Miss Inglaterra se va a la guerra de Afganist¨¢n

Katrina Hodge, Miss Inglaterra del a?o pasado, se incorporar¨¢ pr¨®ximamente a las tropas brit¨¢nicas en Afganist¨¢n. En realidad, no es que se vaya a la guerra: es que vuelve. Katrina, de 25 a?os, es el cabo furriel Hodge y se incorpor¨® a filas cuando ten¨ªa 17 a?os. En julio de 2009 se present¨® al concurso de belleza para declarar qui¨¦n es la mujer m¨¢s guapa de Inglaterra. La verdad es que no gan¨®. Pero la nueva reina de la belleza, Rachel Christie, sobrina del atleta Linford Christie, fue forzada a renunciar al t¨ªtulo de Miss Inglaterra despu¨¦s de una pelea en una discoteca con la Miss Manchester del momento, Sara Beverly Jones. La cabo Hodge, que hab¨ªa quedado segunda, fue declarada ganadora en noviembre de aquel a?o.

Hodge, que de m¨¢s jovencita parec¨ªa destinada a hacer carrera en el mundo del espect¨¢culo, acab¨® ingresando en el ej¨¦rcito cuando solo ten¨ªa 17 a?os por influencia de su hermano, tambi¨¦n soldado. Al cumplir 18 a?os fue enviada a la guerra de Irak, con bastante ¨¦xito, por cierto: en 2005 recibi¨® una medalla por desarmar e inmovilizar a un prisionero que intentaba huir cuando el coche patrulla en que le llevaban detenido sufri¨® un accidente.

Su bravura en aquel momento la convirti¨® en noticia para los tabloides, que la transformaron en hero¨ªna del momento y revelaron que en el cuartel era conocida por el mote de combat Barbie. El apodo le cay¨® encima el primer d¨ªa porque se present¨® en el cuartel con tacones, pesta?as falsas y varias maletas de color rosa.

Tras ser coronada Miss Inglaterra, el Ministerio de Defensa le concedi¨® seis meses de excedencia para que pudiera disfrutar de los privilegios del reinado, como defender -sin ¨¦xito- la candidatura de Inglaterra en el concurso de Miss Mundo en Sud¨¢frica, anunciar ropa interior de la marca La Senza o convertirse en embajadora de una p¨¢gina de relaciones de Internet. Pero no se trata de una p¨¢gina cualquiera, sino de Uniform Dating, dedicada exclusivamente a buscar pareja a gente que trabaja en uniforme, desde soldados a personal sanitario, polic¨ªas, bomberos, tripulaciones a¨¦reas o personal de prisiones, por ejemplo. Tambi¨¦n tuvo ocasi¨®n de casarse con su novio de a?os, soldado como ella, cuya identidad mantiene en secreto por motivos de seguridad.

En septiembre se acab¨® el permiso y se reincorpor¨® al ej¨¦rcito. "No voy a mentir, el retorno fue duro", ha reconocido. Ahora le toca volver al frente, a Afganist¨¢n, y tampoco oculta que no le hace mucha gracia. "Es dif¨ªcil estar entusiasmado con la idea de volver a Afganist¨¢n, pero es la realidad de nuestro trabajo. Nuestro trabajo es estar all¨ª para proteger a nuestro pa¨ªs. Si eso es lo que tengo que hacer, pues eso es lo que tengo que hacer", acepta resignada.