Cuando gran jefe blanco habla con lengua de v¨ªbora
Ministros y fiscales alardearon de apoyar a los Couso, pero les enga?aron
Nadie como los pol¨ªticos para susurrarte a la oreja lo que quieres o¨ªr. Nunca alguien que ha sufrido una gran injusticia se queda sin ser recibido por el presidente o ministro de turno y siempre recibe el consuelo con las palabras que desea o¨ªr, aunque casi siempre le parezcan un poco tibias. ?Se acuerdan del padre de la ni?a Mari Luz?
Jos¨¦ Couso, c¨¢mara de Tele 5, muri¨® en Irak el 8 de abril de 2003 por el disparo de un tanque estadounidense cuando se encontraba en el piso 15? del Hotel Palestina, desde donde cubr¨ªa informativamente la toma de Bagdad por las tropas norteamericanas. Fue un disparo alevoso, para amedrentar a los medios, puesto que solo la prensa internacional se alojaba all¨ª y no hab¨ªa francotiradores, como declararon los testigos. En Espa?a, mandaba Aznar, y los del PSOE se indignaron por el asesinato.
La familia de Couso present¨® una querella por un crimen que vulneraba las leyes de la guerra establecidas en las convenciones de Ginebra al disparar sobre civiles no combatientes. Espa?a deb¨ªa investigar el caso para evitar la impunidad porque ni en el lugar de los hechos, Bagdad, ni en el pa¨ªs de los autores, Estados Unidos, se hab¨ªa abierto proceso alguno.
Sin embargo, desde el primer momento, la Fiscal¨ªa de la Audiencia Nacional, a cuyo frente estaba Eduardo Fungairi?o, se opuso a que el caso se pudiera tramitar en Espa?a y a la persecuci¨®n de los autores.
Pero tras las elecciones de 2004, el PSOE lleg¨® al poder y poco despu¨¦s Zapatero retir¨® las tropas de Irak. Las cosas parec¨ªan pintar de otra manera para los Couso. Juan Fernando L¨®pez Aguilar fue nombrado ministro de Justicia y C¨¢ndido Conde-Pumpido, fiscal general del Estado, y ya desde 2005 expresaron la "solidaridad del Gobierno", el primero, y el "apoyo y solidaridad con la lucha de los familiares de Couso en el esclarecimiento de la verdad y para determinar las responsabilidades de su fallecimiento", el segundo.
Mientras, la querella segu¨ªa su curso en la Audiencia con la preocupaci¨®n de los estadounidenses. Hasta cuatro jueces reclamaron colaboraci¨®n judicial para interrogar a los tres militares -el sargento Thomas Gibson, el capit¨¢n Philip Wolford y el teniente coronel Philip de Camp- autores del disparo que mat¨® al c¨¢mara de Tele 5 con resultado negativo. Un funcionario del Departamento de Estado lleg¨® a decir que "har¨¢ fr¨ªo, mucho fr¨ªo en el infierno" antes de que los militares sean interrogados en Espa?a.
En los dos a?os siguientes, L¨®pez Aguilar y Conde-Pumpido explicaron en encuentros con periodistas y con familiares de Couso en qu¨¦ consist¨ªa su apoyo. El entonces ministro destac¨® que acatar¨ªa la decisi¨®n de los jueces y no se opondr¨ªa si se ped¨ªa la extradici¨®n de los militares. El fiscal lleg¨® a asegurar a la madre y el hermano de Couso que har¨ªa "todo lo que estuviera en su mano" para que continuase abierto el proceso judicial de la Audiencia.
Los documentos de Wikileaks han revelado que la Embajada norteamericana en Madrid no entendi¨® exactamente lo mismo. Por eso, en sus cables confidenciales informaba de que "los ministros est¨¢n trabajando para que no prosperen las ¨®rdenes de detenci¨®n" de los militares. Y agregaba que L¨®pez Aguilar hab¨ªa dicho que el Ejecutivo pondr¨ªa "todo su empe?o en cuestionar la decisi¨®n del juez, bas¨¢ndose en argumentos t¨¦cnicos". En otro cable, el embajador a?ad¨ªa que Conde-Pumpido le hab¨ªa dicho que hac¨ªa "todo lo posible" para que el caso se archivara.
A la vista de lo expuesto, o a L¨®pez Aguilar y Conde-Pumpido no se les entendi¨® o a alguien no le dijeron la verdad. Aunque todo parece indicar que al fiscal general y al ex ministro les es de aplicaci¨®n aquella frase que dec¨ªan los indios en las pel¨ªculas del Oeste: "Gran jefe blanco habla con lengua de v¨ªbora".
Ahora, espero con delectaci¨®n el momento en que Wikileaks revele la conversaci¨®n entre la ex ministra de Exteriores de Israel Tzipi Livni y su entonces colega Miguel ?ngel Moratinos sobre lo intolerable que era que un juez espa?ol persiguiera a altos cargos israel¨ªes por cr¨ªmenes contra la humanidad en Gaza. Fue Livni y no Moratinos quien inform¨® a sus ciudadanos, y de paso a los espa?oles, de que Espa?a iba a rebajar dr¨¢sticamente su legislaci¨®n sobre jurisdicci¨®n universal, como as¨ª fue. Seguro que fue una juerga.
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