Los sobornos y el dinero oculto sostienen al Gobierno afgano
El vicepresidente fue interceptado en el golfo P¨¦rsico con maletines que conten¨ªan 52 millones de d¨®lares en met¨¢lico
"Uno de nuestros mayores desaf¨ªos en Afganist¨¢n es c¨®mo luchar contra la corrupci¨®n cuando importantes cargos del Gobierno son tan corruptos". Los informes secretos de los servicios diplom¨¢ticos y de espionaje de EE UU en Kabul parecen el reverso del discurso oficial de firmeza que llega a la opini¨®n p¨²blica occidental. "Los sobornos est¨¢n por todas partes", reconoce el encargado de negocios en Kabul en julio de 2006, "ante la mirada impasible del presidente Hamid Karzai, instalado en el poder desde finales de 2001".
Enormes cantidades de dinero en efectivo se mueven con pasmosa facilidad en manos de los dirigentes afganos. El vicepresidente Ahmed Zia Masud fue interceptado a comienzos de 2009 con maletines que conten¨ªan 52 millones de d¨®lares (40 millones de euros) por las autoridades de Emiratos ?rabes Unidos dentro de una investigaci¨®n de la Agencia Antidroga de EE UU (DEA). "Le fue permitido conservar la elevada suma sin revelar el origen del dinero ni su destino", detalla un informe secreto de la Embajada en Kabul.
EE UU negocia con el hermanastro de Karzai, al que llama "corrupto" y "narcotraficante"
Cuando la OTAN acaba de confirmar en la reciente cumbre de Lisboa el inicio de la retirada de sus tropas de Afganist¨¢n, y pocas semanas despu¨¦s de que el presidente Karzai admitiera abiertamente que ha recibido bolsas de dinero de Ir¨¢n con millones de d¨®lares para los gastos de su Gobierno, la corrupci¨®n en Afganist¨¢n sigue siendo una de las principales preocupaciones del Departamento de Estado.
Un jefe del espionaje estadounidense describe ya a finales de 2008 un "panorama sombr¨ªo" ante los representantes de los pa¨ªses con tropas en Afganist¨¢n. Todos los esfuerzos militares de la Alianza para "ganar" son insuficientes si no van acompa?ados de una buena gesti¨®n del Gobierno para desarrollar el pa¨ªs.
Se han abierto investigaciones en Kabul hasta en el entorno m¨¢s pr¨®ximo al poder, como las que salpican al asesor principal de Karzai, Mohamed Zia Salehi. Pero los responsables militares y diplom¨¢ticos de EE UU reconocen sus limitaciones a la hora de adoptar acciones legales "por falta de medios y de voluntad pol¨ªtica". Asumen que solo cabe adoptar "medidas pragm¨¢ticas", como "retirar el apoyo t¨¢cito" a los cargos afganos corruptos.
EE UU sigue con especial atenci¨®n los pasos de Ahmed Wali Karzai, hermanastro del presidente y hombre fuerte en la conflictiva provincia de Kandahar (sur), feudo de insurgentes. En una reuni¨®n celebrada el 28 de septiembre de 2009 en el palacio del gobernador provincial, el diplom¨¢tico que redacta el informe se permite incluir jugosas notas con sus propias observaciones. "Aunque debemos tratar con Ahmed Wali Karzai en tanto que jefe del Consejo Provincial, est¨¢ generalmente considerado como un corrupto y un traficante de drogas", alerta el teletipo de la embajada, cuyo autor se recrea en la descripci¨®n de la vestimenta tradicional del l¨ªder local y en su aparente nerviosismo.
El hermanastro de Karzai sugiere a sus interlocutores occidentales que para luchar contra la corrupci¨®n hay que reinstaurar y reforzar las shuras o consejos de notables, en lugar de confiarlo todo a jueces y polic¨ªas. "Es f¨¢cil sobornar a un jefe policial o a un juez, pero no se puede sobornar a 50 ancianos", argumenta. El comentario final de un telegrama de la embajada sobre el personaje es concluyente: "Parece no comprender hasta qu¨¦ punto conocemos sus actividades, que en su gran mayor¨ªa son vistas por la coalici¨®n internacional como nocivas".
Diez meses antes del calamitoso proceso electoral en Afganist¨¢n que desemboc¨® en la reelecci¨®n de Karzai en agosto de 2009, el informe de la Evaluaci¨®n de Inteligencia (NIE) presentado por Washington a los embajadores ante la OTAN, admit¨ªa que el Gobierno de Karzai hab¨ªa fracasado a la hora de gestionar las ¨¢reas rurales. Mientras, los gobernadores nombrados por su cercan¨ªa a Karzai se muestran incompetentes y corruptos. El informe sobre la situaci¨®n de la provincia oriental de Paktya es un buen ejemplo de la descomposici¨®n institucional. El gobernador, Juma Khan Hamdard, un antiguo se?or de la guerra conectado con la insurgencia y capo de una amplia trama de corrupci¨®n, sigue siendo uno de principales asesores tribales de Karzai. Una fuente cercana al gobernador acude a una base militar internacional para denunciar, en calidad de confidente protegido, la corrupci¨®n en la Administraci¨®n del gobernador. En el informe, el diplom¨¢tico que recoge su declaraci¨®n revela que hay al menos cuatro ocasiones para desviar los fondos de la ayuda estadounidense. La oportunidad llega en la inauguraci¨®n de las obras donde circulan importantes sumas de dinero en la tradicional ceremonia del intercambio de regalos.
La Embajada de EE UU en Kabul se muestra especialmente preocupada por la pol¨ªtica de excarcelaci¨®n de presos peligrosos practicada por el presidente Karzai. "Ha autorizado la liberaci¨®n de 150 detenidos, incluidos 29 procedentes del penal de Guant¨¢namo, sin previo juicio. Han permitido que estos individuos peligrosos puedan volver al frente de combate", escribe a Hillary Clinton el embajador adjunto en Kabul en agosto de 2009. Los diplom¨¢ticos detallan el caso de cinco polic¨ªas de fronteras que fueron perdonados por el propio Karzai el anterior mes de abril, tras haber sido detenidos con 124 kilos de hero¨ªna. Los cinco fueron procesados por narcotr¨¢fico, pero quedaron en libertad por su parentesco con m¨¢rtires de guerra (combatientes muertos durante la lucha contra la ocupaci¨®n sovi¨¦tica).
Los diplom¨¢ticos coinciden con pesimismo en advertir de que la seguridad afgana no va a mejorar si no se limpia la gesti¨®n del Gobierno de Kabul y se derrota a Al Qaeda en las provincias de Pakist¨¢n fronterizas, que ofrecen un refugio seguro a los insurgentes. En un informe de los servicios de espionaje de EE UU dirigido a la OTAN se precisa que un consejo de l¨ªderes talibanes (la Shura Talib¨¢n de Queta) opera en la regi¨®n de Baluchist¨¢n y que los servicios secretos paquistan¨ªes proporcionan informaci¨®n y financiaci¨®n a grupos insurgentes.
Islamabad lo niega todo. En una reuni¨®n sobre control de fronteras celebrada en Kandahar en septiembre de 2009 entre fuerzas paquistan¨ªes y afganas, en presencia de mandos militares de EE UU y Canad¨¢, un general de Pakist¨¢n afirmaba que la existencia de la Shura de Queta es una patra?a. Las fuerzas canadienses, sin embargo, han practicado detenciones de insurgentes en la frontera.
La Embajada de EE UU en Pakist¨¢n tampoco admite atajos para combatir a los talibanes en la frontera: "La inestabilidad en Afganist¨¢n lleva al r¨¦gimen paquistan¨ª a incrementar su apoyo a los talibanes, lo que tambi¨¦n crea un espacio de actuaci¨®n para Al Qaeda".
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