EE UU sospecha que el Gobierno de Bolivia simul¨® una trama terrorista
Un testigo asegura a la Embajada en La Paz que los servicios de inteligencia prepararon un falso compl¨® para matar a Evo Morales y culpar a la oposici¨®n
Madrugada del 16 de abril de 2009. Un comando de ¨¦lite de la polic¨ªa boliviana irrumpe en el hotel Las Am¨¦ricas de Santa Cruz, la capital del Oriente del pa¨ªs. Veinte minutos m¨¢s tarde, los cad¨¢veres semidesnudos de tres hombres yacen tiroteados en sus habitaciones. Son Eduardo R¨®zsa Flores, h¨²ngaro-boliviano; ?rpad Magyarosi, h¨²ngaro, y Michael Dwyer, irland¨¦s. El comando se lleva consigo a otros dos supervivientes: Mario Tadic, boliviano de origen croata, y Elod Toaso, h¨²ngaro. As¨ª arranca uno de los episodios m¨¢s tenebrosos de la reciente historia de Bolivia. El Gobierno sostiene que los cinco extranjeros eran terroristas contratados por los dirigentes opositores de Santa Cruz para impulsar una rebeli¨®n armada y asesinar al presidente, Evo Morales.
El objetivo era acabar con los l¨ªderes autonomistas de Santa Cruz
Agentes secretos sembraron pruebas falsas y mataron a los mercenarios
Sin embargo, una fuente cercana al caso ofrece a la Embajada de EE UU una versi¨®n muy diferente: los mercenarios, afirma este testigo, fueron contratados en realidad por los servicios de inteligencia bolivianos para montar una falsa trama terrorista y justificar la persecuci¨®n desatada despu¨¦s contra los dirigentes de Santa Cruz, basti¨®n opositor al Gobierno.
Seg¨²n este relato, recogido en un cable de mayo de 2009, los mismos servicios secretos liquidaron a R¨®sza, Magyarosi y Dwyer para borrar pistas, y sembraron pruebas falsas. Los otros dos, Tadic y Toaso, salvaron su vida porque no estaban al corriente de la trama y porque las autoridades los utilizar¨ªan como testigos para apuntalar el montaje. Ambos fueron torturados, como constatan los diplom¨¢ticos estadounidenses en unas fotograf¨ªas que les aporta el testigo, y que muestran a los dos hombres "ensangrentados, con dientes perdidos, costillas rotas, moratones y laceraciones provocadas por cortes de cuchillo".
La embajada asegura que no tiene forma de comprobar la versi¨®n, pero a?ade que la fuente es un personaje bien situado y con una trayectoria solvente.
Su testimonio apuntala la teor¨ªa que vienen sosteniendo tanto la oposici¨®n boliviana como algunas investigaciones period¨ªsticas, que insisten en que el compl¨® fue una fabricaci¨®n del Gobierno para dar un golpe definitivo a los dirigentes de la levantisca Santa Cruz, el m¨¢s rico de los nueve departamentos del pa¨ªs. Cuna de grandes yacimientos de hidrocarburos, la regi¨®n, mayoritariamente criolla, vot¨® en 2008 a favor de la autonom¨ªa y se ha convertido en la abanderada contra Evo Morales y su proyecto socialista.
El pasado fin de semana, de hecho, la fiscal¨ªa present¨® cargos formales contra 39 implicados en la "conspiraci¨®n", entre los que figuran prominentes pol¨ªticos y empresarios cruce?os.
El caso ha estado salpicado de irregularidades desde el principio. Seg¨²n un cable del 23 de abril de 2009, el vicepresidente, ?lvaro Garc¨ªa Linera, asegur¨® al cuerpo diplom¨¢tico que los cinco terroristas atacaron con armas de fuego y explosivos a la polic¨ªa cuando fue a detenerlos. Sin embargo, la evidencia pericial recabada en las habitaciones 456, 457 y 458, de la que se hizo eco en su d¨ªa la prensa boliviana, apunta a una ejecuci¨®n extrajudicial. El circuito de c¨¢maras de vigilancia del hotel hab¨ªa sido desactivado antes de la operaci¨®n, y los registros de Internet fueron borrados. El informante de la Embajada a?ade que las armas halladas eran nuevas y hab¨ªan sido colocadas por la polic¨ªa, que ni siquiera se hab¨ªa molestado en quitar los precintos.
El origen de la historia, adem¨¢s, permanece en una penumbra alimentada por el extra?o perfil de Eduardo R¨®zsa, hijo de h¨²ngaro y boliviana, que hab¨ªa participado en la guerra de los Balcanes, se hab¨ªa convertido al islam, defend¨ªa a Ir¨¢n y a los palestinos y era amigo del terrorista venezolano Ilich Ram¨ªrez, Carlos, que rechaz¨® que R¨®zsa fuera "un sicario de la extrema derecha", como le presenta el Gobierno de La Paz.
Al poco de morir, se hizo p¨²blico un v¨ªdeo en el que R¨®zsa anunciaba que regresaba de Hungr¨ªa a su natal Santa Cruz para ayudar "a la defensa" de la regi¨®n, aunque aclaraba que no le interesaba "echar a Evo Morales". El v¨ªdeo reforzaba la tesis oficial de que R¨®zsa y sus colegas hab¨ªan sido contratados por los separatistas cruce?os, que, seg¨²n hab¨ªa comprobado el Gobierno gracias a sus infiltrados, preparaban un "movimiento de autodefensa" para hacer frente a un eventual ataque de las fuerzas gubernamentales.
Sin embargo, seg¨²n el testigo entrevistado por la Embajada estadounidense, quien realmente contrat¨® a R¨®zsa fue el coronel Jorge Santiesteban, entonces jefe de Inteligencia de la polic¨ªa, y su segundo, el capit¨¢n Walter Andrade. El objetivo era tender una trampa a los grupos separatistas y de paso liquidar pol¨ªticamente a los principales dirigentes regionales.
No se sabe cu¨¢l era el v¨ªnculo entre R¨®zsa y Santiesteban. Lo cierto, seg¨²n el testigo, es que el coronel dirigi¨® el asalto al hotel y asesin¨® a los tres hombres "para borrar huellas". Adem¨¢s, la polic¨ªa "plant¨®" las pruebas esgrimidas por la fiscal¨ªa, como "un dispositivo de memoria con falsas listas de empresarios de Santa Cruz implicados", "la tarjeta de visita de un sospechoso" [se trata de Hugo Acha, un activista de derechos humanos que ha huido a EE UU] y un v¨ªdeo, ininteligible, en el que R¨®zsa supuestamente habla de un plan para matar a Evo Morales.
En toda buena conspiraci¨®n que se precie, no pod¨ªa faltar EE UU. La embajada se muestra preocupada desde el primer momento. Y sus temores se confirman a principios de este a?o, cuando el fiscal general anuncia que hab¨ªa encontrado unos correos electr¨®nicos de R¨®sza que demostraban que ten¨ªa "contacto con la CIA". "El Gobierno boliviano est¨¢ casi seguro de poder aprovecharse de esta oportunidad para vincular al 'imperio' con la supuesta conspiraci¨®n y confirmar as¨ª las acusaciones m¨¢s locas de Evo Morales sobre los tejemanejes estadounidenses", escribe con desmayo el encargado de Negocios el pasado febrero.
Seg¨²n la embajada, "pasar¨¢n muchos meses antes de que se sepa toda la verdad de este caso. Si es que alguna vez llega a saberse".
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