El flamenco sin l¨ªmites de Fernando Terremoto
El pasado mes de febrero se nos fue el cantaor Fernando Fern¨¢ndez Pantoja, Fernando Terremoto, sin llegar a cumplir los cuarenta y un a?os. Su temprana desaparici¨®n llen¨® de pesar al mundo flamenco. A las razones de afecto se sumaba la rabia de ver c¨®mo la muerte se llevaba a un artista joven y en plenitud creativa. Cuando enferm¨®, a finales de 2008, el cantaor se encontraba inmerso en la grabaci¨®n de su cuarto disco. Desde su reaparici¨®n, en septiembre de 2009, hasta la reca¨ªda de su enfermedad, a finales del mismo a?o, el artista se entreg¨® a fondo en culminar la obra que hab¨ªa quedado interrumpida.
Gracias a ese esfuerzo, podemos hoy -no sin dolor- disfrutar de la que es, no solo su mejor grabaci¨®n, sino adem¨¢s un legado p¨®stumo de indudable riqueza. Posiblemente, la mejor versi¨®n registrada del arte de un hombre que superaba con mucho los l¨ªmites de un cantaor. Porque, si Fernando hab¨ªa heredado de su padre, el gran Terremoto de Jerez, un inigualable eco jondo y cavernoso, como artista no se limit¨® exclusivamente al cante. De hecho, no debutar¨ªa en ¨¦l hasta despu¨¦s de cumplidos los veinte. Con anterioridad se hab¨ªa dedicado a la guitarra, lo que en gran medida le facultar¨ªa para la creaci¨®n. Autor de temas propios -y de otros que interpretaron cantaoras como Macanita, Carmen de la Jara o India Mart¨ªnez-, Terremoto era un m¨²sico inquieto que combinaba su amor por la tradici¨®n con su trabajo con artistas de vanguardia, como el bailaor Israel Galv¨¢n.
Esa visi¨®n abierta del arte se plasma en esta entrega p¨®stuma que, quiz¨¢s de manera sorprendente, viene producida por el m¨²sico extreme?o Gecko Turner, ajeno al mundo flamenco, pero con la direcci¨®n musical del guitarrista Alfredo Lagos. Junto a ¨¦l, y a lo largo de los doce cortes que integran el disco, a Terremoto le acompa?a casi toda la nueva generaci¨®n de guitarristas de Jerez: el propio Lagos, junto con Manuel Valencia o Diego del Morao, Manuel Parrilla, Jos¨¦ Quevedo Bolita -autor, adem¨¢s, de dos de los temas-, Antonio Higuero y, por supuesto, el maestro Mora¨ªto. Cada uno en su toque y en el estilo m¨¢s adecuado para escoltar el intenso despliegue del cantaor. El comp¨¢s de la tierra en las buler¨ªas por sole¨¢, a las que sigue el cante de la liviana con serrana rematada -como manda la tradici¨®n- con la seguiriya de Mar¨ªa Borrico. Un corte este procedente del espect¨¢culo La edad de oro del bailaor Israel Galv¨¢n, quien pone sus pies en un trepidante final. Con la malague?a se juega al despiste de una supuesta grabaci¨®n antigua para concluir con la de El Mellizo en primer plano. Antes y despu¨¦s, dos temas de Bolita: unos tangos y la hermosa canci¨®n por buler¨ªas Pasajeros en el tiempo, que nos ofrece la versi¨®n m¨¢s dulce del cantaor. Rematando la primera parte, el canto del martinete que -?huella Turner?- se funde en nana con el canto africano. Casi podr¨ªa ser suficiente, pero hay m¨¢s: una versi¨®n del Cambalache de Santos Disc¨¦polo, un fandango waltz obra del cantaor, la can¨®nica seguiriya y la fiesta santiaguera por buler¨ªas con Mora¨ªto al frente. Dos bonus traks, otra composici¨®n de Terremoto por buler¨ªas y el rescate de la Canastera de Paco de Luc¨ªa y Camar¨®n completan la selecci¨®n de un disco que bien confirma las palabras de Pedro G. Romero: "Si Terremoto es para muchos el Antiguo Testamento, su hijo Fernando resulta el Evangelio: comunicaci¨®n, amor, universalidad".
Terremoto est¨¢ editado por Buj¨ªo Producciones.
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