?xtasis en El Madrigal
El Villarreal impone su coraje y remonta un 0-2 ante un Valencia desintegrado tras el descanso
Saltaron todos a celebrarlo, los suplentes, los t¨¦cnicos y hasta los utileros. Una nube amarilla brinc¨® de alegr¨ªa en campo de El Madrigal despu¨¦s de que sus chicos le dieran la vuelta a la eliminatoria hasta triturar a un Valencia desintegrado en la segunda parte. Sin car¨¢cter para reaccionar cuando el Villarreal, en un arranque furioso del segundo periodo, se le subi¨® a las barbas y puso sobre el tapete todas sus carencias. Borrado tanto en la ida como en la primera parte de la vuelta, el conjunto de Garrido tir¨® del coraje y de la pasi¨®n de Cazorla y de Rossi. Entre los dos liquidaron al Valencia. Y a su defensa de tres centrales, superada por la velocidad y la precisi¨®n de los endiablados atacantes amarillos. Las ideas volaron m¨¢s alto que los grilletes. Y la del Villarreal -crear hasta en el infierno- acab¨® surtiendo efecto. Aunque fuera esta vez con el trazo grueso transmitido por Garrido cuando la finura no era suficiente. El Villarreal ya no solo busca la est¨¦tica; sabe competir y enmara?ar los encuentros.
VILLARREAL 4 - VALENCIA 2
Villarreal: Juan Carlos; Angel, Gonzalo, Catal¨¢, Capdevila; Bruno Soriano, Borja Valero, Cazorla (Musacchio, m. 81), Cani (joan Oriol, m. 87); Marco Ruben (Mario, m. 83) y Rossi. No utilizados: Diego L¨®pez; Matilla, Jefferson y Altidore.
Valencia: Guaita; Bruno, Stankevicius, Dealbert (Vicente, m. 67), Ricardo Costa, Mathieu (Jordi Alba, m. 72); Joaqu¨ªn, Maduro, Banega (Topal, m. 60), Mata; y Soldado. No utilizados: Sa¨²l; Miguel, Isco y Pablo Hern¨¢ndez.
Goles: 0-1. M. 5. Banega. 0-2. M. 23. Soldado. 1-2. M. 46. Cazorla. 2-2. M. 48. Rossi, de penalti. 3-2. M. 63. Marco Ruben. 4-2. M. 93. Rossi.
Arbitro: Ram¨ªrez Dom¨ªnguez. Expuls¨® a Joaqu¨ªn con el partido concluido tras decirle a un ¨¢rbitro asistente, seg¨²n el acta: "?M¨ªrame a la cara cuando te doy la mano, que eres tonto, sinverg¨¹enza!". Amonest¨® a Gonzalo, Borja Valero, Guaita, Stankevicius y Banega.
Unos 20.000 espectadores en El Madrigal.
Cazorla y Rossi tiraron de pasi¨®n. Las ideas volaron m¨¢s alto que los grilletes
El Valencia se qued¨® sin palabras despu¨¦s de haber jugado a placer la primera parte, como si fuera una prolongaci¨®n de la ida, pero sin la tensi¨®n de entonces, sino con el convencimiento de que ir¨ªan cayendo por inercia los goles a su favor. El segundo fue un escalofr¨ªo que sacudi¨® El Madrigal, por inesperado y hermoso. Una acci¨®n t¨¦cnica de Soldado a la altura de los elegidos. El pase largo y en diagonal de Maduro era un globo enroscado que contemplaban mientras corr¨ªan hacia la porter¨ªa Soldado y su marcador, Gonzalo Rodr¨ªguez. Ve¨ªan su vuelo y nada hac¨ªa prever lo que sucedi¨®. El control majestuoso de la bota derecha del delantero, alargando al m¨¢ximo la pierna, y el remate cruzado instant¨¢neo con el exterior, sin que el portero pudiera pesta?ear. Ni mucho menos Gonzalo, at¨®nito, como un espectador m¨¢s.
El tanto dej¨® tocado al Villarreal. El Valencia le hab¨ªa tomado las medidas y Maduro, desde el mediocentro, hab¨ªa activado un poderoso im¨¢n que absorb¨ªa el bal¨®n sin ¨¢nimo de compartirlo m¨¢s que con Ever Banega, el enlace para que Joaqu¨ªn, Mata y Soldado fueran abastecidos convenientemente. El propio Ever hab¨ªa abierto el camino con un disparo envenenado desde la frontal que castig¨® los nervios del joven Juan Carlos en su primera intervenci¨®n.
Dealbert hab¨ªa apuntalado la defensa de tres centrales hasta que, tras el descanso, Rossi rompi¨® la telara?a y su centro desde la izquierda lo remat¨® Cazorla desde la boca de gol. S¨®lo Rossi, zigzagueando entre los defensores valencianistas, daba la impresi¨®n de poder acceder al reinado de Guaita. Y vaya si lo consigui¨®. Mucho m¨¢s cuando, un minuto despu¨¦s, el ¨¢rbitro, muy mal colocado, se?al¨® penalti al caerse Marco Ruben tras una supuesta entrada de Stankevicius, siguiendo el consejo del juez de l¨ªnea. El lituano hab¨ªa tocado limpiamente el bal¨®n. Y Rossi transform¨® el penalti con su precisi¨®n habitual.
En cinco minutos de ataque enrabietado, el Villarreal puso la eliminatoria al rojo vivo. Lo que no hab¨ªa podido conseguir por juego, lo logr¨® por empe?o. Al Valencia se lo trag¨® la tierra. Y Emery recurri¨® a la armadura de Topal, en lugar de Ever, para minimizar los da?os. No pudo. Ya desatados, los mediocampistas amarillos exhibieron su maestr¨ªa para tirar paredes. La fabricada entre Cani y Cazorla result¨® majestuosa, con el pase final al centro para que embocara Marco Ruben. Una jugada de m¨¢xima precisi¨®n que dej¨® en evidencia el entramado defensivo valencianista.
Con la obligaci¨®n de ir a por el partido, Emery retir¨® a uno de sus centrales, Stankevicius, para que Vicente recuperara el 4-4-2. Pero ya sin el fundido Banega en el campo, el Valencia destap¨® sus limitaciones para construir. Los peque?os del Villarreal, Cazorla y Rossi, hab¨ªan tomado el poder. El Madrigal despidi¨® con honores a Cazorla y Garrido dio paso a jugadores mucho m¨¢s defensivos. Uno de ellos, el lateral izquierdo Oriol, otro chico de la cantera, firm¨® el ¨¦xtasis del Madrigal con un furioso arranque por la izquierda tras el que Rossi cerr¨® la goleada. Era el triunfo de la cantera. Y de una idea que vale un imperio.
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