Bruselas se abstiene de juzgar la memoria hist¨®rica del Este de Europa
Seis pa¨ªses solicitaron a la Comisi¨®n que equiparara la negaci¨®n del Holocausto con la de los cr¨ªmenes cometidos por los antiguos reg¨ªmenes comunistas
La Comisi¨®n Europea ha rechazado una petici¨®n de seis pa¨ªses de la Europa Central y Oriental de sancionar la negaci¨®n de los cr¨ªmenes cometidos por el comunismo del mismo modo que en algunos pa¨ªses europeos es delito negar el Holocausto. El Ejecutivo comunitario reconoce que "mantener viva la memoria de los horrores del pasado" es un deber colectivo, pero remite la papeleta a los Gobiernos de la Uni¨®n, que deber¨ªan ser quienes por unanimidad decidan incluir aquellas atrocidades en la lista de los sancionables a escala comunitaria. La imposibilidad de alcanzar semejante consenso deja las cosas como est¨¢n: cada pa¨ªs puede adoptar para s¨ª mismo la legislaci¨®n que considere.
Los ministros de Exteriores de Bulgaria, Hungr¨ªa, Letonia, Lituania, Rep¨²blica Checa y Ruman¨ªa enviaron recientemente una carta a Viviane Reding, vicepresidenta de la Comisi¨®n y comisaria de Justicia y Derechos Fundamentales, en la que reclamaban una iniciativa legislativa para castigar la "aprobaci¨®n p¨²blica, minusvaloraci¨®n o negaci¨®n de los cr¨ªmenes totalitarios".
B¨²lgaros, h¨²ngaros, letones, lituanos, checos y rumanos firman la petici¨®n
La UE recomienda "mantener viva la memoria de los horrores"
La carta fue promovida por el jefe de la diplomacia lituana, Audronius Azubalis, quien, como muchos pol¨ªticos de pa¨ªses anta?o sometidos al dominio de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, se lamenta de que los europeos est¨¦n perfectamente al tanto de las atrocidades cometidas por los nazis (Alemania, Austria, Francia y Hungr¨ªa incluso han criminalizado la negaci¨®n del Holocausto) e ignoren las perpetradas por los comunistas. La negaci¨®n o condonaci¨®n de tales delitos "debe ser sometida a los mismos est¨¢ndares [que se aplican a los cr¨ªmenes nazis] para evitar el resurgimiento de la ideolog¨ªa totalitaria", dicen los signatarios.
Karel Schwarzenberg, ministro checo perteneciente a una familia aristocr¨¢tica acosada por el comunismo, mantiene que los cr¨ªmenes de los totalitarismos son perfectamente equiparables, que Hitler y Stalin fueron asesinos de masas y que quienes colaboraron con ellos fueron c¨®mplices.
La carta era la ¨²ltima manifestaci¨®n de un activismo de base que se encarn¨® en abril del a?o pasado en una resoluci¨®n del Parlamento Europeo, jur¨ªdicamente no vinculante, en la que se dice que "Europa no estar¨¢ unida hasta que sea capaz de establecer una visi¨®n com¨²n sobre su historia, reconozca el nazismo y el estalinismo y los reg¨ªmenes fascistas y comunistas como un legado com¨²n". Condenaban, adem¨¢s, sus eurose?or¨ªas "todos los cr¨ªmenes contra la humanidad (...) perpetrados por todos los reg¨ªmenes totalitarios y autoritarios" y ped¨ªan que el 23 de agosto se convirtiera en "D¨ªa Europeo conmemorativo de las v¨ªctimas de todos los reg¨ªmenes totalitarios y autoritarios".
Los propios Gobiernos de la Uni¨®n dieron a finales de 2008 dos a?os de plazo a la Comisi¨®n para que evaluara si hac¨ªa falta un instrumento jur¨ªdico espec¨ªfico para abordar la cuesti¨®n. Bruselas encarg¨® entonces un estudio sobre c¨®mo se trata en los Veintisiete la memoria de los cr¨ªmenes cometidos por los reg¨ªmenes totalitarios en Europa y ese trabajo de casi 500 p¨¢ginas, dirigido por el polit¨®logo espa?ol Carlos Closa, del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas, ha servido ahora de base al informe de la Comisi¨®n que frustra las expectativas de los seis ministros.
Closa y sus colaboradores establecen con lujo de detalles que los distintos pa¨ªses emplean un amplio abanico de m¨¦todos e instrumentos para tratar con la memoria de los totalitarismos; que cada Estado ha adoptado su propia combinaci¨®n de legislaci¨®n y pol¨ªticas para abordar la cuesti¨®n, y que el negacionismo sobre uno u otro extremo suscita diferente respuestas: once pa¨ªses no tienen legislaci¨®n sobre el particular y solo dos (Rep¨²blica Checa y Polonia) consideran delito negar los cr¨ªmenes del comunismo.
Recuerda la Comisi¨®n que el art¨ªculo 83 del Tratado de Lisboa fija claramente las infracciones penales y sanciones en ¨¢mbitos delictivos que pueden ser objeto de directivas (terrorismo, trata de seres humanos, explotaci¨®n sexual de mujeres y ni?os, tr¨¢fico de armas y drogas, blanqueo de capitales, corrupci¨®n, falsificaci¨®n de moneda, delincuencia inform¨¢tica y organizada) y hace notar que "la condonaci¨®n, negaci¨®n o flagrante trivializaci¨®n p¨²blicas del genocidio, cr¨ªmenes contra la humanidad y cr¨ªmenes de guerra infligidos a grupos de personas identificados por su raza, color, religi¨®n, ascendencia u origen nacional o ¨¦tnico no entra en esas ¨¢reas".
El Ejecutivo comunitario pasa la pelota a los Gobiernos de los Veintisiete: "La relaci¨®n de ¨¢reas
[sobre la que se puede preparar una directiva] puede ser ampliada por unanimidad por el Consejo, previo consentimiento del Parlamento Europeo en funci¨®n de la evoluci¨®n de los delitos". Y cierra el caso: "En estos momento las condiciones no se cumplen" para adoptar una iniciativa que satisfaga a los seis ministros.
Expuesta la argumentaci¨®n jur¨ªdica, la Comisi¨®n concluye que "mantener viva la memoria de los horrores del pasado es nuestro deber colectivo como se?al de tributo y respeto a todas las v¨ªctimas que han sufrido y perecido y como un modo de asegurarse de que no volver¨¢ a ocurrir".
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