La c¨²pula del Partido Comunista Chino dirigi¨® el ataque a Google
La diplomacia norteamericana implica a dos miembros del Politbur¨®, el m¨¢ximo ¨®rgano pol¨ªtico chino, en el ciberataque lanzado a finales de 2009
Dos miembros del Comit¨¦ Permanente del Politbur¨® del Partido Comunista Chino -m¨¢ximo ¨®rgano de mando del gigante asi¨¢tico- dirigieron el ciberataque lanzado contra Google a finales de 2009, un incidente que caus¨® graves tensiones entre Estados Unidos y China. As¨ª lo asegura un familiar de un miembro del Politbur¨® despu¨¦s de que Google denunciara el ataque, seg¨²n atestiguan los cables secretos de la Embajada estadounidense en Pek¨ªn. El episodio es el m¨¢s emblem¨¢tico de un amplio marco de ofensivas de ciberespionaje dirigidas contra empresas estrat¨¦gicas y Administraciones p¨²blicas, que los Gobiernos occidentales coinciden en considerar procedentes de China.
La fuente de los estadounidenses se?ala a Li Changchun y Zhou Yongkang -n¨²meros cinco y nueve en la jerarqu¨ªa del Politbur¨®, compuesto actualmente por tan solo nueve miembros- como m¨¢ximos supervisores de la operaci¨®n. Li es responsable de Propaganda; Zhou, de Seguridad. El interlocutor -un contacto habitual, considerado un sujeto "a proteger"- desconoce si el presidente, Hu Jintao, y el primer ministro, Wen Jiabao, estaban al tanto del proyecto, precisa el despacho de la diplomacia estadounidense. El asunto, aclara sin embargo la fuente, fue "100%" pol¨ªtico y no constitu¨ªa una simple escaramuza para favorecer a los competidores chinos de Google en la pugna por el control del mercado interno.
El incidente fue parte de una oleada de ataques a empresas estrat¨¦gicas de Estados Unidos
Los 'n¨²meros 5 y 9' de la jerarqu¨ªa del r¨¦gimen supervisaron la operaci¨®n secreta
El ataque, seg¨²n denunci¨® Google el pasado 12 de enero, fue muy sofisticado y logr¨® acceder a propiedad intelectual sensible de la empresa y violar los correos electr¨®nicos de algunos disidentes chinos usuarios de Gmail. Posteriormente se supo que al menos otra treintena de empresas estrat¨¦gicas estadounidenses de los sectores de defensa, qu¨ªmico y tecnolog¨ªa de la informaci¨®n fueron v¨ªctimas de ataques en la misma oleada. Entre ellas destacan Intel, Northrop Grumman, Motorola, Dow Chemicals y Adobe Systems. La ofensiva -denominada Operaci¨®n Aurora- emple¨® diferentes t¨¦cnicas para acceder a c¨®digos fuente e informaci¨®n reservada, pero muchos expertos consideraron en las semanas posteriores que eran obra de un mismo autor.
El episodio moviliz¨® la reacci¨®n de las m¨¢s altas instancias y agudiz¨® notablemente la tensi¨®n entre Washington y Pek¨ªn, en un periodo ya agitado por las secuelas de una importante venta de armas de EE UU a Taiw¨¢n, la pugna sobre el tipo de cambio del yuan y varios incidentes navales en aguas de la Zona Econ¨®mica Exclusiva china, consecuencias del creciente pulso entre las dos potencias por la supremac¨ªa en las aguas del ?ndico y del Pac¨ªfico. Subyacente a esos enfrentamientos, los cables perfilan un horizonte de constante espionaje inform¨¢tico, dirigido al menos desde 2003 contra Gobiernos occidentales y del este de Asia (Jap¨®n y Corea del Sur, sobre todo), disidentes, empresas, y contra las oficinas del Dalai Lama, que los servicios de inteligencia de los pa¨ªses atl¨¢nticos coinciden en atribuir a atacantes chinos, aunque sin pruebas irrefutables de la implicaci¨®n de Pek¨ªn.
Las declaraciones de la fuente citada en los documentos secretos de la diplomacia estadounidense en el caso de Google tienen por tanto un especial valor no solo por la cercan¨ªa al Politbur¨® sino tambi¨¦n por el escenario de fondo en el que se inscribe. El testimonio de la garganta profunda de los norteamericanos en este caso es coherente con la descripci¨®n de la batalla entre Google y el PCCh que ofreci¨® un alto ejecutivo de la empresa, muy implicado en el asunto, a los diplom¨¢ticos estadounidenses en mayo de 2009.
El directivo de Google se?ala que "la ra¨ªz de los problemas es el miembro del Politbur¨® Li Changchun". Este, explica el directivo, exige a la empresa borrar de la p¨¢gina google.cn -sometida a censura- el v¨ªnculo que permit¨ªa acceder a la p¨¢gina libre google.com. El representante de la empresa cuenta que, seg¨²n sus informaciones, Li habr¨ªa navegado personalmente a trav¨¦s del buscador libre, tecleando su nombre y encontrando resultados con duras cr¨ªticas a su persona. La fuente explica que la empresa estaba resistiendo las presiones y que hab¨ªa intentado aplacar al Gobierno chino con otras concesiones, pero sin ¨¦xito. Pek¨ªn, lamenta, ya hab¨ªa ordenado a las tres compa?¨ªas estatales de telefon¨ªa no colaborar con Google China, algo que supon¨ªa un da?o considerable para el desarrollo de sus negocios.
El directivo y el diplom¨¢tico estadounidense con el que habla coinciden en esa conversaci¨®n en que los tiempos ya est¨¢n maduros para una intervenci¨®n a alto nivel pol¨ªtico que frene el acoso. Concluyen que el secretario de Comercio de EE UU, Gary Locke, ser¨ªa la figura m¨¢s adecuada.
Dos meses despu¨¦s, en julio de 2009, Locke aterriza en Pek¨ªn. En una reuni¨®n con el ministro de Industria y Tecnolog¨ªa de la Informaci¨®n chino, Li Yizhong, el pol¨ªtico estadounidense plantea la cuesti¨®n. Locke se?ala que EE UU est¨¢ muy preocupado por las recientes medidas tomadas por China contra Google. Aclara que Washington respeta la soberan¨ªa china, pero espera que Pek¨ªn pueda trabajar con los actores concernidos para calmar los motivos de tensi¨®n. "Se?alando que el tiempo programado para el encuentro ya se hab¨ªa acabado, Li declin¨® replicar espec¨ªficamente a las cuestiones planteadas sobre Google", relata, lac¨®nicamente, el cable sobre el encuentro.
En enero de este a?o, Google denuncia el ataque. Ya no se trata solo de medidas de boicot, como en los a?os anteriores, en los que Pek¨ªn hab¨ªa llegado a pedir que se censurara a Google Earth para no dar facilidades a terroristas. Esta vez se trataba directamente de un acto de espionaje, con robo de propiedad intelectual sensible. Google amenaza abiertamente con cerrar sus operaciones en China, argumentando que ya no est¨¢ dispuesta a someterse a las reglas de censura, como ven¨ªa haciendo desde su desembarco en el pa¨ªs en 2006. El desaf¨ªo tiene una tremenda repercusi¨®n mundial. En febrero, la empresa pide asistencia a la Agencia Nacional de Seguridad -un ¨®rgano de inteligencia del Departamento de Defensa de EE UU- para esclarecer lo ocurrido. En marzo, Google cierra su portal chino y empieza a redirigir autom¨¢ticamente sus usuarios al portal, libre, de Hong Kong. El Gobierno chino, enfurecido, responde a finales de marzo cortando temporalmente todo acceso a Google.
La fuente cercana al Politbur¨® relata a la Embajada estadounidense que despu¨¦s de la denuncia de Google en enero el asunto de la libertad en Internet es discutido abundantemente en la c¨²pula del PCCh. Sus miembros llegan a la conclusi¨®n de que la cuesti¨®n se ha convertido en el nuevo campo de batalla ideol¨®gica entre EE UU y China, suplantando el tradicional tema de los derechos humanos. Varios contactos advierten de que los altos funcionarios chinos ven los esfuerzos estadounidenses en pro de la libertad en Internet como un ataque, evocando el espectro de las "revoluciones de colores" -como la naranja ucrania o la verde iran¨ª-, que a trav¨¦s de Internet y las nuevas tecnolog¨ªas impulsaron movilizaciones que denunciaron fraudes electorales o desestabilizaron varios reg¨ªmenes en los ¨²ltimos a?os.
En el caso Google convergen as¨ª varios frentes de conflicto entre las dos superpotencias del siglo XXI: la batalla ideol¨®gica sobre libertades; la "paranoia" china sobre intentos de cambio de r¨¦gimen por parte de EE UU, varias veces mencionada en los cables secretos; y una amplia operaci¨®n de espionaje dirigida a trav¨¦s de la Red a las ¨¢reas m¨¢s estrat¨¦gicas de la superioridad estadounidense. Sin embargo, dice la fuente cercana al Politbur¨®, ya en enero el presidente Hu da instrucciones de no tensar el asunto hasta el punto de causar trastornos duraderos a las relaciones chino-estadounidenses.
Efectivamente, tras algunos meses de pulso, a principios de julio de este a?o el Gobierno chino renueva la licencia a Google, que por su parte deja de redirigir autom¨¢ticamente sus usuarios al portal libre de Hong Kong. La empresa logra mantener sin embargo en su p¨¢gina china un v¨ªnculo a ese portal, para quienes quieran utilizarlo.
El episodio es paradigm¨¢tico de la actitud china en las relaciones bilaterales. Pek¨ªn, seg¨²n los contactos de la Embajada estadounidense, tiene una firme voluntad de profundizar y mantener estable el trato con Washington, por el propio peso espec¨ªfico de EE UU, pero tambi¨¦n, o sobre todo, por la capacidad de arrastre internacional que EE UU todav¨ªa posee.
La fuente cercana al Politbur¨® relata despu¨¦s de los Juegos Ol¨ªmpicos de Pek¨ªn de agosto de 2008 que la c¨²pula china extrajo de ellos una lecci¨®n duradera. Para los altos dirigentes, los Juegos constitu¨ªan un asunto de extraordinaria importancia, y la amenaza de boicoteo que se ventil¨® en las semanas previas a causa de la represi¨®n en T¨ªbet despert¨® oleadas de p¨¢nico. Pek¨ªn tom¨® entonces nota de c¨®mo la decisi¨®n de George W. Bush de acudir a la inauguraci¨®n desactiv¨® de facto las elucubraciones de boicoteo. El mismo presidente Hu impuls¨® desde la c¨²pula hacia abajo el nuevo ¨¦nfasis en tener buenas relaciones con EE UU, "como clave para tener buenas relaciones con el mundo", seg¨²n comenta la fuente.
Los estadounidenses se muestran conscientes de cu¨¢nto, pese a su poderoso crecimiento, China necesita evitar enfrentamientos y desorden internacional. Un an¨¢lisis enviado en 2008 por el embajador Clark T. Randt describe a China como una potencia "de statu quo". "A medio plazo, los principales objetivos de la pol¨ªtica exterior china -asegurarse abastecimiento energ¨¦tico y mantener un escenario internacional estable para perseguir el desarrollo econ¨®mico interno- mantendr¨¢n a China como una potencia de statu quo", sentencia Randt.
A la vez, el episodio de Google es sintom¨¢tico de la profunda preocupaci¨®n de la c¨²pula china por la estabilidad del r¨¦gimen. Esta se dirige a varios frentes. Las protestas ¨¦tnico-sociales son uno de ellos; las relaciones con las Fuerzas Armadas, otro. Algunas fuentes citadas en los cables diplom¨¢ticos se?alan por ejemplo la inquietante frialdad de los militares con el primer ministro, Wen Jiabao. Pero es Internet lo que el r¨¦gimen percibe como la m¨¢s grave amenaza potencial a su estabilidad. Y la c¨²pula, sugieren varias fuentes, intenta utilizar el caso Google para trasladar el problema de la muy inc¨®moda dicotom¨ªa libertad / censura a la m¨¢s favorable ellos / nosotros, es decir, presentando su actuaci¨®n como una resistencia frente a la presunta estrategia de dominio estadounidense a trav¨¦s de la Red.
"Esto es lo que necesitaban para acabar de 'armonizar' Internet", opina, tras la denuncia de Google y el discurso de defensa de la libertad en la Red pronunciado por Clinton, una fuente reformista china. El diplom¨¢tico que redacta el cable abre un par¨¦ntesis para a?adir un comentario: "Armonizar' es en China un t¨¦rmino ¨¢cidamente sarc¨¢stico para describir la censura oficial. [La fuente] es un hombre comedido y equilibrado. Su comentario en este tema fue el m¨¢s emotivo y amargo que haya visto en docenas de encuentros a lo largo de m¨¢s de tres a?os".
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