La 'lujosa' Royal Concertgebouw llega al Palau de la M¨²sica

Solo los los grandes solistas y m¨ªticos directores mueven a los mel¨®manos, pero muy pocas son las formaciones sinf¨®nicas que, al margen de quien las dirija, movilizan solo con su nombre a los amantes de la m¨²sica cl¨¢sica. Una de ellas es la Royal Concertgebouw Orchestra de Amsterdam, una de las cuatro mejores del mundo junto a las Filarm¨®nicas de Berl¨ªn y de Viena, y la Sinf¨®nica de Chicago. Ma?ana sonar¨¢ en el Palau de la M¨²sica de Barcelona en cita estelar del ciclo Palau 100.

De gira por Espa?a (hoy act¨²a en Pamplona, y en el Auditorio de Madrid el mi¨¦rcoles), se presenta con el programa que bajo la direcci¨®n del ruso Semyon Bychkov ha ofrecido estos d¨ªas en la sala de Amsterdam de la que toma el nombre: el virtuos¨ªstico Concierto para viol¨ªn y orquesta n¨²m. 1 de Max Bruck, obra de exaltado lirismo que tendr¨¢ al violinista estadounidense Joshua Bell como solista, y la Sinfon¨ªa n¨²m. 11 de Shostak¨®vich.

Fundada en 1888, la Royal Concertgebouw dio su primer concierto el 3 de noviembre de ese a?o en la que es su sede. Su prestigio empez¨® a forjarse bajo su segundo director titular, Willem Mengelberg, que permaneci¨® desde 1895 hasta 1945, cuando su discutida relaci¨®n con las fuerzas nazis que ocuparon Holanda lo apart¨® de la formaci¨®n. Bajo su gu¨ªa, la orquesta se signific¨® por su apoyo a dos compositores, Gustav Mahler y Richard Strauss.

Sus aterciopeladas cuerdas, la suavidad de sus maderas y su mundialmente prestigiosa percusi¨®n, de la que es solista el espa?ol Gustavo Gimeno, son emblemas de una orquesta con algunos de los mejores 120 instrumentistas del mundo. Muchos creen que su personalidad se debe a los escasos directores que ha tenido: solo seis; el ¨²ltimo, desde 2004, el let¨®n Mariss Janson.