Sem¨¢ntica etarra
Es conocida la reluctancia de Batasuna a utilizar la palabra condena para con las acciones de ETA. El t¨¦rmino que suelen utilizar invariablemente en su lugar es el de rechazo, acompa?ado con frecuencia por la muletilla "de todo tipo de violencia". A prop¨®sito de esa resistencia, hay quienes han considerado que la preferencia de "rechazo" por "condena" ser¨ªa una cuesti¨®n puramente sem¨¢ntica, con lo que quer¨ªan decir que era irrelevante: al rechazar la violencia, Batasuna no har¨ªa de hecho sino condenarla. Las cuestiones sem¨¢nticas, sin embargo, no suelen ser irrelevantes, como lo prueba la misma obstinaci¨®n de quien se resiste a utilizar un t¨¦rmino del que huye como de la peste. Podr¨ªamos concluir que una organizaci¨®n que "rechaza todas las violencias" ofrece un perfil pacifista indudable, pero ninguna organizaci¨®n pacifista se resistir¨ªa a utilizar el t¨¦rmino condena aplicado a la violencia, de modo que quiz¨¢ tendr¨ªamos que valorar las intenciones, y los significados, no por lo que se dice, sino por lo que no se quiere decir.
La palabra "rechazo" y la palabra "condena" no significan lo mismo. La diferencia entre ambos t¨¦rminos es adem¨¢s bastante m¨¢s que una diferencia de grado. Puedo rechazar la violencia coyunturalmente, aqu¨ª y ahora, pero no puedo condenarla coyunturalmente. Puedo rechazar la violencia por oportunidad, por c¨¢lculo de beneficio y p¨¦rdidas, pero la condena tiene un alcance moral del que el rechazo carece. Batasuna puede rechazar la violencia de ETA por inter¨¦s, porque en este momento su actividad le cause m¨¢s perjuicio que beneficio, pero su condena rebasar¨ªa su inter¨¦s actual y alcanzar¨ªa a la actuaci¨®n de ETA en tanto que tal y se har¨ªa extensiva a toda su historia. Condenar a ETA implica condenar su existencia, hechos e historia, y perder un activo del que Batasuna no quiere desprenderse: deslegitimar¨ªa su origen y cegar¨ªa el futuro a un instrumento -la violencia- que considera leg¨ªtimo.
El reciente comunicado de ETA utiliza una jerga que es tambi¨¦n un bosque sem¨¢ntico. Se ha dicho de ¨¦l que impone condiciones para que el alto el fuego sea definitivo: reconocimiento de la territorialidad y del derecho de autodeterminaci¨®n. No estoy tan seguro de ello, y s¨®lo me atrevo a decir que puede que s¨ª y puede que no. No s¨¦ si su apelaci¨®n al proceso democr¨¢tico implica su retirada para dar paso a un proceso pol¨ªtico cuyas expectativas enuncia, o si se propone condicionar ese proceso tutel¨¢ndolo, como se puede concluir del ¨²ltimo p¨¢rrafo: "ETA no cejar¨¢ en su esfuerzo y lucha por impulsar, etc.". Lo que s¨ª tengo claro es que, al igual que le ocurre a Batasuna con su negativa a la condena, e implique lo que implique este comunicado de alto el fuego, ETA en ¨¦l se legitima a s¨ª misma. No hay ruptura, sino continuidad -tras escuchar al pueblo- entre proceso armado y proceso democr¨¢tico, entre pasado y futuro. Ahora toca esto, aunque quiz¨¢ eso que "toca" sea ya insuficiente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.