Bela Ajmad¨²lina, poetisa rusa y voz de la disidencia
Era uno de los referentes del lirismo de la Uni¨®n Sovi¨¦tica
Bela Ajmad¨²lina, la m¨¢s grande poetisa rusa de la segunda mitad del siglo XX, falleci¨® el pasado lunes a los 73 a?os como consecuencia de una crisis cardiovascular. Muri¨® en la ambulancia que la llevaba desde su casa en Per¨¦lkino -la villa de escritores en las afueras de Mosc¨²- al hospital. Velada en la Casa de los Literatos de la capital rusa, fue enterrada el viernes en el cementerio de Novod¨¦vichi.
Perteneciente a la llamada generaci¨®n de los sesenta, junto con sus colegas y amigos Bulat Okudzhava, Robert Rozhd¨¦stvenski, Andr¨¦i Voznesenski y Yevgueni Yevtushenko llen¨® estadios en la ¨¦poca dorada que vivi¨® la poes¨ªa sovi¨¦tica en aquellos a?os, gracias al deshielo que se inici¨® tras el XX Congreso del Partido Comunista de la Uni¨®n Sovi¨¦tica (PCUS) y despu¨¦s de que se condenara el culto a la personalidad de Stalin.
Siempre sali¨® en defensa de los intelectuales perseguidos
Ajmad¨²lina hab¨ªa nacido en Mosc¨² el 10 de abril de 1937, de padre t¨¢rtaro y madre rusa de origen italiano, que trabajaba como traductora para el KGB. Cuando la Alemania nazi atac¨® a la Uni¨®n Sovi¨¦tica en 1941, ella fue evacuada con sus padres a Kaz¨¢n, la capital de Tatarst¨¢n.
Empez¨® a escribir poes¨ªa desde muy joven, cuando estaba en la escuela. Su primer trabajo lo obtuvo como periodista en el ¨®rgano del metropolitano de Mosc¨², Metrostr¨®yevets; sus primeras poes¨ªas aparecieron en 1955 en la revista Oktiabr y recibi¨® las primeras cr¨ªticas por el poder dos a?os m¨¢s tarde, trabajando ya en el diario Komsom¨®lskaya Pravada.
Aquellas cr¨ªticas no la amedrentaron y continu¨® haciendo gala de un car¨¢cter independiente durante toda su vida, lo que le acarre¨® m¨¢s de un problema. Admiradora incondicional del Nobel Bor¨ªs Pasternak, se neg¨® a unirse a la campa?a de denigraci¨®n del poeta lanzada despu¨¦s de que este obtuviera en 1958 el m¨¢s prestigioso premio literario del mundo, por lo que, al a?o siguiente, fue expulsada del Instituto de Literatura Gorki, donde estudiaba. Posteriormente fue readmitida gracias a las gestiones de los admiradores de su talento.
Siempre sali¨® en defensa de los intelectuales perseguidos. As¨ª, a principios de los ochenta, salv¨® de la c¨¢rcel a Gueorgui Vlad¨ªmov. Escribi¨® una ardiente carta a favor del escritor disidente, que surti¨® efecto: Yuri Andr¨®pov, el ex jefe del KGB y entonces dirigente m¨¢ximo sovi¨¦tico en su calidad de secretario general del PCUS, permiti¨® que Vlad¨ªmov emigrara. Tambi¨¦n se solidariz¨® con el f¨ªsico disidente y premio Nobel de la Paz, Andr¨¦i S¨¢jarov, los escritores Vlad¨ªmir Voin¨®vich y Alexandr Solzhenitsin y el cr¨ªtico literario Lev K¨®pelev.
A pesar de esta activa posici¨®n c¨ªvica, la poes¨ªa de Ajmad¨²lina nunca fue pol¨ªtica -precisamente eso era motivo de las cr¨ªticas oficiales- y siempre se distingui¨® por su fino lirismo.
La vida sentimental de Ajmad¨²lina fue agitada. Se cas¨® muy joven con el poeta Yevgueni Yevtushenko, despu¨¦s fue esposa del excelente cuentista Yuri Naguibin y luego del escritor de literatura infantil Guennadi Mamlin; con el director de cine y guionista Eldar Kul¨ªyev tuvo en 1973 una hija, Liza, y finalmente se cas¨® en 1974 con el decorador teatral y pintor Bor¨ªs Messerer, con el que viv¨ªa en Pered¨¦lkino.
Ajmad¨²lina, que tambi¨¦n destac¨® como traductora, especialmente de los poetas georgianos Irakli Abashidze, Nikoloz Baratashvili y Galakti¨®n Tabidze, recibi¨® las m¨¢s altas distinciones literarias de su pa¨ªs, el Premio Estatal de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, en 1989, y el de Rusia en 2004, adem¨¢s de una decena de galardones m¨¢s.
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