Paro, fiscalidad y democracia plena
No resulta sencillo escribir a prop¨®sito de los retos que nos plantea ese nuevo a?o por lo que arrastramos de este a?o viejo. Es complicado, tambi¨¦n escribir sobre retos para el nuevo a?o porque es muy f¨¢cil, al hacer la reflexi¨®n dejarse llevar por los deseos y convertir un an¨¢lisis en una carta a los Reyes Magos donde se consignen anhelos que nunca ser¨¢n, como tales, generalizables y adem¨¢s se concentrar¨¢n en cuestiones que para el que escribe pueden ser b¨¢sicas y no serlo para los dem¨¢s, Por todo lo dicho debo comenzar excus¨¢ndome por incurrir en lo anterior en los casos en que lo haga, por acercarme a temas que no sean de importancia para la mayor¨ªa, si ese fuera el caso, y dejar cuestiones que pueden tener mucha relevancia, pues este pretendido an¨¢lisis en ning¨²n caso tiene ambici¨®n de exhaustividad.
Se precisa una nueva apuesta. Los modelos liberales no dan resultado
Es obligaci¨®n de todos contribuir al proceso de la izquierda 'abertzale'
El drama del paro, que por mucho que el ¨ªndice en la comunidad aut¨®noma vasca sea inferior al del resto del Estado, no deja de ser un verdadero drama. ?Disminuir¨¢ el desempleo? Parece ser que no, existe un consenso generalizado entre los economistas en este sentido. Las pol¨ªticas de austeridad que se contienen en los presupuestos aprobados en las respectivas C¨¢maras e instituciones son, precisamente, las contrarias a las que habr¨ªa que hacer para reactivar la actividad y el empleo. Adem¨¢s, no hay garant¨ªas de que se restablezca el flujo de financiaci¨®n a empresa y particulares. Por lo tanto, fuera de leves mejoras estacionales, no se prev¨¦ creaci¨®n de empleo.
Si queda alguna esperanza, seg¨²n el sentir de la mayor¨ªa de los economistas, no es para el componente estructural del desempleo ni para la escandalosa cifra de paro juvenil.
Del drama del desempleo cuelgan, a su vez, otros graves problemas y retos que nos afectan como sociedad que van desde la discriminaci¨®n por raz¨®n de sexo hasta el alarmante acercamiento de sectores nuevos de la sociedad, que jam¨¢s podr¨ªan haberlo pensado, a situaciones de riesgo, cuando no a la propia exclusi¨®n.
La erradicaci¨®n de la pobreza, la lucha por la igualdad de las mujeres, entre otras muchas cuestiones, incluso la propia reactivaci¨®n econ¨®mica dependen de las pol¨ªticas de empleo y otras, como la fiscal, de las que depende. Se precisa una nueva apuesta, ya que los modelos liberales, de ajuste fiscal, de reducci¨®n de impuestos y de recorte de derechos a los trabajadores, no est¨¢n dando frutos en este sentido, ni aqu¨ª ni en el Estado, ni en el resto de las econom¨ªas europeas.
El reparto del trabajo, la puesta en valor de trabajos distintos al dependiente y por cuenta ajena, parecen inevitables para luchar contra el aparentemente creciente paro estructural, contra la discriminaci¨®n femenina y contra el desempleo juvenil y a favor de la erradicaci¨®n de la pobreza. Para este nuevo ejercicio se plantea el reto de una profunda revisi¨®n de cuestiones como fiscalidad, renta b¨¢sica y subvenciones, desde un prisma nuevo y m¨¢s avanzado.
La cuesti¨®n anterior nos introduce en el ¨¢mbito de la pol¨ªtica fiscal, a la que me gustar¨ªa referirme por ser un el apartado m¨¢s representativo de la soberan¨ªa vasca, aunque sea territorializada. Hasta el Consejo de sabios del lehendakari ha definido las pol¨ªticas fiscales de las Diputaciones como injustas e ineficaces para la suficiencia financiera de las administraciones para dar a los ciudadanos unos servicios p¨²blicos como los que reclaman.
El a?o 2010 ha pasado viendo como en los tres Territorios vascos se han presentado, desde la izquierda, propuestas de discusi¨®n de cuestiones dirigidas a equilibrar la contribuci¨®n de las rentas del capital y de las rentas del trabajo, a eliminar el dumping fiscal entre las Diputaciones, a recuperar el impuesto sobre las grandes fortunas, a incrementar la contribuci¨®n de las grandes rentas y adaptar todos los tributos sobre los que existe competencia plena a objetivos de naturaleza social como el acceso a la vivienda, a reducir el gasto fiscal y a eliminar reg¨ªmenes de privilegio que adem¨¢s de in¨²tiles se han revelado como fuente de fraude para las Haciendas P¨²blicas.
La respuesta a todas estas propuestas ha sido el negarse siquiera a discutirlas. Quiz¨¢ ahora, despu¨¦s de las pr¨®ximas elecciones forales del mes de mayo, esta cuesti¨®n sea un verdadero reto y no una mera l¨ªnea en una carta a los Soberanos de Oriente.
Por ¨²ltimo, quiero incluir como un reto para el 2011 la Cuesti¨®n, esto es el final de la violencia y la normalizaci¨®n democr¨¢tica de este pa¨ªs. En un escenario, de espera, ¨¦sta no puede ser pasiva, ante una situaci¨®n de cambio estructural de la izquierda abertzale, es obligaci¨®n de todos contribuir en la medida de lo posible a este proceso. La izquierda debe superar las barreras que tradicionalmente le han separado y que a partir de la Declaraci¨®n de Gernika se han derrumbado. Actitudes electoralistas, de deslealtad en los procesos de elaboraci¨®n de acuerdos y las excusas de mal pagador para no cooperar en cuestiones como la fiscal con la izquierda abertzale, hoy son absolutamente irresponsables y suponen colocar un buen resultado en las municipales y forales por encima del objetivo com¨²n de mayor calado de las ¨²ltimas d¨¦cadas.
Insisto, me he referido a tres cuestiones de los muchos retos que debemos plantearnos; ello no quiere decir que otras cuestiones como el maltrato y el asesinato de mujeres, la lucha por la supervivencia y el fortalecimiento de los servicios p¨²blicos, la asunci¨®n del "piensa en global y act¨²a en local" en materia de medio ambiente, no tengan igual importancia y deban ser objeto de una reflexi¨®n com¨²n.
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