¨®metros de Madrid, la l¨ªnea 725 de autobuses sale de la plaza de Castilla y llega a Valdemanco en una hora y veinticinco minutos.
- La localidad ofrece cinco buenas rutas para caminar: el camino de los pastores, por las huellas de la historia, la ruta del granito, la senda de los huertos y la vereda de los muertos.
- Celebra tres fiestas. En invierno (carnavales), primavera (la noche del 31 de abril) y verano (el 16 de julio y, las m¨¢s concurridas, el 16 de agosto).
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