Julian Assange, solo ante el peligro
Julian Assange ha sido detenido. Durante varios d¨ªas, este periodista inform¨¢tico ha sido el personaje m¨¢s buscado por la CIA, el FBI y la Interpol. El peligro que representa este informador de inofensivo aspecto ha superado, con mucho, al del mismo Bin Laden. Ante el control informativo que EE UU trata de imponer en el mundo, la aparici¨®n de este Robin Hood del siglo XXI, que roba informaci¨®n secreta de los ricos para hacerla llegar hasta los pobres, ha sido una bocanada de esperanza hacia una sociedad m¨¢s libre, m¨¢s comprometida y mejor informada. Por unos d¨ªas el periodismo ha vuelto a ser ese cuarto poder que fue en tiempos gloriosos.
La difamaci¨®n se convierte ahora en el ¨²ltimo cartucho que han hecho estallar los poderosos para acabar con el mito de esta nueva versi¨®n inform¨¢tica del bosque de Sherwood. La difamaci¨®n sirve para sembrar la duda, crear confusi¨®n y, en este caso, desvirtuar la labor de un profesional honesto. La difamaci¨®n viene ahora de la mano de un c¨®mplice, el Gobierno sueco, donde se ha montado una trama de delitos sexuales con los que poder perseguir a Assange all¨¢ donde se encuentre. La maniobra de difamar no es nueva, se viene practicando desde que el mundo es mundo.
Causa estupor -especialmente para todos los profesionales de la informaci¨®n- que ning¨²n organismo en defensa de la libertad de expresi¨®n, ni nacional ni internacional, se haya rasgado las vestiduras en defensa de Julian Assange. Ni la Federaci¨®n Internacional de Periodistas, ni la conocida como Intercambio Internacional por la Libertad de Expresi¨®n, ni la Asociaci¨®n de Periodistas Europeos, ni tan siquiera la Federaci¨®n Australiana de profesionales de la informaci¨®n, lugar de donde procede Assange, ha dicho hasta el momento esta boca es m¨ªa en defensa de un compa?ero que ha sacrificado su libertad (y posiblemente haya puesto en peligro su vida) en defensa del derecho a la informaci¨®n que tenemos todos los habitantes del planeta.
A Julian Assange, contar la verdad lo ha hecho preso. Esto no es inusual en el mundo del periodismo. Lo que resulta inaceptable es que nadie en el mundo de las instituciones, asociaciones y organismos representativos de la profesi¨®n period¨ªstica internacional haya alzado a¨²n su voz en defensa de este hombre, gracias al cual la maltratada profesi¨®n de informador vuelve a recuperar parte de su dignidad perdida... ?Dejaremos los periodistas a Julian Assange solo ante el peligro?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.