El primo del neandertal
El estudio gen¨¦tico descubre al pariente asi¨¢tico de los pobladores europeos de hace 40.000 a?os- El ADN aclara el panorama de la evoluci¨®n
Hace unos 40.000 a?os, y desde mucho antes, viv¨ªa en el continente europeo una especie humana que, aunque extinguida, se conoce razonablemente bien por la abundancia de f¨®siles recuperados en m¨²ltiples yacimientos, incluidos algunos muy notables en Espa?a. Eran los neandertales, gente robusta y con una cultura propia manifestada en sus herramientas y en los vestigios de sus vidas. Pero, si eran tan espec¨ªficamente europeos como el registro f¨®sil indica, ?qui¨¦n viv¨ªa entonces en Asia? La respuesta, que se ocultaba en una nube de restos f¨®siles varios y debates cient¨ªficos poco concluyentes, ha llegado ahora no de la mano de huesos desenterrados en alg¨²n rico yacimiento, sino directamente del ADN. Los an¨¢lisis gen¨¦ticos avanzados de un peque?o hueso de una mano femenina hallado en una cueva del sur de Siberia muestran que pertenece a un hasta ahora desconocido pariente asi¨¢tico de los neandertales. Adem¨¢s, unos pocos de sus genes est¨¢n presentes hoy en las poblaciones de Melanesia.
El descubrimiento abre nuevas dudas sobre el humano prehist¨®rico
En ?frica se?oreaba la especie humana que acab¨® ocupando el planeta
El genoma es la informaci¨®n m¨¢s valiosa sobre nuestro origen
Lo dif¨ªcil es encontrar material sin contaminar para trabajar
"Si, los primos asi¨¢ticos, es una buena manera de presentarlos", dice Svante P??bo, cient¨ªfico que ha liderado el descubrimiento. Estos individuos de Siberia, del yacimiento de Denisova, "comparten un origen antiguo con los neandertales, pero tiene su propia historia independiente", a?ade.
Con el hallazgo, desvelando el secreto de los genes, se aclara el panorama de la evoluci¨®n humana en el tramo justo anterior a nuestra especie, a la vez que se abren nuevos interrogantes sobre cruces, contactos y herencias de los humanos prehist¨®ricos. En Europa estaban los neandertales hasta hace casi 30.000 a?os; en Asia, los denisovanos (y tal vez otros), y en ?frica se?oreaba ya la especie humana actual, que acab¨® ocupando todo el planeta y que incorpor¨® pocos genes neandertales. Por cierto, nadie lleg¨® a Am¨¦rica hasta varios miles de a?os m¨¢s tarde.
"Como demuestra este trabajo, los estudios de la variaci¨®n gen¨¦tica humana se ensanchan m¨¢s all¨¢ del ¨¢mbito m¨¦dico", comentan los expertos Carlos D. Bustamante y Brenna M. Henn (Universidad de Stanford) en Nature. "El estudio de los diversos genomas humanos, tanto antiguos como actuales", a?aden "es la herramienta m¨¢s poderosa disponible para comprender nuestros or¨ªgenes comunes y nuestra historia".
Desde hace un siglo, la paleoantropolog¨ªa ha avanzado a golpe de buscar y rebuscar huesos f¨®siles que dieran una idea de c¨®mo eran los seres del pasado: los primeros hom¨ªnidos de hace unos cinco millones de a?os, las especies africanas m¨¢s evolucionadas pero a¨²n con muchos rasgos simiescos y los primeros seres del g¨¦nero Homo de hace unos dos millones de a?os (hasta aqu¨ª siempre en ?frica). Poco despu¨¦s, los primeros emigrantes del continente ancestral se aventuraron hacia Eurasia. Pero a¨²n faltaban oleadas posteriores de poblaciones, cruces y procesos evolutivos hasta llegar a los remotos hombres de Atapuerca, de m¨¢s de un mill¨®n de a?os (los m¨¢s antiguos) y de hace 500.000, los preneandertales, muy bien documentados, de la Sima de los Huesos de ese yacimiento burgal¨¦s.
P??bo y los cient¨ªficos que colaboran con ¨¦l han dado un rigor revolucionario en esa ciencia con su capacidad de aislar material gen¨¦tico de los f¨®siles, analizarlo y compararlo. "Este trabajo de Denisova es uno de los primeros ejemplos de c¨®mo la gen¨¦tica toma la avanzadilla a la paleontolog¨ªa m¨¢s cl¨¢sica, al ser capaz de identificar a unos seres desconocidos analizando su genoma", comenta Tom¨¢s Marqu¨¦s-Bonet, investigador del Instituto de Biolog¨ªa Evolutiva (UPF-CSIC) y uno de los autores del art¨ªculo.
En 2008, se encontr¨® en la cueva de Denisova una falange y un molar que se dataron entre hace 30.000 y 50.000 a?os. No se han anunciado m¨¢s huesos humanos por el momento. Pero P??bo domina la herramienta gen¨¦tica para buscar y analizar ADN antiguo. "En el molar no se ha podido recuperar material gen¨¦tico de suficiente calidad, pero en la falange s¨ª", explica Marqu¨¦s. "Y es muy dif¨ªcil lograrlo, porque, normalmente, los f¨®siles tienen tantos microbios que, si no tienes mucho cuidado, acabas secuenciando el genoma de los microbios y no el del hueso". Adem¨¢s, est¨¢ la cuesti¨®n de la contaminaci¨®n con ADN actual, pero esto no es problema para estos cient¨ªficos con fama de cuidadosos, que alcanzaron un hito con la publicaci¨®n este a?o del genoma del neandertal.
?C¨®mo llamar a aquellas poblaciones del sur de Siberia? Los cient¨ªficos se refieren al grupo de Denisova, y pasan de puntillas sobre la cuesti¨®n de la especie. "Darle un nombre latino requerir¨ªa decidir si nos referimos a ella como especie o como subespecie", explica P??bo a EL PA?S por correo electr¨®nico. "Dado que no hay definiciones claras, esto siempre deriva en debates acad¨¦micos est¨¦riles que no pueden resolverse", a?ade. "Por ejemplo, aunque sabemos mucho m¨¢s de los neandertales que de cualquier otra forma f¨®sil humana, los cient¨ªficos a¨²n no se ponen de acuerdo sobre si es una especie o una subespecie, as¨ª que mejor los llamamos con sus nombres comunes: denisovanos, neandertales y humanos modernos. Todo el mundo comprende de qu¨¦ estamos hablando".
Seguramente es una sabia decisi¨®n del experto sueco -que trabaja en Alemania, en el Instituto Max Planck de Antropolog¨ªa Evolutiva- para provocar m¨¢s ruido en una ciencia, la paleontolog¨ªa, que hasta ahora ha definido las especies por los f¨®siles, y cuantos m¨¢s mejor. No hay en este caso por ahora m¨¢s que una falange y un molar. "Pero el profesor Anatoli Derevianko [de la Academia Rusa de Ciencias] y sus colegas siguen excavando en Denisova y esperamos encontrar m¨¢s material".
El dedo y el molar de Denisova no son nuevos en la ciencia. Hace unos meses el mismo P??bo y su equipo dieron a conocer el an¨¢lisis gen¨¦tico de la mitocondria. "Pero ese genoma es limitado", dice Marqu¨¦s-Bonet. "Ahora, con el genoma del n¨²cleo tenemos much¨ªsima m¨¢s informaci¨®n y, de hecho, las conclusiones han variado porque con el mitocondrial los denisovanos no parec¨ªan tan parientes cercanos de los neandertales".
Es curioso que nadie sabe c¨®mo ser¨ªan aquellos primos asi¨¢ticos de los neandertales, qu¨¦ aspecto tendr¨ªan, ni siquiera la denisovana del dedo y el molar, porque se sabe que los dos f¨®siles pertenecen a una hembra, qu¨¦ aspecto tendr¨ªa... Pero con los genes se desvela su historia evolutiva. "Denisova comparte m¨¢s genes con los neanderales que con los humanos actuales", explica Marqu¨¦s-Bonet, aunque entre ambas especies extinguidas hay notable diferencia gen¨¦tica, a?ade. Otro resultado notable de la investigaci¨®n es que los habitantes actuales de Melanesia -regi¨®n de Ocean¨ªa que incluye la isla de Nueva Guinea-comparten entre un 4% y un 6% del material gen¨¦tico de los de Denisova extinguidos, mientras que no se aprecia aportaci¨®n de genes de estos ¨²ltimos al resto de las poblaciones asi¨¢ticas actuales. Esto sugiere que hubo alg¨²n tipo de mestizaje de los primos de los neandertales con los antepasados de los melanesios. De cualquier forma, unos y otros, los neandertales y sus parientes asi¨¢ticos, se extinguieron y nuestra especie acab¨® instal¨¢ndose en todo el planeta.
Desde hace d¨¦cadas, "se ha debatido acerca de si nuestra especie surgi¨® solo una vez y se difundi¨® por todo el mundo, reemplazando a todas las especies de Homo existentes, o si nuestros ancestros se cruzaron con las otras especies y subespecies", comentan Bustamante y Henn, en Nature. "Hasta ahora, los datos gen¨¦ticos y la interpretaci¨®n de los f¨®siles, parec¨ªan favorecer el modelo de la completa sustituci¨®n, en el que todos los genes de toda la especie humana se remontan a un origen ¨²nico en una o m¨¢s poblaciones africanas, de tama?o moderado, de hace unos 200.000 a?os. Sin embargo, la secuencia del genoma nuclear de Denisova, junto con la del neandertal, sugiere que esa historia denominada Salida de ?frica del Homo sapiens problemente estuvo m¨¢s entrecruzada en algunas regiones que en otras". La conclusi¨®n de Bustamante y Henn es que se produjo efectivamente una sustituci¨®n de las poblaciones previas por parte de nuestra especie, pero hubo, adem¨¢s, un limitado flujo gen¨¦tico entre ellas.
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