Posici¨®n mediocre
El informe PISA muestra las dificultades de nuestro sistema educativo para corregir sus fallos
Esta semana se ha hecho p¨²blico el informe PISA correspondiente a 2009 que, cada tres a?os, eval¨²a el nivel de la ense?anza secundaria en 65 pa¨ªses. El rasgo m¨¢s sobresaliente de este ¨²ltimo informe es la preponderancia de los pa¨ªses asi¨¢ticos en los tres registros analizados: comprensi¨®n lectora, competencia matem¨¢tica y competencia cient¨ªfica. Se trata de un fen¨®meno ya apuntado en informes anteriores pero asentado de forma definitiva en este, desbancando a Finlandia del primer lugar, aunque este pa¨ªs sigue estando entre los mejores del mundo y a la cabeza de Europa en cuanto a resultados en educaci¨®n.
Como en anteriores ocasiones, y a partir de un cierto umbral de gasto en ense?anza, no se aprecia una correlaci¨®n entre este y resultados obtenidos; hay otro tipo de factores que tienen una mayor influencia, especialmente la calidad y motivaci¨®n de los profesores, el nivel sociocultural del entorno de los alumnos y la organizaci¨®n interna de los centros de ense?anza. De hecho, las diferencias entre centros en un mismo pa¨ªs son superiores a las que separan diferentes pa¨ªses.
En el caso de Espa?a, lo que se observa es una posici¨®n ligeramente retrasada respecto del promedio, es decir, un nivel m¨¢s bien bajo en los tres indicadores, en l¨ªnea con los obtenidos en a?os anteriores aunque con una cierta mejora respecto de los resultados de 2006, que fueron especialmente malos. Profundizando m¨¢s, se puede concluir que Espa?a es eficaz en la difusi¨®n de la educaci¨®n a todas las capas sociales y en la correcci¨®n de las diferencias debidas a la posici¨®n social de los alumnos. Es un rasgo positivo de nuestro sistema escolar que, sin embargo, descuida la promoci¨®n de la excelencia y el tratamiento espec¨ªfico de los mejores estudiantes, algo que contrasta agudamente con los pa¨ªses que obtienen mejores resultados, sobre todo los asi¨¢ticos. Otra diferencia con estos ¨²ltimos es la consideraci¨®n de las familias por la educaci¨®n y el respeto por los educadores, lo que se traduce en una preocupaci¨®n por el nivel de exigencia, mientras que en Espa?a, esa demanda por parte de las familias es menor o inexistente.
Tambi¨¦n hay grandes diferencias entre comunidades aut¨®nomas, hasta el punto de que algunas de ellas podr¨ªan estar al nivel de los mejores pa¨ªses europeos, mientras que otras estar¨ªan en una posici¨®n muy retrasada. Estas diferencias son persistentes, lo mismo que la posici¨®n mediocre del conjunto de nuestro pa¨ªs, lo que demuestra la inercia de los fallos del sistema educativo, dif¨ªciles de corregir en poco tiempo. Lo que no obsta para que se hagan todos los esfuerzos necesarios para aumentar la calidad de nuestra escuela y veamos progresos sostenidos en el tiempo; los datos del informe son una excelente base para elaborar estrategias de cambio. Todos los expertos coinciden en que una clara mejora en la educaci¨®n de nuestros j¨®venes es condici¨®n imprescindible para el cambio en nuestro modelo productivo. Se trata de una apuesta a largo plazo pero de enorme valor para el futuro.
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