N¨¢usea
Dedico infinito tiempo a ver la tele, algo est¨²pido o masoca, siniestro para el cerebro y el estado nervioso. Mi ego¨ªsta raz¨®n es pillar informaci¨®n sobre el infierno que han montado los gangsters del cielo, saber si voy a poder volar o si me obligan a quedarme en mi solitaria casita. Me pasmo ante alguna tertulia pol¨ªtica (tan grimosas como las del h¨ªgado) al o¨ªr que la planificada barbarie de los controladores sobre el resto de los espa?oles obedece a la rebeli¨®n contra el estado de las cosas y que lo m¨¢s l¨®gico es que a esta la sucedan las de otros oprimidos gremios. Y me pregunto: ?Est¨¢n hablando de Espartaco y aquella rebeli¨®n de los esclavos que sembr¨® el p¨¢nico entre los romanos? Los que no ten¨ªan nada que perder, aparte de su miserable existencia, sab¨ªan que si las legiones de Craso les derrotaban, iban a crucificarlos, la forma m¨¢s dolorosa de castigo. Y me sigo preguntando: ?Qu¨¦ le va a ocurrir despu¨¦s de su ¨®rdago criminal a la rebeli¨®n de los millonarios? ?Les van a quitar unas horas en la n¨®mina por haber colapsado esta tierra en desgracia, les va a propinar una colleja ese se?or de expresi¨®n conejil que ejerce de Ministro de Fomento, les van a obligar a confesar y a comulgar para expiar su travesura? No se me ocurre, constatando su impune reincidencia en joder al pr¨®jimo, que les suceda algo m¨¢s grave que eso.
Todo invita al v¨®mito cuando en medio de esta hemorragia colectiva, sociatas y pepeperos intentan hacer negocio. Es grotesco o¨ªr la recriminaci¨®n a Rajoy de estar ba?¨¢ndose y tomando el sol mientras Zapatero conduc¨ªa el barco de la patria. O a los que exigen la dimisi¨®n de ¨¦ste por ser el m¨¢ximo responsable de la movida.
Una controladora hace amago de llanto contando que ella y sus desolados compa?eros padecen un ataque de nervios porque han sido rodeados por militares con pistolas. ?Pretend¨ªa que portaran cirios pascuales? Yo llevar¨ªa misiles.
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