Brummstein / Machine

Es un acierto que Lengua de Trapo haya reunido en un mismo volumen estas dos novelas cortas para que el lector espa?ol pueda apreciar la intenci¨®n decididamente innovadora de Peter Adolphsen (?rhus, Dinamarca, 1972), un autor cuya obra reunida apenas alcanza las cuatrocientas p¨¢ginas e incluye una novela en verso y un experimento de literatura combinatoria al m¨¢s puro estilo oulipiano (para quien quiera curiosear hay una versi¨®n web en dan¨¦s: www.enmillionhistorier.dk). Si Brummstein y Machine se complementan es porque cada una desarrolla en un plano distinto (geolog¨ªa y biolog¨ªa, respectivamente) un mismo repertorio de t¨¦cnicas orientadas a replantear la perspectiva del lector ante la pieza de ficci¨®n. La m¨¢s sorprendente y eficaz es probablemente el uso de un zoom espacio-temporal que traslada la narraci¨®n de los tiempos geol¨®gicos a la historia reciente, presentando ambas ¨¦pocas con descripciones igualmente neutras y minuciosas. Estas digresiones aparentes son tan fluidas que en lugar de aburrir, como cabr¨ªa esperar, aportan intriga al relato (son el relato) y lo iluminan con im¨¢genes de tal potencia est¨¦tica que hacen interrumpir la lectura para tragar saliva o resoplar. Aunque quiz¨¢ la necesidad de ventilaci¨®n provenga tambi¨¦n del v¨¦rtigo que provoca el constante recordatorio de la peque?ez del ser humano, una evidencia debidamente acentuada por otra t¨¦cnica de concatenaci¨®n que pone patas arriba lo que normalmente entendemos por l¨®gica causal. En el caso de Brummstein el hilo conductor que le permite recorrer el siglo XX alem¨¢n es una esquirla de roca milenaria, y aunque sea la piedra lo que va pasando de mano en mano, son los individuos quienes parecen flotar a la deriva. El mismo azar secuencial transforma en Machine el coraz¨®n de una yegua prehist¨®rica en una c¨¦lula cancer¨ªgena, desvelando conexiones de alcance psicotr¨®pico (s¨ª, s¨ª, en alg¨²n momento tambi¨¦n hace aparici¨®n el LSD) entre el cosmos y unos personajes presentados como sujetos de estudio. Adolphsen tiene algo m¨¢s que estilo: tiene una visi¨®n que combina lucidez y alucinaci¨®n, y la capacidad para diseccionar el mundo d¨¢ndole otra vuelta de tuerca al hiperrealismo.