La Alhambra abre la zona de Irving
La Alhambra ha abierto al p¨²blico durante el mes de enero uno de sus espacios m¨¢s m¨ªticos y misteriosos. Se trata de las habitaciones del emperador, en las que se aloj¨® Washington Irving durante su segunda estancia en Granada. El lugar, cerrado habitualmente a los turistas por su especial fragilidad, ha sido nombrado Espacio del Mes por el Patronato de la Alhambra y el Generalife, lo que permitir¨¢ a todos los visitantes acceder a ¨¦l con la entrada al recinto.
Construidas en la ¨¦poca cristiana de los palacios en la zona conocida como el prado, las habitaciones se encuentran junto a la Sala de Dos Hermanas, frente a la m¨¢s hermosa vista del Albaic¨ªn, en la misma zona en la que se proyect¨® la construcci¨®n de una serie de habitaciones que un¨ªan el Patio de los Leones con el de Comares. Las intervenciones podr¨ªan haber comenzado en ¨¦poca de los Reyes Cat¨®licos aunque fue durante el reinado de Carlos V cuando se ejecutaron en su totalidad.
Durante su primera estancia en la ciudad, entre el 9 y el 20 de marzo de 1828, Washington Irving se aloj¨® en una pensi¨®n y conoci¨® a Mateo Jim¨¦nez, gu¨ªa de la Alhambra que hab¨ªa nacido en el monumento y que desde ni?o hab¨ªa escuchado las leyendas sobre cada uno de sus rincones. El escritor norteamericano fue apuntando en un cuaderno todas aquellas historias que le sirvieron para escribir los Cuentos de la Alhambra.
Fue durante una segunda estancia cuando pudo instalarse en las habitaciones que ahora han sido abiertas al p¨²blico. En aquellas semanas que permaneci¨® en Granada se dedic¨® a indagar sobre el pasado y la historia de la ciudad. En una carta escrita para sus hermanos, puede leerse lo siguiente: "Es una singular fortuna poder vivir en este lugar rom¨¢ntico e hist¨®rico que tiene tanto impacto en la imaginaci¨®n de los lectores en cualquier parte del mundo".
Por aquellos a?os, la Alhambra constitu¨ªa un verdadero foco de inter¨¦s para los viajeros rom¨¢nticos, especialmente brit¨¢nicos y alemanes, que acud¨ªan al sur de Espa?a en busca del exotismo que ofrec¨ªa un lugar anclado en el pasado, al margen del desarrollo de la vieja Europa. El ideal rom¨¢ntico sobre la belleza, que fue sustituida por lo sublime como centro de gravedad para el arte, propici¨® una avalancha de artistas que visitaban la ciudad.
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