Comprar un 'warhol' en pantuflas

Hace apenas tres a?os, James Cohan, due?o de la prestigiosa y hom¨®nima galer¨ªa de Nueva York, pens¨® que hab¨ªa que transformar las ferias de arte: ampliar el espectro, reducir costes, acercar los continentes. Junto a su mujer y a unos vecinos de Park Slope (Brooklyn) le dieron vueltas hasta acabar donde se llega siempre ¨²ltimamente: Internet. Un evento exclusivamente virtual celebrado durante una semana, con las mejores galer¨ªas del mundo y dirigido a coleccionistas de los cinco continentes. Eso es VIP Art Fair, la feria que suceder¨¢ en su ordenador entre el 22 y 30 de enero y que, en plena depresi¨®n del mercado, reunir¨¢ a 139 galer¨ªas.

Es la primera edici¨®n, pero no suena a experimento. El equipo de Cohan ha seleccionado cuidadosamente a los galeristas, los mejores, que pagar¨¢n entre 5.000 y 20.000 d¨®lares por participar (casi lo mismo que en una feria como Arco). "Tardamos tres a?os en desarrollar la tecnolog¨ªa y ten¨ªa que ser un precio alto para que la gente lo tome en serio y aporte buenas obras. Pero en realidad es un 20% de todos los gastos que supone participar en una feria internacional", explica Cohan. Precisamente, en la ¨²ltima Miami Art Bassel su equipo mostr¨® por primera vez el software a todas las galer¨ªas invitadas.

"Quiero introducir m¨¢s accesibilidad y democracia en el sector", dice Cohan

Por esa cantidad, el galerista tiene derecho a un estand principal donde expone su obra m¨¢s representativa y un almac¨¦n virtual donde puede mostrar hasta 75 piezas m¨¢s, todo a escala de una figura humana. Los compradores tienen dos opciones: entrar como cliente VIP (invitado por una galer¨ªa) o como visitante con acceso restringido. Si hay inter¨¦s, el vendedor, que est¨¢ obligado a atender un m¨ªnimo de 18 horas diarias a los coleccionistas (debido a la diversidad de franjas horarias), le invita a un espacio privado a ver todas las piezas y a charlar v¨ªa chat o tel¨¦fono. Pero la transacci¨®n se hace fuera de la web. "Esto no es un comercio online, simplemente ponemos en contacto a la gente, como una red social. Estoy interesado en crear accesibilidad en el mundo del arte, que sea m¨¢s democr¨¢tico. Que m¨¢s coleccionistas tengan la oportunidad de entender qui¨¦nes son los mejores vendedores y los mejores artistas. El mundo del arte puede ser muy intimidatorio", opina Cohan. La feria dura solo siete d¨ªas para que se acent¨²e la obligaci¨®n de que hay que tomar decisiones.

Juana Aizpuru es una de las tres galer¨ªas espa?olas (solo un 38% utiliza las redes sociales, seg¨²n Dosdoce.com) invitadas. "Puedes llegar a todos los coleccionistas del mundo, sobre todo ahora que el mercado est¨¢ tan desanimado", explica. "Principalmente es interesante para las galer¨ªas con clientes internacionales y ciertas relaciones. Puedes llegar a chinos, australianos, indios, rusos... gente que no suele visitar las ferias convencionales. Pero no creo que sea competencia para ellas. Se trata de abrir el mercado". La inversi¨®n, cree la afamada galerista, es dif¨ªcil que no sea rentable. "Si puedes poner 100 obras, muy mal se me tiene que dar para no vender ni una".

Para Elba Ben¨ªtez, otra de las espa?olas invitadas (la tercera es Marlborough, con sede en Madrid), lo m¨¢s atractivo son los contactos de coleccionistas que los vendedores compartir¨¢n al final del evento. "Es una informaci¨®n sobre c¨®mo se mueve el comprador, qui¨¦nes son... y eso es lo realmente valioso de esta feria". Su galer¨ªa pagar¨¢ unos 12.500 euros y tendr¨¢ derecho a exponer 75 obras. "Al final, en la Miami, con el transporte y lo dem¨¢s, hemos pagado 60.000 euros", se?ala.

Aunque la potencia del evento es important¨ªsima, nadie cree que VIP Art Fair sustituya a las ferias tradicionales. Menos a¨²n Carlos Urroz, el nuevo director de Arco. "La lista de galer¨ªas es estupenda. Est¨¢ muy bien como idea, pero la experiencia de una obra de arte en directo no es comparable a un programa de realidad virtual. Esa excitaci¨®n es lo que hace viajar", explica Urroz, que este a?o contar¨¢ con 189 galer¨ªas en la feria madrile?a. "Si es solo por invitaci¨®n, no creo que genere nuevos coleccionistas. Adem¨¢s, hay un factor de reconocimiento social importante. A la gente le gusta verse en las ferias, suena fr¨ªvolo, pero es as¨ª".Sea lo que sea, nadie en el mundo del arte podr¨¢ evitar mirar la pantalla el 22 de enero, aunque solo sea para comentarlo en los pasillos de la siguiente feria anal¨®gica.