La crisis pol¨ªtica paquistan¨ª debilita la lucha antitalib¨¢n
La retirada de un partido socava la coalici¨®n gubernamental
Sumido en la ruina econ¨®mica y acorralado por la creciente insurgencia, Pakist¨¢n se enfrenta ahora a una crisis pol¨ªtica que agudiza la inestabilidad de un pa¨ªs clave para la guerra en el vecino Afganist¨¢n. El primer ministro, Yusuf Raza Gilani, trat¨® ayer de asegurarse de que la oposici¨®n no presentar¨ªa una moci¨®n de censura, despu¨¦s de que uno de los partidos de la coalici¨®n gubernamental -el MQM- confirmara en el Parlamento su retirada definitiva del Gobierno y el paso de sus 25 diputados a las filas de la oposici¨®n.
Gilani viaj¨® ayer a la ciudad de Lahore (este del pa¨ªs) para entrevistarse con dirigentes de la oposici¨®n, entre ellos Chaudhry Shujaat Hussain, presidente de la Liga Musulmana de Pakist¨¢n-Q (PML-Q, en sus siglas en ingl¨¦s). Anoche, un portavoz gubernamental afirm¨® que el primer ministro se ha asegurado el apoyo externo de la PML-Q, lo que, en principio, evitar¨ªa la crisis del Gobierno y la convocatoria de elecciones anticipadas. Pero este debilitamiento de las instituciones pol¨ªticas juega a favor de la insurgencia en un momento en que Estados Unidos ha incrementado su presi¨®n sobre Pakist¨¢n para que sea m¨¢s contundente en la lucha contra los talibanes y los miembros de Al Qaeda que atacan a las fuerzas de la OTAN en Afganist¨¢n y luego cruzan la frontera y se refugian en Pakist¨¢n.
El primer ministro trata de evitar una moci¨®n de censura y el adelanto electoral
EE UU presiona a Islamabad para que sea contundente con la insurgencia
Las demandas de reformas del Fondo Monetario Internacional para extenderle un nuevo cr¨¦dito de 8.300 millones de euros se encuentran detr¨¢s del malestar del MQM, que considera los nuevos precios de los combustibles -un aumento del 9% desde el 1 de enero- "insoportables" para la castigada poblaci¨®n. El MQM tiene su basti¨®n en las grandes ciudades de la sure?a provincia de Sind y especialmente en Karachi, la principal ciudad del pa¨ªs, que genera el 25% del producto interior bruto de Pakist¨¢n y aporta a las arcas del Estado el 68% de sus ingresos. La creciente violencia que destruye el pa¨ªs se ha cebado en Karachi, una ciudad de 13 millones de habitantes cuyas calles se ti?en a diario de sangre por los enfrentamientos entre bandas rivales de narcotraficantes, secuestradores y delincuentes y por los asesinatos contratados, a los que se suman los atentados de islamistas radicales. El MQM, que gobierna en Karachi, acusa a Islamabad de no tomar medidas para evitar el caos reinante.
La situaci¨®n pol¨ªtica se deterior¨® con la salida de la coalici¨®n gubernamental, en diciembre pasado, del partido religioso protalib¨¢n JUI (Jamiat e Ulema e Islam) despu¨¦s de que Gilani destituyera a uno de sus ministros. A esto se suma que el impopular Asif Al¨ª Zardari atraviesa sus horas m¨¢s bajas desde que se hizo con la presidencia del pa¨ªs tras la dimisi¨®n del ex general Pervez Musharraf. Zardari, viudo de la asesinada ex primera ministra Benazir Bhutto y l¨ªder del gobernante Partido Popular de Pakist¨¢n, confirm¨® su apoyo a Gilani y se mostr¨® convencido de que el primer ministro ser¨¢ capaz de completar su mandato, previsto hasta 2013.
Musharraf, que vive exiliado en Dubai para eludir un proceso por los abusos cometidos al final de su dictadura (1999-2008), declar¨® que Pakist¨¢n necesita elecciones anticipadas y que ¨¦l est¨¢ dispuesto a volver al pa¨ªs para tomar parte en ellas al frente del nuevo partido pol¨ªtico que form¨® en octubre pasado, la APML.
Gilani se entrevist¨® tambi¨¦n con Shabaz Sharif, presidente del principal partido de la oposici¨®n, la Liga Musulmana de Pakist¨¢n-N (PML-N). Aunque no se manifest¨® dispuesto a apoyarle, al menos en los pr¨®ximos d¨ªas, la PML-N no tiene previsto presentar una moci¨®n de censura. El l¨ªder de la PML-N, el ex primer ministro Nawaz Sharif es el pol¨ªtico m¨¢s popular de Pakist¨¢n, pero su partido no goza de apoyos dentro del arco parlamentario actual, lo que dificultar¨ªa sacar adelante la moci¨®n.
Gilani, considerado un hombre moderado y dialogante, mantiene unas buenas relaciones con el Ej¨¦rcito, que ha gobernado m¨¢s de la mitad de los 63 a?os de historia de Pakist¨¢n -¨²nico pa¨ªs musulm¨¢n dotado de armas at¨®micas-. EE UU, que pretende iniciar en julio pr¨®ximo su retirada de Afganist¨¢n, est¨¢ interesado en la estabilidad de Pakist¨¢n. El actual Gobierno mantiene un doble discurso. Con Washington acepta los bombardeos de los aviones no tripulados estadounidenses contra la insurgencia, y de cara a los paquistan¨ªes, los critica con firmeza.
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