Somos (casi) iguales
Mujeres y hombres tienen distinta anatom¨ªa cerebral, pero igual inteligencia - Los ¨²ltimos estudios cient¨ªficos reflejan peque?as diferencias en lenguaje o procesamiento espacial
En todos los idiomas hay palabras diferentes para nombrar el hombre y la mujer, pero no es habitual pararse a pensar en algo que parece tan obvio. Claro que si se relaciona esta dualidad de g¨¦nero en el lenguaje con que la mayor diferencia que se ha constatado entre hombres y mujeres es su sentido de la identidad sexual, que a su vez se relaciona con mecanismos neurol¨®gicos que dan lugar a comportamientos distintos en los dos sexos, ya el tema llama m¨¢s la atenci¨®n. Y si estas diferencias se relacionan con la inteligencia, suele surgir directamente la pol¨¦mica.
Los neurocient¨ªficos y neuropsic¨®logos est¨¢n detallando, sobre todo mediante estudios de imagen, los par¨¢metros cerebrales relacionados con la inteligencia y otros aspectos del conocimiento humano y est¨¢n de acuerdo en que se han puesto de relieve desigualdades en el cerebro entre hombre y mujer, as¨ª como posiblemente formas distintas de utilizar el cerebro por parte de cada uno de los sexos. La pol¨¦mica suele originarse, aseguran, porque el p¨²blico tiene una informaci¨®n incompleta o sesgada de estos hallazgos, que se suelen trivializar o instrumentalizar de forma inadecuada.
Ellas tienden a una mayor expresividad; ellos, a una mayor instrumentalidad
Los cient¨ªficos buscan claves para tratar enfermedades neurol¨®gicas
La disparidad en fluencia verbal es de un 0,3; un 0,9 la de rotaci¨®n mental
La distancia cognitiva es menor que la que se da en los ni?os al jugar
El hombre tiene una divisi¨®n mayor de funciones por asimetr¨ªa hemisf¨¦rica
En la mujer hay m¨¢s comunicaci¨®n entre ambos hemisferios, son m¨¢s flexibles
"Que las diferencias anat¨®micas tengan una repercusi¨®n funcional en la capacidad intelectual no est¨¢ nada claro", resume Roberto Colom, catedr¨¢tico de Psicolog¨ªa en la Universidad Aut¨®noma de Madrid. "En general, no hay diferencia en promedio entre sexos en lo que es el n¨²cleo duro de la capacidad intelectual, pero se puede encontrar una diferencia menor en alg¨²n tipo de capacidad espec¨ªfica".
Ejemplos: las mujeres son mejores, de media, en las facetas del lenguaje, sobre todo respecto al habla, y los hombres en el procesamiento espacial (por ejemplo, rotar objetos con el pensamiento).
"La ciencia muestra claramente que no existe diferencia en la inteligencia general entre el hombre y la mujer", concuerda el experto estadounidense Richard Haier, quien advierte sobre c¨®mo interpretar las desigualdades detectadas en capacidades espec¨ªficas: "Son disparidades respecto a la media y eso no se comprende bien y hay que destacarlo".
"No quiere decir que las mujeres no puedan rotar mentalmente y hay muchas mujeres que lo hacen mejor que muchos hombres, pero hay m¨¢s hombres que lo pueden hacen mucho mejor", detalla Haier con paciencia. "Se sorprender¨ªa de cuanta gente no entiende esto", remacha.
Un recurso para entenderlo es el ejemplo de la altura. Como media, los hombres son m¨¢s altos que las mujeres, pero hay muchas mujeres que son m¨¢s altas que muchos hombres. Existe un solape, al igual que en las habilidades mentales hay un solape considerable entre hombres y mujeres, incluso cuando se encuentra una peque?a desigualdad en la media.
A la altura recurri¨® curiosamente tambi¨¦n Melissa Hines, de la Universidad de Cambridge, para cuantificar las desigualdades entre sexos, en un reciente congreso sobre el tema, de la Organizaci¨®n Europea de Biolog¨ªa Molecular (EMBO) en Heidelberg. Si la diferencia de altura media se representa por un 2, la identidad sexual b¨¢sica (considerarse hombre o mujer) es mucho mayor (11), seguida de la orientaci¨®n sexual (6) y el comportamiento infantil en el juego (2,7). Por debajo est¨¢n la agresi¨®n f¨ªsica, la personalidad definida por medidas de dominancia y empat¨ªa, y en el escal¨®n inferior est¨¢ lo relacionado con la capacidad cognitiva. La diferencia en fluencia verbal se representa por un 0,3 mientras que la de rotaciones mentales por un 0,9.
As¨ª que las diferencias cognitivas son peque?as, menores que las que se dan en el comportamiento en el juego, en plena fase de desarrollo (los ni?os prefieren los balones y las ni?as las mu?ecas, por simplificar). Esta distinci¨®n, a pesar de las directrices actuales de igualdad, sigue apareciendo en los experimentos como factor en el desarrollo de g¨¦nero. Hines las ha estudiado incluso en monos, y los machos se inclinaban por juguetes diferentes y m¨¢s "de ni?os" que los escogidos preferentemente por las hembras.
Las matem¨¢ticas y las carreras cient¨ªficas en general son otro tema de debate.
"Es bien conocido que existen m¨¢s hombres que mujeres en algunas ¨¢reas cient¨ªficas, es verdad en f¨ªsica, ingenier¨ªa y matem¨¢ticas", recuerda Haier. "La raz¨®n es objeto de pol¨¦mica. Hay datos que sugieren que hay m¨¢s hombres en la cumbre de la habilidad matem¨¢tica, de la representaci¨®n espacial. Estas son habilidades importantes para estas especialidades. No quiere decir que las mujeres no puedan hacerlo, y hay mujeres que son iguales de buenas, pero parece que hay menos mujeres".
Donald Pfaff, de la Universidad Rockefeller (EE UU), estuvo de acuerdo en el congreso de Heidelberg: "En las culturas en las que hay pr¨¢cticamente igualdad de g¨¦nero no hay diferencias en la media, solo se detectan en el extremo superior, en personas de gran habilidad matem¨¢tica". Pfaff se?ala que los experimentos indican que en el desarrollo de estas habilidades influyen tanto los genes como las hormonas y el ambiente, especialmente en el periodo neonatal y en la pubertad.
Los datos se pueden interpretar de muchas maneras y los especialistas en este tema est¨¢n acostumbrados a que sus conclusiones y sus hip¨®tesis produzcan pol¨¦mica. Un ejemplo se refiere a la relaci¨®n entre habilidades mentales y vocaci¨®n. De las chicas que son muy buenas en matem¨¢ticas, dicen, muchas se convierten en m¨¦dicos, no en matem¨¢ticas o ingenieras. La hip¨®tesis, no aceptada generalmente, es que las mujeres prefieren trabajos en los que se relacionan con gente, mientras que los hombres prefieren relacionarse con cosas.
Colom ha revisado, junto a una colega, casi todo lo que se ha hecho en el mundo respecto a rasgos de personalidad en hombres y mujeres y encontr¨® una ¨²nica diferencia, en general: "Los chicos tienen tendencia a una mayor instrumentalidad y las chicas a una mayor expresividad", resume. Dicho de otra manera, los hombres tienden m¨¢s a poner su personalidad, su forma de ser, al servicio de un objetivo, mientras que las mujeres dan m¨¢s valor a la expresi¨®n de emociones, a la comunicaci¨®n, por su propio valor m¨¢s que por servir para un objetivo.
?Y la agresividad? Est¨¢ incluida en la instrumentalidad. El var¨®n tender¨ªa a utilizar m¨¢s la agresividad, y tambi¨¦n la dominancia, como medio hacia un objetivo.
Relacionar las diferencias f¨ªsicas con las diferencias en la capacidad cognitiva, normalmente, para minusvalorar a las mujeres, tiene una larga historia, y la escritora y cient¨ªfica Cordelia Fine se muestra muy cr¨ªtica con casi todas las teor¨ªas modernas en su reciente libro Delusions of Gender. Para Fine, lo que existe es neurosexismo, m¨¢s que datos de verdad, porque el tema es tan complejo como fascinante.
Pero la disparidad anat¨®mica est¨¢ ah¨ª. "En el nivel anat¨®mico hay diferencias muy sustanciales entre chicos y chicas. Esto lo saben muy bien los m¨¦dicos, cuando ven el efecto distinto de los medicamentos en los dos sexos" explica Colom. "Los hombres tienen m¨¢s asimetr¨ªa hemisf¨¦rica, hay una divisi¨®n m¨¢s acusada de funciones, el hemisferio izquierdo y el derecho est¨¢n m¨¢s separados a nivel funcional que en las mujeres", a?ade. "En las mujeres hay mayor comunicaci¨®n entre ambos hemisferios, son m¨¢s flexibles". Esto explica que un traumatismo o derrame cerebral afecta m¨¢s a ellos que a ellas.
Por eso, el estudio de estas diferencias anat¨®micas y de sus repercusiones funcionales puede resultar muy importante para estudiar la progresi¨®n de enfermedades neurol¨®gicas y la rehabilitaci¨®n tras da?os cerebrales. Pero tambi¨¦n est¨¢n los temas no m¨¦dicos, como comprender c¨®mo surgen las vocaciones, la optimizaci¨®n de estrategias educativas para los estudiantes y muchos m¨¢s.
"La utilidad espec¨ªfica de estudiar diferencias por sexo en capacidad intelectual, personalidad, emociones y dem¨¢s es: primero, ganar conocimiento y, si puede ser contrastable, mejor, y segundo, contribuir a que se comprendan mejor fen¨®menos como el del maltrato. ?Por qu¨¦ sucede en Espa?a esto, que es ya un mal end¨¦mico? A lo mejor no lo estamos haciendo bien", reflexiona Colom.
"Estudiar las diferencias entre sexos es importante, pero no para saber por qu¨¦ los hombres no preguntan las direcciones ni por qu¨¦ las mujeres compran de forma totalmente diferente, sino para investigar si existen dos arquitecturas cerebrales b¨¢sicamente distintas", dice Haier.
En los estudios de inteligencia por imagen cerebral se ha investigado la relaci¨®n entre la cantidad de materia gris en diferentes partes del cerebro y la inteligencia, as¨ª como si aumenta el espesor de la materia gris con el aprendizaje, ya que las t¨¦cnicas actuales permiten detectar diferencias de fracciones de mil¨ªmetro.
En un estudio se quer¨ªa saber si cuando hay m¨¢s materia gris se obtiene mejor puntuaci¨®n en el cociente intelectual (CI). Un estudio de Haier hecho en 2004 sobre casi 50 personas (mitad hombre, mitad mujeres) efectivamente encontr¨® una relaci¨®n directa en algunas ¨¢reas del cerebro. "Esto fue muy emocionante, pero luego reanalizamos los datos por separado para los hombres y las mujeres. Pens¨¢bamos no encontrar diferencias por sexos para un mismo CI, pero s¨ª las encontramos y fue muy sorprendente".
Lo que encontraron es que en los hombres hay una relaci¨®n m¨¢s estrecha entre la materia gris en el l¨®bulo parietal y la inteligencia, y en mujeres la relaci¨®n es respecto al l¨®bulo frontal. Estos datos sugieren que hombres y mujeres tienen arquitecturas cerebrales diferentes aunque muestren el mismo CI, lo que indica que consiguen lo mismo por redes cerebrales distintas.
Colom es esc¨¦ptico respecto a que las desemejanzas halladas tengan una repercusi¨®n funcional. "Yo dir¨ªa que no", dice. "Los estudios que hay no son los adecuados, no se hacen todav¨ªa sobre una muestra de la poblaci¨®n general, aunque se har¨¢n y entonces lo sabremos
"Si esto es verdad, aunque no estamos seguros de que lo sea", reconoce Haier, "es importante saberlo para dirigir, por ejemplo, la rehabilitaci¨®n tras los da?os cerebrales".
Definici¨®n provisional de la inteligencia
La definici¨®n de inteligencia consensuada por la comunidad cient¨ªfica es muy sencilla, explica Roberto Colom, catedr¨¢tico de Psicolog¨ªa: "Es la capacidad de razonar, resolver problemas y aprender". Lo importante del concepto es que integra muchas cosas diferentes y tiene un car¨¢cter general.
Definir (y medir) la inteligencia es objeto de debate todav¨ªa, pero los especialistas relativizan su importancia, ya que, dicen, en cualquier campo de la ciencia la definici¨®n siempre es provisional, mientras aumenta el conocimiento a trav¨¦s de la investigaci¨®n. En general, la medida de la inteligencia es el reflejo de diferencias individuales en el aprendizaje y en la memoria, dice el experto estadounidense Richard Haier, para quien "se puede progresar en la investigaci¨®n sin una definici¨®n precisa de inteligencia, como pasa en gen¨¦tica sin la definici¨®n de gen, o en el estudio de la vida, que no la tiene. Siempre cambian las definiciones".
En los experimentos de estimulaci¨®n intelectual, las ¨¢reas en las que se observa un aumento de materia gris son las relacionadas con funciones b¨¢sicas: el aprendizaje, la memoria, la atenci¨®n.
Lo que pasa es que hay diferentes tipos de habilidad intelectual, existe una inteligencia general y otras m¨¢s espec¨ªficas, como la relacionada con la rotaci¨®n mental en tres dimensiones de un objeto, que no es lo mismo que la acumulaci¨®n de saber que tiene un erudito. Y adem¨¢s, existen personas que tienen la habilidad de recordar secuencias de miles de n¨²meros y esta habilidad va a menudo acompa?ada de retraso mental en otros aspectos.
Pero no se puede olvidar, dice Colom, que no hay dos cerebros iguales. La variabilidad en los cerebros humanos es un problema que complica los estudios en neurociencia, ya que para comparar hay que buscar una media, una referencia, y esta es muy dif¨ªcil de establecer. Ni siquiera los cerebros de los gemelos univitelinos son id¨¦nticos.
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