No me coger¨¦is vivo
Finales de diciembre. En la calle, 12 grados bajo cero. En uno de los art¨ªculos de este libro, Arturo P¨¦rez-Reverte escribe la cr¨®nica de esos d¨ªas en los que el gas¨®leo se ha congelado en su casa. "Un fr¨ªo de cojones", escribe. "Ni agua caliente, ni calefacci¨®n, ni nada. Siberia en versi¨®n dom¨¦stica". Llama al distribuidor: "Qu¨¦ pasa con la parafina, digo, tir¨¢ndome el pegote en plan experto en hidrocarburos. Que tengo media docena de ping¨¹inos jugando al mus en el tresillo". Aquellos d¨ªas las nevadas hab¨ªan cortado la mitad de las carreteras. La noticia era el hielo y la ineficacia de los servicios p¨²blicos. P¨¦rez-Reverte escribe la cr¨®nica de ese invierno; pero su prosa rompe las convenciones del periodismo literario tradicional.
El libro recoge los latidos de un tiempo con s¨ªntomas de desquiciamiento
Este libro re¨²ne los art¨ªculos literarios que public¨® durante los primeros cinco a?os del siglo; un lustro crucial que comenz¨® con el derrumbamiento de las Torres Gemelas. En uno de los art¨ªculos cuenta la historia de una pareja en Nueva York. ?l por fin encontr¨® el trabajo por el que hab¨ªa luchado toda su vida. La llama a ella, feliz, desde el despacho. "Mientras hablaba, sus ojos se posaron, distra¨ªdos, en el calendario que estaba sobre la mesa: martes 11 de septiembre. Luego se volvi¨® a mirar por la ventana. El d¨ªa era hermoso, los cristales de la otra Torre Gemela reflejaban el sol de la ma?ana, y un avi¨®n enorme se acercaba volando muy bajo".
Este libro recoge los latidos de un tiempo en el que no es dif¨ªcil encontrar s¨ªntomas de desquiciamiento y mucha caspa. En brazos de la mujer bombera, La foto de la zorrimodel o Giliaventureros cuentan historias que ser¨ªan hilarantes si las consecuencias no fueran luego tan tr¨¢gicas. De los "giliaventureros" dice: "Me parece bien, ojo, siempre y cuando el osado deportista no vaya luego quej¨¢ndose al Ministerio de Exteriores cuando un pastor de cabras afgano y enamoradizo lo ponga mirando a Triana en las soledades del paso Jyber, o las pira?as motilonas le roan un huevo".
P¨¦rez-Reverte escribe con diversos recursos narrativos y de lenguaje para combinar el enfado, el improperio, el sarcasmo y la denuncia. La realidad es un escenario hostil, donde a veces ocurren cosas divertidas. Lean, si no, Pendientes de un hilo o Di¨¢logos para besugos. Lean La tecla maldita, que cuenta la pesadilla de un escritor en la habitaci¨®n de un hotel, intentando parar el tel¨¦fono y encontrar la tecla de borrar mensajes. "Operadora, habla Maite, ?en qu¨¦ puedo ayudarle, se?or P¨¦rez?". Y ¨¦l, desesperado: "Descr¨ªbame la tecla con detalle, Maite, por la gloria de su madre".
Pero que no se enga?e el lector. El sarcasmo de estos textos es un agarradero contra la realidad tan desesperante que ofrece una sociedad gobernada por la estupidez. El humor y el cabreo como tabla de supervivencia en un mundo b¨¢rbaro. En un tiempo de pensamiento ef¨ªmero y de desconcierto ideol¨®gico, estos art¨ªculos transmiten con convencimiento su visi¨®n del mundo. P¨¦rez-Reverte expresa sus convicciones con rotundidad: sus amores y sus odios, sus creencias y cu¨¢les son las palabras a las que se agarra cuando el barco hace aguas y se anuncia naufragio: los libros, los amigos y la historia.
Este libro est¨¢ escrito en un tiempo de naufragios, por eso tambi¨¦n tiene mucho de ajuste de cuentas, de desahogo, de pelea en corto contra la necedad y la incompetencia. El t¨ªtulo deja bien claro el reto: No me coger¨¦is vivo.
Ma?ana, viernes, por solo 7,95 euros con EL PA?S, No me coger¨¦is vivo.
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