EE UU usa el arresto de un marine de la VI Flota para tildar de racista a la polic¨ªa
Washington alert¨® el pasado verano a sus ciudadanos del riesgo que corr¨ªan los turistas afroamericanos que viajaran a Espa?a
Un incidente entre agentes de la Guardia Urbana de Barcelona y varios tripulantes del Mount Whitney, buque insignia de la VI Flota estadounidense, a comienzos de 2009 ocasion¨® un serio incidente diplom¨¢tico entre los Gobiernos de Madrid y Washington. Adem¨¢s, el Departamento de Estado us¨® el pasado verano este altercado para alertar a los turistas afroamericanos que viajaran a Espa?a del riesgo que corr¨ªan de ser detenidos. El Ayuntamiento de Barcelona explica ahora que sus funcionarios realizaban labores contra el menudeo de drogas y rechazan de plano las acusaciones de racismo.
Tras el altercado con el funcionario de la US Navy, el Ejecutivo de Barack Obama present¨® una queja verbal por la agresi¨®n sufrida en febrero de 2009 por un marine y el hecho de que varios compa?eros fueran identificados a punta de pistola. El Consulado General de Estados Unidos en Barcelona advirti¨® entonces que la VI Flota hab¨ªa manifestado que, despu¨¦s de ese incidente, era "reticente" a volver a recalar en el puerto catal¨¢n.
La Navy amenaz¨® con no recalar m¨¢s en Barcelona tras el incidente El Ayuntamiento abri¨® un informe a los agentes y no hall¨® irregularidades
El caso estall¨® el 22 de enero de 2009, cuando un miembro de la tripulaci¨®n del Mount Whitney fue abordado por guardias urbanos de paisano que "no se identificaron adecuadamente" y que, adem¨¢s, apuntaron con pistolas a otros compa?eros. Durante su detenci¨®n, el marinero fue derribado al suelo, por lo que necesit¨® varios puntos de sutura en la cabeza. Fue detenido y m¨¢s tarde puesto en libertad sin que los agentes formularan acusaci¨®n contra ¨¦l. "Daba la impresi¨®n de que el incidente ten¨ªa motivaciones racistas (el tripulante es afroamericano)", resalta una nota confidencial de la embajada.
"Los agentes de paisano estaban realizando labores de vigilancia en la plaza de las Drassanes en prevenci¨®n de delitos contra la salud p¨²blica. Detectaron una conversaci¨®n entre
George Thomas Kee y dos j¨®venes de origen magreb¨ª y, ante la sospecha de una posible transacci¨®n de droga por dinero, se procedi¨® a su identificaci¨®n", se?ala el Ayuntamiento.
"Un agente se acredit¨® mediante su credencial profesional, pero el se?or Kee comenz¨® a gesticular airadamente, intentando ausentarse del lugar. El agente intent¨® cogerle del brazo. Cuando se acerc¨® un cabo, el se?or Kee le golpe¨® en el cuello y dio un pu?etazo al polic¨ªa. Se acerc¨® un grupo de 15 o 20 personas de manera hostil y dando gritos en ingl¨¦s. (...). Al ver que el grupo no cesaba de avanzar, el cabo desenfund¨® su arma y apunt¨® hacia el suelo, lo que hizo que el grupo se parara y empezara a retroceder", seg¨²n el informe municipal.
Kee fue llevado al hospital Pere Camps y un cabo y un guardia urbano lo fueron a la Mutua Universal "por heridas de diversa consideraci¨®n". Kee declar¨® en la comisar¨ªa de Ciutat Vella que no ten¨ªa intenci¨®n de agredir a los agentes, aunque crey¨® que iban a robarle, ya que en Estados Unidos "la polic¨ªa identifica a los sospechosos mostrando en una mano su credencial profesional y en la otra el arma reglamentaria apuntando hacia el identificado". Despu¨¦s qued¨® detenido "por atentado a agentes de la autoridad" en la comisar¨ªa de Les Corts, donde fue visitado por un representante consular, dos enlaces de la Marina espa?ola y dos de la Navy de EE UU. El Juzgado n¨²mero 20 de Barcelona decret¨® poco despu¨¦s el archivo de las actuaciones. El expediente interno abierto por la Guardia Urbana concluy¨® sin hallar irregularidades en la conducta de los agentes, pese a apreciar algunos errores en su actuaci¨®n.
La legaci¨®n diplom¨¢tica destac¨® "la gravedad" del asunto y "los potenciales efectos negativos que podr¨ªa acarrear si el Gobierno espa?ol no realizaba las acciones apropiadas". La embajada hizo llegar al ministro de Asuntos Exteriores una "queja verbal" exigiendo una explicaci¨®n sobre el altercado (cable 190015).
Dos semanas despu¨¦s, el c¨®nsul general Todd Robinson se reuni¨® con la concejal de Seguridad y Movilidad, Assumpta Escarp, junto con el intendente de la Guardia Urbana. El c¨®nsul se quej¨® de que una inmediata consulta con el comandante jefe del Mount Whitney o con el consulado habr¨ªa resuelto r¨¢pidamente la situaci¨®n y evitado crear una "una espiral fuera de control y las consiguientes reacciones en Barcelona, Madrid, N¨¢poles y Washington" (cable 190628). Los representantes municipales se comprometieron a aclarar el caso con la jefatura de la VI Flota en N¨¢poles (Italia) y con la base de Rota (Espa?a).
Pasados unos d¨ªas, el c¨®nsul escribi¨® al entonces presidente de la Generalitat, Jos¨¦ Montilla, al alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, y al director de la Guardia Urbana, Xavier Vilar¨®. A la vez, contact¨® con la Oficina de Derechos Humanos y Civiles. La Embajada en Madrid y el presidente del Comit¨¦ Permanente de la cooperaci¨®n bilateral en materia de Defensa plantearon su malestar ante las autoridades espa?olas. Y el encargado de Negocios transmiti¨® una queja al secretario general de Pol¨ªtica de Defensa.
"Despu¨¦s de todas estas reclamaciones, la ¨²nica respuesta recibida fue una carta de Vilar¨®", quien se lamentaba por los "inconvenientes" derivados del incidente y se?alaba que el caso era objeto de una investigaci¨®n interna, seg¨²n un cable. El c¨®nsul en Barcelona volvi¨® a reunirse con varios representantes del Ayuntamiento y les transmiti¨® que la VI Flota era reticente a volver a recalar en Barcelona y que el asunto hab¨ªa suscitado la atenci¨®n al m¨¢s alto nivel del Departamento de Estado. El diplom¨¢tico recalc¨® que el Gobierno de Washington exigi¨® "seguridades de que los nav¨ªos estadounidenses ser¨ªan bienvenidos a la ciudad".
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